Por los lados del autoproclamado “presidente encargado”, Juan Guaidó, no paran de llover escándalos. En los últimos días se han sumado a su lista de fracasos, los “trapitos al sol” que sacó el destituido Humberto Calderón Berti sobre el destino de la llamada “ayuda humanitaria”. También los guisos que cocinaban en la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional (AN) diputados afectos al dirigente opositor.

Para rematar, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) –autodenominado- en el exilio se rebeló y se dividió en dos, tras la “autoproclamación” de una nueva Junta Directiva, electa sin el cuórum necesario.

Ahora hay un TSJ (en el exilio) presidido por Miguel Ángel Martín Tortabú y una Junta Directiva encabezada por Antonio Marval Jiménez. El pasado lunes 2 de diciembre Tortabú, en calidad de presidente del mencionado “TSJ” convocó a la elección de una nueva junta directiva. Sin embargo, no hubo la asistencia reglamentaria. De los 17 “magistrados” solo acudieron 14. El presidente –ante la falta de cuórum- dio por terminada la reunión y se retiró. Quienes quedaron decidieron elegir una nueva Junta Directiva, con lo cual el «gobierno interino» tiene ahora dos Tribunales Supremos de Justicia en el exilio.