En el estado Táchira salió a relucir un nuevo caso de sadismo y abuso sexual masivo contra un grupo de 10 niños que presuntamente fue perpetrado por un pastor evangélico.

 

El caso fue denunciado por la madre de uno de los menores, pues el niño se negaba a asistir a estos encuentros y al preguntarle qué sucedía, su hijo le confesó que el «pastor» los obligaba a masturbarse con «aceite consagrado» para posteriormente violarlos, reseña el diario local La Nación.

 

La madre inmediatamente se comunicó —el pasado martes 18 de febrero— con otros padres quienes lamentablemente confirmaron los abusos contra sus hijos.

 

Seguidamente, la madre que descubrió el caso, acudió a la Policía del Táchira a efectuar las denuncias, a las que también se sumaron las otras familias.

 

Se encargó al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), así como a la Fiscalía Superior del Táchira hacer las respectivas averiguaciones del caso.

 

Psicólogos forenses del CICPC sostuvieron entrevistas e hicieron exámenes a los niños involucrados, así como a sus padres y representantes.

 

Las labores determinaron que el pastor —identificado como «Sergio M. de 25 años de edad»— debe ser investigado por presuntos actos lascivos contra al menos 8 niños, de entre 8 y 10 años de edad, y de violación a otros dos, de 10 y 11 años.

 

El referido pastor dirigía la «iglesia Jesucristo» ubicada al final de la séptima avenida de San Cristóbal y actualmente se encuentra detenido e investigado por las autoridades locales.

 

En detalle

 

«Sergio M.», como es identificado el mencionado pastor de 25 años de edad, fue descubierto por haber enviado un mensaje de texto a uno de los niños, quien posteriormente le confesó a su mamá que él lo había incitado a masturbarse —durante las noches— cuando acudían a reunirse en las llamadas vigilias nocturnas.

 

El infante se había negado durante varios días a regresar a las reuniones en la iglesia. Anta la ausencia del niño el pastor le preguntó mediante mensajes de texto para preguntarle por qué no había vuelto, si era que estaba pasando algo malo, pero el niño no respondía.

 

Estos mensajes fueron descubiertos por la madre del menor, quien preocupada conversó con él y le confesó la situación que estaba viviendo: que el pastor, con ayuda de dos ayudantes —uno de 10 y otro de 11 años también víctimas—, les untaba a todos los niños un “aceite consagrado” en las manos, para luego conminarlos a manipular sus genitales.

 

Ante esta eventualidad, los padres del menor se contactaron con otros representantes, que a su vez indagaron con sus hijos sobre el mismo tema, y estos confirmaron la situación.

 

Esto llevó a que cinco padres y representantes, el martes en la tarde, formularan la denuncia ante Politáchira, y que detuvieran de manera preventiva al sindicado pastor evangélico, a la espera de que fuera emitida la orden de aprehensión, una vez hallaran los elementos de convicción contundentes y necesarios para tal fin.

 

Esto pese a que para el miércoles, al mediodía, en la sede de Politáchira ya sumaban ocho denuncias; es decir, por otros tres niños.

 

En su defensa, el pastor dijo que tenía conocimiento que los niños se masturbaban por voluntad propia, pero que había callado para evitar que sus padres los castigaran; sin embargo, según las víctimas, era el pastor quien les decía que Dios los castigaría si contaban lo que pasaba durante las denominadas vigilias nocturnas.

 

Un equipo médico-forense y psicólogos examinaron y entrevistaron a los niños y, aparentemente, ninguno de los ocho fue abusado sexualmente. Pero los otros dos niños que fungían como ayudantes del pastor si fueron violados.

 

Adicionalmente, los niños revelaron que algunos fueron llevados a un hotel, donde el pastor trabaja de manera ocasional.

 

(LaIguana.TV)