En medio de la pandemia de Covid-19, y como requisito para salir realmente de ella, los seres humanos tienen que repensarse como individuos y como sociedad. En la emisión del programa Desde donde sea del martes 21 de abril, Miguel Ángel Pérez Pirela ejerció a plenitud su rol de filósofo para reflexionar junto a su audiencia acerca del necesario equilibrio entre libertad individual y bien común.

 

Se trata de uno de los grandes dilemas sobre los que han debatido los pensadores durante siglos, pero el drástico giro que ha dado el acontecer mundial en los últimos meses, lo replantea con una particular fuerza.

 

“¿Quién hubiera imaginado que íbamos a estar pensando cotidianamente sobre temas de salud? Antes, esto de las epidemias y pandemias se veía, con mucho racismo, como algo africano porque en ese continente han sufrido enfermedades de todo tipo y en algunos casos hasta se ha utilizado a su población para hacer ensayos sobre esas enfermedades y sus curas. En este caso, la enfermedad comienza tocando y paralizando a las grandes capitales europeas y las ciudades más importantes de Estados Unidos. Lo que resulta extraño es por qué se tardaron tanto las naciones desarrolladas en darse cuenta de lo grave que era la amenaza. Ha hecho tambalear la forma de concebir la ciudad por parte del individuo del siglo XXI, que andaba siempre más concentrado en actividades fútiles. El Covid-19 parece haber enfocado a los seres humanos en los temas reales, fácticos, impostergables”, expresó.

 

Una de esas discusiones tiene que ver con los sistemas de salud y tiene en su base el debate en torno a los roles del Estado y del mercado en los servicios sanitarios. “En las tres últimas décadas, antes del Covid-19, hablar de un sistema de salud público era como mentarle la madre a alguien y a quien se atreviera a plantear eso se le decía que era comunista. Ahora aparece (el presidente de Francia) Emmanuel Macron a decir que “quizá pecamos al quitarle subvención a la salud pública”.

 

Explicó que si se estudia la historia europea, muchos de los sistemas de salud que heredó Europa después de la Segunda Guerra Mundial se basaban en el estado de bienestar, estaban a cargo de los gobiernos y se ocupaban de la ciudadanía en general. Pero luego vino la ola neoliberal, de Ronald Reagan, Margaret Thatcher, George Bush padre, e incluso Augusto Pinochet en América Latina, y se comenzó a relativizar el papel del Estado y a desarrollar políticas para establecer sistemas privados de salud a los que cada quien, según su responsabilidad individual, podría tener acceso. Se pretendió presentar esto como una expresión de la libertad individual.

 

“El problema con eso es que la mayoría de los individuos de una sociedad comen porque trabajan, no son millonarios ni magnates. Y al trabajar, la persona invierte su salud, como dice Silvio Rodríguez. Colocar como dogma absoluto al yo no sirve de nada si no tienes condiciones mínimas para desarrollarte. No es igual de libre Bill Gates que el señor que vende arepas en la plaza Bolívar. Las condiciones de posibilidad para ejercer la libertad son muy diferentes para cada uno en materia de salud, de educación, de transporte –dijo-.Esta discusión sobre la libertad, que propone Estados débiles, apunta a que los ricos tengan cada vez más  posibilidades y los pobres cada vez menos. El Covid-19 nos ha hecho entender la posibilidad de nuevas formas de contrato social donde lo social sea el valor fundamental para que haya equilibrio entre los individuos que forman una sociedad”.

 

“Se debe discutir cómo vamos a enfrentar de ahora en adelante las calamidades biológicas. Debemos preguntarnos por qué si es verdad que el mercado y el individuo funcionan muy bien, cómo fue que Europa y EEUU terminaron peleándose por mascarillas. Eso pasa porque hace falta un Estado capaz de responder en situaciones como esta”, agregó.

 

“Si a esto le sumamos que las guerras que se prevén son biológicas y, citando a Michel Foucault, el basadas en el biopoder, el biopouvoir, nos damos cuenta de que no es una discusión estéril, un saludo a  la bandera o una postura graciosa, sino una necesidad. El Covid-19 nos ha señalado la necesidad de nuevas formas de entender lo colectivo, de reestructurar la forma de organización de la sociedad”.

