Un nuevo frente de confrontación se abrió en Venezuela: el proceso de renovación de los partidos políticos de cara a las elecciones regionales encendió las alarmas en la oposición, que vislumbra una estrategia, a lo Cuba o Nicaragua, para anular a la disidencia.
Pero, ¿puede haber elecciones en Venezuela sin oposición? La polémica se desató esta semana cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) publicó las condiciones con que deberán reinscribirse 59 agrupaciones políticas que no participaron en los dos últimos comicios o no alcanzaron 1% de los sufragios.
Al igual que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) cumple los requisitos.
Sin embargo, cada uno de la treintena de partidos que integra la MUD deberá reinscribirse pues no participaron con sus distintivos en los comicios anteriores, sino bajo el de la coalición.
– ¿Qué elección puede verse afectada? –
El proceso es clave para las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes de este año que aún no tienen fechas definidas.
Esos comicios suponen un difícil reto para el presidente Nicolás Maduro, cuya gestión rechazan ocho de cada diez venezolanos, según la firma Datanálisis, en medio de una grave crisis económica.
El chavismo, en el poder desde hace 18 años y cuya hegemonía rompió la oposición en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015, tiene en la actualidad 20 de las 23 gobernaciones de estados y 242 de las 335 alcaldías.
“Se busca crear condiciones que permitan hacer unas elecciones a la medida del gobierno”, declaró a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
Acusados de servir al gobierno, el CNE y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -a través de juzgados penales- suspendieron un proceso de referendo revocatorio contra Maduro en octubre pasado, al acoger impugnaciones oficialistas de fraude en la recolección de las firmas que pedían la consulta.
– ¿Cuáles son los requisitos? –
Los partidos deberán recaudar firmas equivalentes al 0,5% del padrón electoral en 12 estados, en un máximo de dos días (14 horas) por partido político, para lo cual serán habilitadas 390 máquinas biométricas.
Opositores y analistas estiman que para las organizaciones pequeñas será difícil lograrlo, además de que ven insuficientes el tiempo y número de máquinas.
Tras la recolección hay un periodo para impugnaciones, igual al que hubo en el proceso de referendo, lo que hace temer que sean anulados partidos grandes de la MUD que más “incomodan al gobierno”, según los analistas Eugenio Martínez y Edgard Gutiérrez.
– ¿Podrá permanecer la MUD? –
Aunque la MUD está habilitada, enfrenta una demanda en los tribunales por supuestas irregularidades en el proceso del referendo, por lo que el chavismo pidió su ilegalización. El dirigente chavista Diosdado Cabello afirmó recientemente: “Le hizo fraude al país y eso la deja automáticamente fuera”.
La oposición denunció que el gobierno busca una elección como las de Cuba, con un partido único, o la celebrada en Nicaragua el año pasado, en la que el presidente Daniel Ortega se reeligió por tercera vez consecutiva tras eliminar a sus adversarios mediante fallos judiciales.
“El régimen prepara elecciones ‘a la nicaragüense’ sin partidos opositores y falsos candidatos opositores escogidos por gobierno”, aseguró el parlamentario Henry Ramos Allup.
– ¿Qué escenarios hay? –
El primero, menos probable según los analistas, es una ilegalización de la MUD, por un lado, y de todos sus partidos, por el otro.
“Elecciones sin oposición sería dictatorial”, opinó Salamanca. Ese escenario resultaría el más complejo para el gobierno, sometido al escrutinio internacional.
También la disidencia chavista puede quedar fuera.
Para Martínez, experto en asuntos electorales, el país se “acerca a un escenario de votaciones sin la mayoría de partidos de la MUD y sin disidentes del chavismo”.
Juan Barreto, exalcalde chavista ahora crítico del gobierno y quien fundó otra agrupación, aseguró que “eliminar los partidos de un plumazo burocrático” niega la pluralidad, elimina la participación electoral, y “sin ello no hay democracia”.
Otra posibilidad sería la renovación de algunos partidos opositores, pero la ilegalización de la MUD para “sacarla del juego, porque en este momento gana cualquier elección”, según Salamanca. Así se dispersaría el respaldo electoral de la coalición, que arrasó en las parlamentarias.
El politólogo John Magdaleno cree que aunque “el gobierno busca una competencia cada vez más asimétrica”, algunos partidos “superarán las dificultades”. Por eso, según él, lo que se persigue es llevar nuevamente a la oposición al diálogo -frustrado tras dos meses de acercamientos-.
En todos los casos, según los analistas, se buscaría el debilitamiento de la oposición y continuar retrasando las elecciones de gobernadores que debieron realizarse en diciembre pasado.
(AFP)