Mucha cautela y uso eficiente de los escasos recursos disponibles, sin caer en la paranoia: tal es la fórmula con la que está abordando el problema del coronavirus (Covid-19) el Ministerio del Poder Popular para la Salud, según lo explicó a LaIguana.TV su titular, Carlos Alvarado.

 

El ministro ofreció detalles sobre el mal que ha tenido brotes en China, Italia y otras 52 naciones, incluyendo seis del continente americano (Canadá, Estados Unidos, México, República Dominicana, Ecuador y Brasil) y que hasta el momento de la entrevista (lunes 2 de marzo) no presentaba casos confirmados ni sospechosos en Venezuela. 

 

También indicó las medidas preventivas que toda la población puede observar y aclaró que no existe ningún medicamento, ni natural ni industrial, que probadamente pueda combatir esta enfermedad. Igualmente expresó su opinión acerca de la posibilidad de que la epidemia sea producto de un acto de guerra biológica o de una maniobra del complejo médico-industrial para obtener ganancias adicionales.

 

A continuación, una versión del diálogo con el ministro:

 

-¿Cuál es la situación en el país para este momento? ¿Hay algún caso reportado o sospechoso de coronavirus?

 

-El tema del coronavirus es muy nuevo y se ha prestado para muchas tergiversaciones, manipulaciones e informaciones no correctas que generan malestar e incertidumbre en la población. El coronavirus es una infección respiratoria aguda causada por un microorganismo viral que originalmente estaba restringido a animales. En los últimos veinte años, esta es la tercera ocasión en que se produce un brote en humanos. Las dos veces anteriores fueron en 2002 y 2012. Esta vez ocurrió en diciembre de 2019, con un brote importante en China y en enero de este año se aisló por primera vez una nueva cepa de coronavirus, con una característica particular y es que puede transmitirse de humano a humano. En los dos casos anteriores no se comprobó este tipo de contagio. Se pensó que era únicamente de animal a humano. Esta vez parece haber habido una mutación que facilita la transmisión de persona a persona y por eso es que muy rápidamente se ha dispersado por los cinco continentes. Para el domingo 1° de marzo había  89 mil 44 casos confirmados con 3 mil 42 muertes. El 90% de estos datos corresponden a China, pero el porcentaje viene disminuyendo porque la semana pasada hasta 99% de los casos estaban en China. El 10% restante está en 53 países donde se han presentado 8 mil 870 casos y 127 defunciones. En Latinoamérica, por primera vez la semana pasada se determina la aparición en Brasil de dos casos y, progresivamente, de la semana pasada para acá, tenemos casos en México, Ecuador y República Dominicana, además de Canadá y Estados Unidos que los tenían desde antes. Son seis los países de América que tienen casos de coronavirus. En Venezuela no hay ningún caso confirmado. Tenemos un sistema de vigilancia que intenta identificar de manera activa la presencia, pero hasta el momento no hay casos confirmados.

 

-Un alto funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que estamos en un terreno muy incierto y desconocido porque hasta ahora no hay una certidumbre exacta de cómo combatir este virus. ¿Es esa la situación?

 

-Sí. Es el secretario general de la OMS (Tedros Adhanom Ghebreyesus). Lo que ocurre es que ante la mutación de un virus hay que comenzar a investigar cómo se comporta, cuáles son sus características, a quién afecta y a quién no. Por ejemplo, ya se sabe que se puede transmitir de persona a persona; luego, que está afectando en China fundamentalmente, en casos severos, a mayores de 60 años y muchos de ellos con enfermedades preexistentes, como hipertensión u otros males cardiovasculares, diabetes, cáncer. Es decir, que quienes padecen enfermedades que debilitan el sistema inmunológico son los que pueden sufrir peores consecuencias de contraer el coronavirus. La mayor mortalidad se ubica allí, al punto de que en China, la mortalidad en la población general está en 3,6%, mientras que en el segmento de mayores de 80 años llega a 15%. Tiene otra particularidad, que ojalá se mantenga, y es que la severidad es menor en los jóvenes. Hay una sola muerte registrada en menores de 19 años. Ahora, también está claro que se ha diseminado muy rápidamente, lo que obliga a buscar alternativas. El objetivo es evitar que entre a los países y que se propague. Algunos países lo han logrado, pero otros, como Italia, no han podido. Hasta la semana pasada, Italia tenía muy pocos casos y ahora tiene más de mil, el virus se ha diseminado de una manera muy importante. Los casos que han llegado a Latinoamérica más que todo vienen de Italia. Originalmente, todos los casos procedían de China, incluso los que llegaron a EEUU y Canadá, pero ahora están llegando de Italia, y nosotros tenemos una colonia italiana grande. Otro país donde ha crecido de manera importante es Irán, y Venezuela tiene vínculos comerciales y políticos con esa nación. Es decir, que hay una probabilidad cierta de que pueda llegar el coronavirus a Venezuela.

