Las recientes órdenes dictadas por el Ejército de Colombia de intensificar los ataques letales, bajo el supuesto argumento de preservar la paz en la nación, constituyen una grave amenaza para la vida de los civiles en el país neogranadino.

 

Así lo indica un artículo publicado por el diario The New York Times, donde se asegura que, durante una reunión a principios de este año, a los generales y coroneles colombianos se les pidió que firmaran un compromiso por escrito para intensificar sus enfrentamientos y acciones violentas, de lo contrario, serían amonestados si no realizaban operaciones con la frecuencia suficiente.

 

Dentro de las polémicas órdenes se encuentra la instrucción a los soldados de que no “exijan perfección” al momento de ejecutar ataques letales, «incluso si tienen preguntas significativas sobre los objetivos que están atacando», lo que significa -según  los propios oficiales- que se reduzcan las normas para proteger a civiles inocentes de ser asesinados, y que ya se hayan ejecutado muertes sospechosas o innecesarias.

 

Se trata de una política similar a la utilizada en la década del 2000 para derrotar a los grupos guerrilleros y paramilitares del país, la cual generó gran indignación nacional cuando se comprobó que los soldados, con el objetivo de cumplir sus cuotas, cometieron asesinatos generalizados y desapariciones de civiles.

 

«Los soldados mataban a campesinos y afirmaban que eran guerrilleros, a veces incluso vistiéndolos con uniforme y plantando armas cerca de sus cuerpos. Las tácticas surgieron de los superiores que exigían un mayor número de cuerpos, de acuerdo con los fiscales», refiere el artículo.

 

Tras las nuevas órdenes, los oficiales aseguran que ha comenzado a surgir un patrón de asesinatos sospechosos y encubrimientos. Inclusive, señalan que a los militares se les ofrecen incentivos, como vacaciones extras, para que aumenten sus muertes en combate.

 

El comandante del Ejército, M/G Nicacio Martínez Espinel, reconoció haber emitido las nuevas instrucciones para exigir a los principales comandantes a “doblar los resultados”, debido a la amenaza que -a su juicio- Colombia sigue enfrentando por parte de las organizaciones guerrilleras, paramilitares y criminales.

 

“La amenaza criminal se incrementó. Si seguimos al ritmo que veníamos anteriormente no vamos a cumplir los objetivos. La orden que hay es de ser efectivos operacionalmente”, dijo. 

 

Si bien Martínez Espinel afirmó que el respeto absoluto a los derechos humanos es lo más importante, dichas instrucciones emitidas autorizan a los comandantes a realizar operaciones con un 60-70% de credibilidad y exactitud, lo que deja un margen de error como para que esa política haya ocasionado asesinatos cuestionables.

 

El texto señala que las medidas del Gobierno colombiano también responden a las presiones por parte de la Administración de Donald Trump, que exige constantemente nuevos resultados en la lucha contra el narcotráfico.

 

Según los militares, en la reunión les dijeron que tenían “que hacer lo que sea”, incluyendo usar grupos paramilitares que proporcionen información sobre bandas armadas rivales “para generar resultados”.

 

(LaIguana.TV)