El Pentágono ha elaborado un plan para enviar a Oriente Medio 120.000 militares en caso de que Irán acelere sus trabajos nucleares o decida atacar a militares estadounidenses.

 

Varios expertos ya cuestionaron los posibles escenarios de guerra porque las Fuerzas de Irán constan de más de 650.000 soldados.

 

Sin embargo, este contingente estadounidense podría ser suficiente para apoderarse de la provincia iraní Juzestán, en el sudoeste del país, escribe el periódico ruso Vzglyad. Para esta operación, el Pentágono solo necesitaría dos divisiones de infantería, una brigada de tanques y una división de infantería de marina, el apoyo de la flota y la aviación de bases en países vecinos. A grandes rasgos, unos 120.000 soldados involucrados.

 

Esta provincia es un objetivo ideal por varias razones. La población es predominantemente árabe, no persa, y tiene una larga tradición de separatismo. Además la posición geográfica favorece una intervención militar, porque Juzestán limita con Irak, parcialmente controlado por EEUU, la zona fronteriza con otras provincias es montañosa e incómoda para acciones militares. Además, Kuwait y Arabia Saudí están cerca.

 

 

Finalmente, la última ‘ventaja’ agradable es que cerca del 80% de las reservas iraníes de gas y petróleo y cerca de un tercio de las fuentes de agua dulce se encuentran en Juzestán.

 

Ante esta situación, casi que la única respuesta de Irán es el bloqueo del estrecho de Ormuz. En su parte más estrecha tiene un ancho de 50 km, pero menos de 10 km son aptos para la navegación. Está dividido en dos vías de navegación de tres kilómetros cada una y una zona de amortiguación entre ellas. El estrecho conecta el golfo Pérsico a través del golfo de Omán y el mar Arábigo con el océano Índico.

 

Por esta arteria de transporte pasan petroleros de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos e Irak, así como GNL de Catar. Esta arteria sirve para el transporte de un 40% de todo el petróleo y sus derivados, así como de cantidades significativas de gas licuado. Es un verdadero «talón de Aquiles del comercio internacional de petróleo» porque todos los buques atraviesan las aguas territoriales iraníes.

 

 

Las reservas de mundiales de petróleo

 

El cierre de la ruta afectará a los suministros de petróleo, lo que conducirá muy rápidamente a su escasez en Occidente y al aumento de su precio.

 

Según la directiva de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cada Estado miembro está obligado a mantener en su territorio una reserva estratégica de petróleo equivalente a 90 días de consumo total del país.

 

EEUU tiene una reserva estratégica de petróleo de casi 730 millones de barriles, que según estimaciones, es bastante para asegurar unos 90 días de importaciones de petróleo. Sin embargo, unos 250 millones de barriles resultaron contaminados con niveles extremadamente altos de sulfuro de hidrógeno. En otras palabras, un tercio de la reserva estratégica se garantiza por el petróleo tóxico que requiere un procesamiento adicional.

 

En general, los países europeos, miembros de la AIE, cumplen con las obligaciones de la agencia. Lo mismo se aplica a Japón y Corea del Sur.

 

 

Las reservas estratégicas de petróleo de China ya han alcanzado los 450 millones de barriles, con un objetivo de 476 millones de barriles en 2020. Esto, teniendo en cuenta el nivel de consumo de petróleo en China, será suficiente para reemplazar las importaciones de petróleo en el país en un plazo de 90 días.

 

Sin embargo, después de la guerra de los petroleros en la década de 1980, fue creado un sistema que permite evitar el problema de suministro de petróleo por el estrecho de Ormuz. De este modo, Emiratos Árabes Unidos construyó oleoductos de circunvalación y Arabia Saudí creó una infraestructura separada para las exportaciones de petróleo por el mar Rojo.

 

La principal preocupación no es el cese físico del suministro de petróleo al mercado mundial, sino las inevitables subidas de precios que seguirán a la escalada militar del conflicto entre Estados Unidos e Irán.

 

(Sputnik)