 

-Se sabe que el cerco epidemiológico funciona en los lugares de entrada legal, como puertos, aeropuertos y aduanas terrestres, pero ¿qué pasa con el resto de las extensas fronteras marítima y terrestre de Venezuela?

 

-Es un tema complicado que cambia con mucha rapidez, según como el problema evoluciona en el mundo. Hasta la semana pasada, como se suponía que venía de China, el énfasis era en los aeropuertos internacionales porque la aérea es la vía de entrada de China a Venezuela. También pude ser en barco, pero un viaje de China a Venezuela tarda 45 días, mientras en avión, con las conexiones apropiadas, en 18 o 24 horas se puede llegar de un país a otro. En esa etapa, toda persona que ha llegado de China ha sido abordada, interrogada sobre posibles síntomas y se le ha hecho seguimiento por catorce días, con llamadas o visitas diarias a ver si desarrolla algún síntoma. Afortunadamente, desde hace tres semanas tenemos el kit de diagnóstico y podemos hacer la determinación en casos sospechosos. Sin embargo, hasta el pasado fin de semana no se había registrado ninguno. Desde la semana pasada, cuando comienzan a aumentar los casos en lugares distintos a China, y particularmente en Latinoamérica, se amplió el concepto de personas a vigilar y abarcamos a todos los países donde está circulando el coronavirus, que ya son 54. En veinte de ellos se han registrado casos autóctonos, es decir, que hubo transmisión local. En este momento se les hace vigilancia a todas las personas que vienen, ya no solo de China, sino también de Irán, de Italia, de Emiratos Árabes, entre otros. Además, no estamos solo en aeropuertos, sino también en puertos porque, por ejemplo, los afectados pueden llegar en corto tiempo en una embarcación desde República Dominicana. A partir de esta semana también estamos en los pasos fronterizos, empezando por los más grandes porque son en total unos 72 y tenemos que ir avanzando progresivamente. Afortunadamente, en Colombia todavía no tenemos casos confirmados de coronavirus y en Brasil se ha contenido en dos casos y están concentrados en Brasilia. Estamos empeñados en fortalecer el paso fronterizo para tratar de evitar la entrada. Sin embargo, la historia en otros países y en otros momentos es que la mayor cantidad de casos se descubren en comunidad y no en los pasos fronterizos. Por más blindados que estén los pasos fronterizos, siempre se escapan.

 

-Además, parece ser que la persona contagiada puede no tener síntomas en los primeros días. ¿Correcto?

 

-Así es. En promedio entre dos y diez días, pero pueden pasar hasta catorce días, según la experiencia acumulada hasta ahora. Por eso les hemos estado haciendo seguimiento a las personas que llegan procedentes de China. Lo malo es que en algunos casos, como las personas vienen de otros país (porque no hay vuelos directos), no dicen que estuvieron en China. Es necesario revisar muy bien los pasaportes para determinarlo. Cada vez estamos afinando los mecanismos de control para hacer el acompañamiento adecuado. Eso es lo que hacemos, un acompañamiento. Si llega una persona, por ejemplo, de Italia y viene con síntomas, se le aísla, se le toman muestras y se aplica un protocolo que tenemos establecido.

 

-En un país bloqueado, con tantas dificultades para acceder a medicinas, ¿con qué recursos se cuenta para mantener este cerco preventivo y para atender un eventual brote?

 

-Como dice el presidente Nicolás Maduro: haciendo más con menos. Una dificultad adicional es que en este caso particular de la salud, nuestros insumos, los medicamentos, el material médico-quirúrgico, los materiales de protección vienen principalmente de China, y allá la industria está prácticamente cerrada por efectos de la misma epidemia. Es decir, que se nos hace incluso un poco más complejo. Sin embargo, con la política del presidente Maduro de orientar los recursos fundamentalmente al área social, priorizando salud, alimentación y educación, desde la semana pasada él instruyó aumentar recursos para fortalecer tanto la vigilancia como el diagnóstico y el reforzamiento de los centros de salud para una mejor atención. Hasta ahora no tenemos casos, pero si llegaran a entrar, debemos tener el sistema preparado. En eso estamos. Hemos identificado 45 centros de salud a los que llamamos “centinelas”, es decir, que su personal y sus insumos están preparados para atender algún tipo moderado o grave de enfermedad con coronavirus. Eso implica recursos, formación y reorganización de servicios porque se debe tener un área de aislamiento, una terapia intensiva donde también se pueda aislar a algunos pacientes; debe haber una doble entrada de emergencia: uno para casos de enfermedades respiratorias y otra para el resto de las emergencias. Son experiencias aprendidas que estamos aplicando para minimizar la propagación. En China ocurrió que al iniciarse el brote, buena parte del personal de salud se contaminó porque no se conocía ni siquiera de la presencia de esta enfermedad. Mucha de la gente que falleció en los primeros días en China eran trabajadores de la salud. En fin, lo que tenemos son esfuerzos sobrehumanos, extraordinarios del Gobierno para orientar los recursos hacia donde hacen falta en estos momentos. Siempre debemos usar bien los recursos para la salud, de modo que si no llegara el coronavirus, y esperemos que no llegue, igual tendremos fortalecidos estos servicios, que es algo siempre importante.

