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Desde el asesinato de dos militares la madrugada del pasado 19 de marzo en el bulevar de Sabana Grande, en Caracas, por parte de un grupo de menores de edad que integran la banda “Los Cachorros”, todos los esfuerzos de los organismos de seguridad se han volcado a esclarecer y hacer justicia por el atroz crimen.

 

No obstante, esta no es la primera vez que este grupo de niños y adolescentes en situación de calle cometen delitos de esta magnitud. De acuerdo con habitantes de la zona, todos los días esta banda mantiene azotados a los transeúntes que circulan por Plaza Venezuela, Sabana Grande y Chacaíto.

 

Apenas cuatro días antes del asesinato de los funcionarios del Ejército, un mesonero del restaurante La Tinaja había sido agredido por uno de los jóvenes delincuentes, quien intentó herirlo con un punzón en el abdomen.

 

“Tenía la carta del menú y les hice señas para que se marcharan porque estaba ocupado. Apenas les dije eso uno de los pequeños, que no llegaba a los 12 años, enfurecido, sacó un punzón e intentó clavármelo en el abdomen”, comentó el trabajador.

 

Uno de los vecinos del lugar específico que entre los integrantes de la banda se encuentra una joven de 15 años, que junto a otros muchachos de su misma edad consume alcohol y droga sintética.

 

Señaló que la mayoría de ellos viven en la calle y cuando duermen lo hacen sobre el techo de un kiosco en el bulevar. Mientras que otro grupo de niños y adolescentes, asegura el residente, vive en los edificios de la Misión Vivienda de la calle El Colegio y la avenida Solano.

 

Indicó que “Los Cachorros” esperan a que los clientes de las tascas que se ubican alrededor de la zona salgan de los locales para interceptarlos.

 

“De mi apartamento vi cómo a un grupo de personas que salía de una discoteca lo interceptaron cinco muchachos. Parecía una jauría de lobos hambrientos, les hicieron una rueda de pescado a los hombres que salieron borrachos del bar y los despojaron de las billeteras y los celulares. Nadie los auxilió porque después de las 10:00 de la noche las calles del bulevar están desprovistas de funcionarios policiales. Ellos trabajan en horario de oficina”, agregó.

 

Alrededor de 25 a 30 denuncias de menores de edad incursos en microtráfico y robo reciben los organismos de seguridad a diario y en la semana realizan cerca de 10 detenciones de adolescentes que son llevados a retenes, pero a los pocos días salen a cometer nuevas infracciones.

 

(LaIguana.TV)