El sacerdote Eduardo Lorenzo, acusado de haber abusado de al menos cinco adolescentes, se suicidó de un disparo en la tarde de este lunes. El cuerpo del cura fue encontrado en una vivienda de la calle 4 entre 49 y 50 de la ciudad de La Plata.

 

Más temprano, la justicia penal de La Plata había ordenado la detención del cura, acusado de abusos a jóvenes que concurrían a su parroquia. La medida no iba a hacerse efectiva enseguida por un recurso de eximición de prisión que estaba presentado por su defensa.

 

Lorenzo, ex capellán del Servicio Penitenciario bonaerense, gozaba de una licencia y estaba alojado en una dependencia de Cáritas, apartado del contacto con adolescentes, tal como lo dispuso el Arzobispado de La Plata.

 

El sacerdote estaba acusado de corrupción de menores y abuso sexual de al menos cinco adolescentes entre 1990 y el 2008, en una causa que investigaba la fiscal de la La Plata, Ana Medina, quien había pedido la detención del cura a la jueza de Garantias platense, Marcela Garmendia.

 

La defensa del cura había pedido la eximición de prisión del sacerdote por lo que Garmendia debió resolver ambos planteos y tras rechazar la eximición de prisión del sacerdote, había ordenado su detención.

 

Los cinco hombres que brindaron testimonio ante la fiscal Medina relataron, con mucha angustia a pesar del tiempo transcurrido, un similar modus operandi de parte de Lorenzo para perpetrar los ilícitos. El cura se mostraba muy amistoso con los adolescentes de entre 13 y 15 años que concurrían a la Iglesia San José Obrero de Berisso y a la Parroquia Inmaculada Madre de Dios de la localidad platense de Gonnet.

 

El último hombre que se presentó en la fiscalía, semanas atrás, recordó que Lorenzo «me pedía que le hiciera masajes en los pies, o en la espalda, en su cama grande y comenzaba a refregarse contra mi».

 

El sacerdote había sido sometido semanas atrás a peritajes psicológicos en la Asesoría Pericial de La Plata, cuyos expertos concluyeron que Lorenzo poseía «una personalidad con características de manipulación, elevado autocentramiento y egocentrismo, con escasa autocrítica y autobservación impregnada de rasgos nacisísticos».

 

“La muerte no repara el daño”

Conocida la noticia del suicidio, las víctimas del cura Lorenzo, nucleadas en la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina, sostuvieron que la muerte del religioso “no repara el daño”. “Lo único que repara el daño causado a las víctimas es la justicia”, afirmaron.

 

También sostuvieron que el suicidio de Lorenzo confirma que los sobrevivientes de los abusos siempre “dicen la verdad” y criticaron la “dilación de la justicia”, un hecho “intolerable” para las víctimas de abuso, que permitió que el cura permaneciera en libertad.

 

“Por último subrayamos que aún en esta situación, las únicas víctimas son los sobrevivientes del cura Eduardo Lorenzo”, remarcaron.

 

El texto completo del comunicado

 

La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina, ante la noticia del suicidio del cura Eduardo Lorenzo.

 

COMUNICA:

 

1. La muerte no repara el daño. Lo único que repara el daño causado a las víctimas es la JUSTICIA.

 

2. La muerte del cura Eduardo Lorenzo confirma que los Sobrevivientes DIJERON y DICEN SIEMPRE la VERDAD.

 

3. Que el cura llevó a cabo un acto final a la medida de las características señaladas en la pericia a Eduardo Lorenzo, realizada por la Asesoría Pericial de La Plata entre las que se destacan: • «que busca causar un impacto en el interlocutor»

• «llamativamente cuando se realizan señalamientos y principalmente cuando se abordan las denuncias incrementa su tono de voz intentando imponer su análisis»

• «se detecta gestualidad y actitud corporal asociada a ira y a Lorenzo se le torna dificultoso escuchar interrumpiendo las intervenciones que se realizan para continuar con el desarrollo de sus razonamientos»

• «en situación de evaluación Lorenzo intenta correr a las peritos del rol, tratándolas a nivel comportamental como pares simétricos e incluso como un auditorio o público en posición inferior»

• «hace énfasis en haber sido «capellán penitenciario» en haber adquirido «jerarquía en la fuerza» ; reconoce ser un sujeto en ocasiones impulsivo «no soy un ángel, no me cuesta enojarme y haber respondido con algún comportamiento intempestivo»

• «de su situación actual transmite malestar «por sentir que ha perdido todo» y expresa «me hice cura para dar una mano, no quiero que me vean derrumbar.»

 

4. El protagonismo y la impronta de espectacularidad que tuvo su presencia en los medios en este último año, continúa ahora con su suicidio.

 

5. Todo lo que hemos dicho hasta aquí fue posibilitado por la DILACIÓN de la JUSTICIA intolerable para los Sobrevivientes y por la MANIOBRA de SU DEFENSA, que permitió que permaneciera libre a pesar del pedido de prisión.

 

6. Por último subrayamos que aún en esta situación, las ÚNICAS VÍCTIMAS son los Sobrevivientes del cura Eduardo Lorenzo.

 

 

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