Son muchas las personas o familiares de ellas que se ven obligadas a solicitar el apoyo de terceros con la finalidad de cubrir tratamientos médicos no disponibles en el país o demasiado costosos aquí o en cualquier lugar del mundo.

 

De entrada presento mis disculpas por tocar un caso tan específico. Pero creo que la situación del filósofo y economista Emeterio Gómez merece alguna reflexión. Él está pasando por dificultades de salud desde hace varios años mientras los poderosos sectores económicos a los que sirvió desde su doble perspectiva profesional no parecen lo suficientemente interesados en brindarle apoyo.

 

Gómez es uno de los principales ideólogos venezolanos del neoliberalismo, uno de los pocos intelectuales que, desde una genuina posición de derecha (tras haber sido estudioso del marxismo y militante de la izquierda en los años sesenta y setenta), ha defendido la doctrina del libre mercado, la total desregulación laboral, la eliminación de toda forma de control de precios y la absoluta libertad cambiaria. Sobre esos temas escribió varios libros bastante densos como La economía de mercado: selección de escritos y ensayos 1985-1991, Capitalismo solidario versus socialismo del siglo XXI, La responsabilidad moral de la empresa capitalista y ¿Qué es lo humano… en ti?

 

Su afinidad ideológica con las doctrinas filosófica de Friedrich Hayek y económica de Milton Friedman (entre muchos otros) lo convirtió en la ficha perfecta para dirigir los estudios del Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), dependiente del poderoso Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), organismo empresarial cúpula del sector terciario de la economía.

 

Aquí es donde sobreviene la ironía del caso de Emeterio Gómez: el intelectual que puso toda su capacidad reflexiva y su trabajo cotidiano al servicio de la ideología favorita del empresariado está quedando privado de tratamiento durante su convalecencia por el agotamiento de las pólizas de seguro que lo amparaban. ¿Por qué las organizaciones gremiales y las empresas a las que defendió desde la trinchera académica no parecen sentirse comprometidas con él en un trance tan complicado? Es una pregunta interesante, sobre todo para contestarla desde uno de los terrenos donde Gómez desplegó su trabajo filosófico: la ética.

 

Los familiares han creado una cuenta en la plataforma Gofundme para recaudar colaboraciones que les permitan costear el tratamiento de Gómez, actualmente radicado en España. En justicia, este procedimiento no debería haber sido necesario, pues nada más con la solidaridad de algunos de los miembros de Consecomercio (gigantescas corporaciones del sector comercial) debería ser suficiente para que tuviese una atención digna en cualquier lugar del planeta.

 

Varios medios de comunicación opositores presentaron el caso de Gómez como otra muestra de las penurias que sufren los pacientes de diversas enfermedades por culpa del gobierno nacional, un discurso que, como se sabe, soslaya por completo el peso de las medidas coercitivas unilaterales de EEUU y otras naciones. Al margen de esa polémica, en este caso específico se pone de manifiesto la sospecha de que individualidades y organizaciones con mucho poder económico no han sido solidarias con uno de sus intelectuales más combativos. ¿Qué puede esperarse para el resto de la sociedad?

 

Los problemas graves de salud del filósofo y economista comenzaron en 2013 cuando sufrió un desmayo por arritmia y al caer se golpeó la cabeza. De resultas ha perdido parcialmente  la memoria y sufre otras secuelas que han obligado a realizarle varias intervenciones quirúrgicas.

 

Cuando se encontraba en plenitud de condiciones, no solo Cedice lo empleó como uno de sus más talentosos arietes. La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) también lo tuvo como aliado y fungió como editora de uno de sus libros, lo mismo que el diario El Nacional. Tal parece que en casos en los que hay que sacar la billetera, la mano del mercado se torna más invisible que de costumbre.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)