 

Importancia de la filosofía

El moderador de Desde donde sea apeló a su formación como filósofo para reivindicar la importancia de repensar el contrato social, como lo llamó el iluminista francés Jean Jacques Rousseau. Recordó que desde sus tiempos de Cayendo y corriendo, en Venezolana de Televisión, ha sido un crítico de quienes se empeñan en contraponer la condición de intelectual con la de hombres y mujeres de acción. Todo, a su juicio, ha de comenzar con el pensamiento porque si actúas sin pensar, vas a estar condenado a pedir disculpas.

 

Un participante señaló que parece estar en puertas un nuevo orden social. Pérez Pirela se mostró de acuerdo, pero señaló que será clave ver si esos cambios se decidirán desde las grandes esferas del poder, desde el G-20, o como individuos pensantes y organizados.

 

“La sociedad en la que vivimos no quiere que pensemos, es una sociedad de lo banal, de lo superficial. Cito a Alexis de Touqueville, autor del tratado La democracia en América, quien, tras conocer la experiencia de la naciente democracia de EEUU, aseguró que en el futuro ya más nadie va a crucificar a otro para que cambie de opinión, pero ahora el método será el control de su espíritu… Eso es lo que está pasando en nuestra sociedad. Te voy a atontar, te voy a hacer pensar en músculos, en París Hilton, como los insectos que se emboban con las luces. Los desmanes de esta sociedad tienen que ver con lo que decía Friedrich Nietszche, el rebaño, el rebaño, o como dice mi papá, gente que camina porque ve a los otros caminar. Es una sociedad en la que manda el que más lanza bombas, el que más lanza golpes, el que tiene más dinero”.

 

La corporeidad como clave


Aseveró que otra de las enseñanzas que deja la pandemia es la urgencia de reflexionar sobre la importancia del cuerpo humano, de la corporeidad. “El primer altar que tenemos es nuestro cuerpo. El primer respeto que debemos tener es por nuestro cuerpo. Poco respeto tienen los que dicen que hay que abrir de nuevo y de inmediato todas las actividades económicas porque necesitamos producir. La libertad que nos están vendiendo te dice que salgas porque eres liberal, porque no debes dejarte encuarentenar. El pequeño problema es que no somos islas, vivimos en comunidad, en colectividad, somos como decía Aristóteles, zoon politikón, un animal político. En lo personal, los traspiés me han enseñado a dejar la banalidad, a respetarme a mí con mi circunstancia, como decía Ortega y Gasset. Quien no se ama y respeta a sí mismo, difícilmente puede amar a otro y exigir respeto de otro”.

 

En su concepto, para que los seres humanos reivindiquen su cuerpo individual, paradójicamente, tendrán que apostar por el nosotros, por lo colectivo. “De lo contrario, se dará la dictadura del neoliberalismo, del individuo. Un ejemplo es la situación que han denunciado los enfermeros en Nueva York. Quieren obligarlos a trabajar sin los equipos básicos de bioseguridad y se niegan a hacerles pruebas en sus propios hospitales cuando presentan algún síntoma. Es decir, que la pandemia la están pagando los enfermeros de Nueva York, no los dueños de las torres de Manhattan”.

 

Por supuesto que un cambio no se dará automáticamente. Existe la posibilidad de que, una vez superada la emergencia, se mantenga el mismo orden vigente. “Si termina el coronavirus y no aprendemos nada, quedamos en lo mismo, con gente que será muy libre, pero para producir para el capital, que no se reparte entre la comunidad, porque en ese orden vigente, si el Estado establece impuestos, es un Estado comunista. ¿Será que confundimos libertad con libertinaje?”, interpeló.

 

Una usuaria hizo un lacónico comentario: “El ser humano es difícil”.  Pérez Pirela coincidió con ella y recordó que destacados representantes de la filosofía política, como Nicolás Maquiavelo y Thomas Hobbes, simplemente estaban convencidos de que el ser humano no es bueno porque es egoísta e individualista. “La conclusión es que es precisamente por eso es que la sociedad debe organizarse. San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Anselmo, todos los pensadores de la escolástica, dicen lo contrario. En todo caso, de cara al futuro, los desafíos que nos vienen implican un repensamiento de todo lo que somos. Tomemos este espacio-tiempo para repensarnos como seres humanos y como sociedad. Esa es una de las lecciones fundamentales de Covid-19”.

 

En consonancia con el aserto acerca de las complejidades de las personas, se refirió a lo ocurrido el fin de semana, cuando reabrieron las playas del norte de Florida, luego de unos pocos días, y miles de personas acudieron desesperadas, como si nunca hubiesen visto una playa.