 

-La mascarilla es una especie de ícono mundial de esta crisis ¿En qué momento un país debe decirle a su población que hay que comenzar a usar mascarillas?

 

-Basándonos en orientaciones internacionales, decimos que debe limitarse su uso al personal de salud y a pacientes sospechosos. No tiene ningún sentido que la población en general utilice mascarillas, no tiene ninguna justificación, ninguna, ninguna. Lo que hace es generar zozobra, alarma e incomodidad. No hay nada más incómodo que andar con una mascarilla, y más en nuestro clima tropical. Nosotros postulamos otras recomendaciones y le pedimos a la población que dejen las mascarillas para los sitios de abordaje. Todos los trabajadores de la salud que están en los puertos, aeropuertos y pasos fronterizos deben tener protección, igual que el personal que va a atender posibles casos de coronavirus. La persona que cumple con los criterios para ser considerado sospechoso de coronavirus, también debe usarla. El resto de la gente, que siga las recomendaciones generales.

 

Guerra biológica o negocio industrial

 

-Entre las muchas cosas  que se dicen sobre una enfermedad como esta es que puede ser producto de una acción de guerra biológica o también que sea parte de los jugosos negocios de las grandes firmas farmacéuticas. ¿Hasta qué punto una epidemia puede ser fabricada?

 

-Las probabilidades existen y los antecedentes existen. EEUU es pionero en el uso de la guerra biológica y para nada sería de extrañar que esto ocurriera. Obviamente habría que tener pruebas para decirlo con toda certeza, pero hay indicios que se están investigando. La respuesta es que sí es posible. La manipulación genética para la mutación de un virus se ha hecho desde hace muchísimos años. Casualmente, la competencia comercial y el enemigo principal de EEUU en ese campo es China, el país más afectado en este caso. Toda su economía está deprimida y de allí sale fortalecido EEUU. Podría ser cierto. Obviamente no tengo las pruebas en mis manos para decirlo con contundencia, pero hay muchos indicios de que esto podría ser una realidad.

 

-¿Y en cuanto a la industria farmacéutica?

 

-Esa es otra hipótesis  que también tiene antecedentes porque la industria farmacéutica, lo que nosotros llamamos el complejo médico-industrial fabrica enfermedades y, sobre todo, fabrica gravedad de enfermedades para orientar el uso de algunos medicamentos o vacunas sin que se haya comprobado su efectividad. Nos pasó con el Oseltamivir para el tratamiento de la gripe H1N1. Muchos países, incluso Venezuela, gastaron millones y millones de recursos y después se demostró que ese medicamento no tenía ninguna efectividad. Igual se crean vacunas por allí y se presentan como una salvación, pero no hay ninguna efectividad. Ya muchos países están trabajando, pero le digo a la gente que baje el nivel de angustia porque para poder recomendar una vacuna o un medicamento tenemos que ver los estudios, no caer en el error en el que incurrimos en el pasado. La industria farmacéutica tiene muchos intereses y en la historia hay cientos de casos comprobados de creación de una epidemia y una necesidad  falsa de un medicamento o una vacuna. Este es un momento en que eso podría ocurrir. Tenemos que estar muy alerta. La gente debe dejar de hacerse eco de rumores. Esta mañana, en otra entrevista, me preguntaron si era verdad lo que se estaba diciendo que era necesario ponerse la vacuna contra la influenza porque protege contra el coronavirus. Eso es completamente falso, pero está claro que alguien está vendiendo esa vacuna y por eso aumenta la demanda, aumenta el precio y ese alguien hace muchísimo dinero. El complejo médico-industrial es uno de los negocios lícitos más prósperos a nivel mundial desde el punto de vista del capitalismo y por eso hay que tener mucho cuidado con eso.

 

-También ha circulado por ahí la receta de un remedio natural. ¿Tiene eso alguna base?

