Parte de los planes que pretendía ejecutar la Operación Gedeón para descabezar al gobierno del presidente Nicolás Maduro, fueron ensayados en un ejercicio militar conjunto efectuado entre Colombia y Estados Unidos.

 

De acuerdo a un seguimiento periodístico, entre el 23 y 29 de enero pasado, Estados Unidos y Colombia realizaron un ejercicio militar conjunto en el Fuerte Militar Tolemaida, el principal establecimiento castrense de ese país, ubicado a 2 horas de Bogotá. Brasil, considerada la potencia militar de América Latina, acudió como observador.

 

Desde Estados Unidos llegaron a Colombia 75 paracaidistas de la 82 División Aerotransportada con sede en Carolina del Norte y 40 efectivos del Ejército Sur del Comando Meridional. Además, estuvieron 75 militares colombianos, según lo declarado en esos días. 

 

El Comando Sur de Estados Unidos dirigió los ejercicios y explicó que el objetivo era “avanzar en las acciones de cooperación para combatir estructuras criminales y fortalecer las técnicas de infiltración como el asalto aéreo”. Dichos ejercicios se efectuaron en dos fases: la toma, control y aseguramiento de un aeropuerto y una contraofensiva aérea. Precisamente los dos estadounidenses capturados en Chuao, Aragua el pasado 4 de mayo, dijeron que la misión ese primer grupo que intentó penetrar por Macuto, era “asegurar un aeropuerto para trasladar a Maduro a los Estados Unidos”. 

 

Tres días antes de iniciarse esos ejercicios, el secretario de Estados norteamericano, Mike Pompeo, participó en la III Conferencia Hemisférica contra el Terrorismo donde acusó al presidente Nicolás Maduro de apoyar acciones terroristas de grupos colombianos y del Medio Oriente, por lo cual que “debe rendir cuentas”. A ese evento acudió Juan Guaidó, un diputado de Voluntad Popular, que dice ser presidente de Venezuela.

 

Más ejercicios

 

A los ejercicios militares de Enero, siguieron otros entre el 10 y 20 de marzo pasado. Esta vez eran los “Ejercicios Humanitarios Vita”. Militares de Estados Unidos y Colombia volvieron a encontrarse para tal fin en La Guajira Colombiana: Carrizal, Tres Bocas, Porshina y Jojoncito. Liderando esa jornada estuvo la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo con sede en la Base Soto Cano de Honduras. Utilizaron aeronaves del 1-228 Regimiento Aéreo de EEUU, entre ellos helicópteros estadounidenses del tipo Cheenook CH-47. Desde La Guajira salieron las dos embarcaciones el pasado 1° de Mayo con rumbo a Macuto para incursionar en Venezuela, según lo explicó el ministro Jorge Rodríguez.

 

Y justamente para ese 10 de marzo, cuando comenzaban los ejercicios militares colombo-estadounidenses, Guaidó había convocado a sus seguidores a salir a la calle “para hacer ley el pliego nacional de conflicto”. La convocatoria a través de los medios decía: el mundo nos va a acompañar.

 

Cuatro días después de finalizado el ejercicio militar conjunto, las autoridades colombianas anuncian la incautación de un lote de armas que serían llevadas a Venezuela, vía La Guajira. Posterior a ese anuncio, el mayor general Clíver Alcalá Cordones, reveló desde Colombia que esas armas era para “una operación quirúrgica” destinada a desplazar al gobierno del presidente Nicolás Maduro. Hablaba de la Operación Gedeón, que se concibió bajo un contrato firmado por Juan José Rendón, Sergio Vergara y Guaidó, según palabras de Alcalá Cordones el 26 de marzo pasado. El armamento incautado incluía 26 fusiles de asalto, 30 miras láser y 37 visores nocturnos. La Operación Gedeón se tenía previsto lanzar entre el 23 y 25 de marzo, en plena luna llena, por lo cual fue vendida en las redes sociales como “La Noche Más Oscura”.

 

Ese mismo jueves 26 de marzo, mientras Alcalá Cordones daba detalles de la Operación Gedeón a los medios colombianos, desde Estados Unidos, el fiscal general de esa nación, William Barr, presentaba cargos penales contra el presidente Maduro y otros altos funcionarios del Estado acusándolos de narcoterroristas. Asimismo, ofreció pagar 15 millones de dólares a quien capture y entregue al Jefe de Estado a las autoridades estadounidenses.

 

La transición de Pompeo

 

Cinco días después de esos anuncios del Fiscal General de Estados Unidos y Alcalá Cordones, Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano y el enviado especial Elliott Abrams, ofrecieron una declaración informando que su país planteaba la conformación de un gobierno de transición “sin Guaidó y sin Maduro”.

 

24 horas después de esa oferta, el presidente Donald Trump, anunció que redoblaría la presencia militar de su país en el mar Caribe para cazar narcotraficantes. La operación, dirigida por el Comando Sur, el mismo de los ejercicios militares colombo-estadounidenses, comenzó el 1° de abril pasado. La llegada del coronavirus a muchas de las embarcaciones participantes, debilitó la operación, según monitoreo llevado a cabo por un grupo integrado por el vicealmirante Luis Alfredo Torcat Sanabria, el almirante Orlando Maniglia y el coronel (Ej) Humberto Nieves.

 

La DEA

 

Nieves, quien fungió como Jefe de Inteligencia de la extinta Disip, recordó que un mes después de la operación naval desplegada por Trump en el caribe, se produjo el intento de desembarco en Macuto de un grupo de civiles y militares que venían a deponer al gobierno de Maduro. “Uno de los detenidos confesó que la DEA compró bandas hamponiles para crear desestabilización en sectores claves de Caracas”, dijo. Por ello, Nieves considera que los recientes eventos de mercenarios capturados representan una punta de lanza de probables acciones ofensivas militares que ejecutaría EEUU contra territorio venezolano y el liderazgo político-militar durante este año.

 

El coronel Nieves sostuvo que no puede desvincularse los ejercicios militares de este año en Colombia con la presión que ejerce Estados Unidos para derrocar a Maduro. Recordó que esa jornada participaron, entre otros, soldados de la unidad que desembarcó en Normandía durante la segunda guerra mundial.

 

 En ese sentido Nieves recordó que las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses (75 Regimiento Rangers, Fuerza Delta, Navy SEAL Brigada de FFEE, entre otros) y los paracaidistas de la 82 DAT, o la 101 División de Asalto Aéreo, así como las unidades de desembarco de la Infantería de Marina (UEIM, BEIM) “son las primeras unidades militares que actúan en cualquier evento de toma y captura de puertos, aeropuertos, pistas o cualquier otro objetivo operacional que habilitan como bases aéreas avanzadas”. Pero, previo a sus acciones militares, generalmente le preceden bombardeos sobre áreas y puntos estratégicos “lo que ellos llaman desgaste sistemático con campaña aérea masiva y de cohetería naval”, precisó el analista militar quien dijo que esos eran parte de los objetivos de los ejercicios militares entre Colombia y EEUU.

 

Nieves destacó que, en un esquema clásico de guerra, antes que pueda ingresar cualquier Fuerza Especial y de desembarco, el país incursor requiere incrementar “acciones de inteligencia previas” para detectar posibles amenazas a sus acciones, capacidades y vulnerabilidades, además de marcar objetivos estratégicos, operacionales y tácticos seleccionados. Para ello utilizan fuerzas de penetración e infiltración “con espías que compran conciencias”, alertó.

 

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