 

También insistió en lo que ocurre en Nueva York, donde le están exigiendo al personal de enfermería que una máscara debe durarle una semana, cuando se trata de personas que están trabajando hasta 18 horas al día. “¿Resultado?: ocho enfermeras muertas o mejor dicho, asesinadas porque no son muertes naturales, son muertes que podían haberse evitado”.

 

A propósito de la bifurcación ente natural y cultural, resaltó el dictamen de la Organización Mundial de la Salud respecto al origen animal del Covid-19, que entonces no es producto de manipulaciones genética. “Es natus, que quiere decir nacer. Nacemos desnudos. Apenas nos ponen la primera muñerita o el primer interiorcito, la cultura llega a cubrir a la naturaleza. El Covid-19, según la OMS,  no es un evento cultural, de cultus, de cultivar la tierra. Pero, si bien es un fenómeno natural, podemos enfrentarlo con lo cultural. Una catástrofe natural la podemos convertir en una oportunidad si la enfrentamos con cultura, inteligencia, metodología, raciocinio”.

 

Falso dilema: prevención o producción


Pérez Pirela señaló que, en paralelo, la crisis biológica de la pandemia conlleva problemas culturales, como la caída del precio del petróleo. Precisó que luego del llamado Lunes Negro, los precios no se recuperaron, por lo que puede hablarse también de un Martes Negro. “Hoy volvió a estar por debajo de cero dólares, en menos 4,51. Al final del día, cerró en menos 16,54, de acuerdo al índice Nymex. Lo que ocurre es que los depósitos de petróleo están llenos y los productores se ven obligados a pagarles a los compradores para que reciban el petróleo”.

 

Otro rasgo económico derivado de la pandemia es que en EEUU sigue subiendo tanto el número de víctimas (contagiados y fallecidos), como el de desempleados. “Se hace clara la discusión entre a qué se le debe dar preponderancia: a la prevención para evitar más fallecidos o a las víctimas de la caída de la economía. En mi opinión, es una falsa discusión porque lo que se debe es pensar la producción desde otra perspectiva y con ello al ser humano”.

 

En esa nueva perspectiva ya no debe haber enfermeras obligadas a trabajar sin instrumentos mínimos, es decir que el trabajador podrá ejercer mejor su trabajo y con más dignidad, sin arriesgar su vida y su corporeidad. “El pensamiento de la reestructuración de la sociedad pasa por unir lo productivo con el cuidado de nosotros mismos y de nuestros trabajadores”.

 

Cifras Covid-19

Pese al énfasis en el debate conceptual pendiente, Desde donde sea no dejó de registrar las cifras generales de la pandemia.

 

Contagiados

  • Global: 2 millones 560 mil 504
  • EEUU: 823 mil 257
  • España: 204 mil 178
  • Italia: 183 mil 957
  • Francia: 159 mil 297
  • Alemania: 148 mil 291
  • Reino Unido: 130 mil 171

 

Observó que, según algunas proyecciones realizadas por expertos, es posible que Reino Unido experimente en los próximos días un dramático salto en el número de contagiado, previéndose que podría superar incluso a las otras naciones europeas de la lista.

 

Recalcó que es muy preocupante la situación de EEUU, país que ya registra 44 mil 845 muertes por Covid-19, pese a lo que el presidente Donald Trump sigue hablando de reanudar actividades económicas en los próximos días.  “Ahora ha anunciado que suspende la inmigración por 60 días, pero no  lo hace para proteger a la gente del virus, sino para que los extranjeros no les quiten el trabajo a los estadounidenses. Eso se inscribe en un  país que tiene entre 32 y 34 millones de desempleados, a razón de siete millones por semana”.

 

Libros recomendados


Las tres obras sugeridas del día fueron:

Documentos del movimiento revolucionario venezolano, 1960-1979, una recopilación del Fondo Documental del Pueblo

 

Señor presidente, del escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias

 

La personalidad Bolívar, del general en jefe Jacinto Pérez Arcay

 

A instancias de los participantes del programa, Pérez Pirela mostró también algunos de sus propios libros, entre ellos la novela Pueblo; obras académicas como Del Estado posible, Perfil de la discusión política contemporánea y La apuesta de los dioses; el trabajo en coautoría La cuestión colombo-venezolana; y artículos publicados en revistas arbitradas (entre ellas la francesa Cité), como Histoire brève de l’impasse vénézuélienne : Les enjeux symboliques (Breve historia del impasse venezolano: los desafíos simbólicos) y El infierno está hecho de buenas intenciones.

 

(LaIguana.TV)