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Victoria’s Secret es una compañía estadounidense que diseña lencería y otros productos de “belleza” femenina. A pesar de que su creación fue en el año 1977, vino a cobrar impulso en la década de los 90, cuando comenzó a contratar modelos famosas para sus campañas publicitarias y sus desfiles de moda.

 

La última campaña que lanzó al mercado la afamada compañía, “Los cuerpos perfectos”, hace la insinuación de que sus modelos tienen los cuerpos que toda mujer debe tener, afianzando un estereotipo de belleza femenina que es poco saludable, negativo y que, en la actualidad, no corresponde en muchos casos con las hermosas mujeres de la vida cotidiana.

 

Una vez más el capitalismo, en su empeño por implantar su economía consumista en la que el ser humano es cada vez menos humanizado y los estereotipos más enaltecidos, hace de lado la realidad en la que la salud de muchas jóvenes se pone en riesgo con desórdenes alimenticios por querer seguir los patrones que imponen las grandes industrias.

 

Por su parte, la empresa que también comercializa con lencería, Dear Kate, lanzó una campaña en respuesta en la que sus modelos, de distintas figuras, posan a la manera de Victoria’s Secret y dándole el mismo nombre, para referir la reivindicación a los “cuerpos perfectos” que desestima el mensaje inicial.

 

En las redes sociales circulan mensajes como: “¿Quién le ha dado a Victoria’s Secret el derecho a decidir lo que es un cuerpo perfecto? ¡Dejemos de avergonzarnos de nuestro cuerpo!”.

 

Las acciones no se detienen en críticas, una joven estudiante británica comenzó el proceso de una recolección de firmas porque considera que la campaña puede “perjudicar la autoestima de las mujeres” y le gustaría que “Victoria’s Secret se disculpara por elegir mal el mensaje de su campaña”. Además reitera que deberían enmendar el error porque el anuncio lleva a la concepción de “creencias erróneas sobre el cuerpo humano y su valor real”, lo que contribuye al “aumento de problemas de salud serios derivados de la baja autoestima y la imagen negativa del cuerpo, como los trastornos de alimentación”.

 

Se conoce que más de 16 mil personas han firmado para que la compañía de lencería cambie el mensaje destructor de su nueva campaña publicitaria.

(LaIguana.TV)