El expresidente de Ecuador Rafael Correa expresa este martes, en entrevista con RT, su punto de vista sobre las acusaciones que el actual mandatario de su país, Lenín Moreno, ha vertido contra él y contra Nicolás Maduro, al asegurar que ambos están detrás de las protestas y los disturbios que agitan Ecuador desde la semana pasada.

 

Correa ha señalado las declaraciones del presidente ecuatoriano como «una muestra de la enajenación que tiene Moreno en todo su Gobierno», y le ha reprochado que le culpen a él, constantemente, «del mal manejo económico, del crecimiento de la inseguridad y del fracaso de todas sus políticas». En cualquier caso, Correa señala que «ya nadie puede creer» las afirmaciones de Moreno, porque su actitud «ya es realmente locura».

 

«Dicen que somos golpistas y que queremos desestabilizar al Gobierno», denunció Correa, que se muestra convencido de que «los golpistas han sido ellos, que han roto la Constitución cuantas veces les ha dado la gana».

 

En concreto, Moreno declaró textualmente que «el sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización», y describió a ambos políticos como «corruptos» y evasores de la Justicia. «Ellos son quienes están detrás de este intento de golpe de Estado», aseguró el presidente, subrayando que las personas que incitan a la violencia son en realidad «individuos externos pagados y organizados».

 

Moreno, además, ha anunciado el traslado de la sede gubernamental de la capital, Quito, a la ciudad de Guayaquil, en el suroeste del país. «Me he trasladado a la ciudad de Guayaquil y he trasladado la sede de Gobierno a esta querida ciudad, de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen», aseguró el mandatario

 

Fuertes protestas

 

El Gobierno de Ecuador enfrenta una fuerte contestación social en todo el país, con disturbios en varias ciudades, desde que anunció el martes de la semana pasada una serie de medidas y reformas económicas que sus detractores denominan ‘el paquetazo’.

 

Como reacción a esa oleada de manifestaciones, el mandatario ecuatoriano decretó el pasado jueves el estado de excepción en todo el país, que continúa vigente.

 

Uno de los detonantes de la reacción popular contra el Gobierno fue el Decreto Ejecutivo 883, con el que las gasolinas extra y ecopaís pasaron de costar 1,85 doláres a 2,39 por galón; mientras, el diésel subió de 1,03 dólares a 2,29 (123 %). Además de este notorio incremento del precio de los combustibles, las medidas adoptadas por el presidente Moreno incluyen un paquete de reformas económicas y laborales que podrían reducir sustancialmente sus derechos de los trabajadores.

 

La disposición del estado de excepción por parte de Lenín Moreno es motivo de preocupación para organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que se han mostrado críticos tanto con la suspensión de libertades y derechos que conlleva, como con el «uso excesivo de la fuerza» que han observado por parte de la Policía.

 

(RT)