En una sociedad mediatizada, como la del mundo actual, los cánones de belleza establecidos por la televisión, la publicidad, el cine y la industria de la moda han moldeado las conciencias de la población mundial. Venezuela no escapa de esa realidad, en la que la cirugía estética suele convertirse en una salida «fácil» en la búsqueda de replicar lo que se ve en las pantallas como lo ideal.

El presidente de la Fundación No Biopolímeros, el cirujano César Oliveros, aseguró que la inyección de biopolímeros se está volviendo nuevamente en práctica común en el país, «a pesar de las campañas informativas que se hicieron en 2012 y a pesar de que es un producto prohibido por el Ministerio de Salud”.

Biopolímeros es un término en el cual se agrupan diversas sustancias, que en casi todos los casos no tienen permiso sanitario para la aplicación en el organismo, como silicón de uso no médico o aceites minerales, entre otros.

Los riesgos de este procedimiento van desde malformaciones en la zona intervenida hasta la muerte, pasando por infecciones, dolores o hasta pérdida de la movilidad.

La intervención, que comúnmente se utiliza para agrandar los glúteos, aunque hay quienes van más allá: ha habido casos de hombres que lo han aplicado en su pene y mujeres que han «engordado» sus labios vaginales mediante este procedimiento.

El especialista asegura que el uso de biopolímeros ha aumentado alrededor del 30% desde octubre pasado. Ha llegado a atender a más de 20 pacientes en un día, por alguna complicación.

(LaIguana.TV)