 

-Este es un tema que debe trabajarse más bien con la lógica. A Venezuela no ha llegado el coronavirus… entonces, ¿cómo alguien puede decir que tiene la cura con remedios naturales para un virus que no existe en el país? Es un poco de especulación. Nosotros propiciamos la medicina natural, propiciamos los saberes ancestrales de nuestros pueblos originarios, pero esto no forma parte de la historia de nuestros saberes ancestrales ni de nuestros pueblos originarios. Lo que pasa es que siempre hay gente intentando pescar en río revuelto, probablemente con un trasfondo comercial y de enriquecimiento. Hay que ir con cuidado. Seguramente podrá existir algún remedio casero que llegue a funcionar, pero hasta ahora no hay ninguno, ninguna medicina probada ni casera ni industrializada para el coronavirus. Esta enfermedad se comporta como una gripe y no hay medicina contra la gripe. Hay cosas que dice la gente que mejoran la gripe, sobre todo infusiones calientes, tomar mucho líquido. Eso funciona porque cuando se tiene fiebre, malestar general y secreciones de moco, uno pierde líquido y por eso tomar líquidos, sobre todo calientes, alivia la sensación de malestar. Siempre hay remedios caseros que funcionan, pero afirmar que es una cura para el coronavirus, no puede decirse aún. El llamado a quienes tengan síntomas de gripe es a tomar mucho líquido, mantenerse hidratado. En caso de fiebre con malestar severo, tomar acetaminofén y mucha atención por si aparece dificultad respiratoria, fiebre persistente o dolor torácico. Las complicaciones del coronavirus, en 80%, se curan solas, con medidas caseras,  guardando reposo, según la experiencia de China. De un 15 a 20% tienen una complejidad mayor y es necesario asistir al servicio de salud, ser aislado y recibir tratamiento. Otro 5% pueden ponerse más complicados. Es allí donde debemos ser más cuidadosos porque surgen infecciones en los dos pulmones y comprometen severamente la respiración y allí se requieren terapias intensivas suficientes.

 

-¿Básicamente se trata entonces de tomar medidas de aseo personal y otras prevenciones, como las que usted ha señalado? 

 

-Hay medidas básicas como el lavado de manos, pues se ha demostrado en cientos y miles de trabajos que es una práctica que reduce todas las enfermedades infecciosas transmitidas por la vía respiratoria y por el agua. Una buena técnica de lavado de manos reduce esas enfermedades hasta en 50%. Lo que ocurre es que cuando la gente tose o estornuda se toca en la boca y nariz y luego pone la mano en algún mueble o lugar público que luego es tocado por otra persona, que  a su vez se lleva la mano a la boca. Así se transmiten las enfermedades. Por eso es necesario cambiar la cultura. Lavarse las manos con más frecuencia. Normalmente uno se lava las manos antes de comer, después de ir al baño, antes de dormir… son las reglas de aseo personal más habituales, pero si uno tiene gripe, cada vez que tosa o estornude y se contamine las manos, debe lavárselas. Para no contaminarse las manos, se puede usar un pañuelo desechable y botarlo de inmediato (no un pañuelo de tela porque puede contaminar a cualquiera que lo toque, incluso para lavarlo). También se puede evitar usar las manos, tosiendo o estornudando en la cara interna del codo. Otra práctica conveniente es mantener distancia de las otras personas cuando se tiene gripe porque a menos de un metro es posible contagiarse con las partículas que se emiten con la tos o el estornudo. También hay que mantener limpias las superficies de los objetos de la casa o del lugar de trabajo. Por otro lado, para evitar cualquier propagación, recomendamos que si usted tiene gripe, se quede en su casa dos o tres días. Si hay fiebre persistente o dificultad respiratoria, sí es necesario acudir al médico. Es importante que la gente sepa que no cualquier persona que tenga gripe está contagiada de coronavirus. Hay que tener en cuenta que tanto en Venezuela como en el resto del mundo, las infecciones respiratorias agudas son la principal causa de consulta médica, así que para tener sospecha de padecer coronavirus hay que buscar factores adicionales: si se estuvo en los últimos catorce días en alguno de los países donde circula o si estuvo en contacto con una persona que lo sufre. Hay que tener claridad sobre esto porque la gente empieza a desesperarse. No pueden ver a una persona asiática con gripe porque ya dicen que tiene coronavirus. Nos ha pasado mucho en estos días. La gente dice que “allí hay un chino con gripe” y resulta que es un señor que tiene veinte años sin ir a China. Hay que definir muy bien lo que es un caso sospechoso para poder atenderlo de manera adecuada.

 

-Hay que hacer un balance entre el espíritu de la prevención y la necesidad de evitar el pánico. Tampoco la idea es ponerse paranoico…

 

-No, para nada, la paranoia no funciona. Esta es una oportunidad de oro que tenemos para fortalecer la prevención de las infecciones respiratorias agudas. Con estas mismas medidas que hemos mencionado se previenen también las gripes, la tuberculosis, todas las que se transmiten por vía respiratoria o por medio del agua. Es el momento, vamos a cambiar algunos hábitos como el tema del saludo con la mano y el saludo de beso. Cuando uno tiene gripe debe alejarse de la gente, decir “mira, tengo gripe”. Así disminuiremos todos los contagios.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)