La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) prevé un importante aumento de la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad en la región, en un contexto marcado por el bajo crecimiento económico y los efectos del coronavirus.

                                                                                                                                                                                  

En conferencia de prensa virtual, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, propuso que los «Gobiernos garanticen transferencias monetarias temporales inmediatas para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares, lo que será crucial para lograr una reactivación sólida y relativamente rápida».

 

Asimismo explicarle la propuesta de la CEPAL sobre un ingreso básico de emergencia (IBE) que se debe implementar inmediatamente, con perspectivas de permanecer en el tiempo de acuerdo con la situación de cada país.

 

Bárcena destacó que “la pandemia ha hecho visibles problemas estructurales del modelo económico y las carencias de los sistemas de protección social y los regímenes de bienestar que hoy nos está resultando muy caro. Por ello, debemos avanzar hacia la creación de un Estado de bienestar con base en un nuevo pacto social que considere lo fiscal, lo social y lo productivo”.

 

De acuerdo con el informe del organismo, en 2020 la pobreza en América Latina aumentaría al menos 4,4 puntos porcentuales (28,7 millones de personas adicionales) con respecto al año previo, por lo que alcanzaría a un total de 214,7 millones de personas (el 34,7% de la población de la región.

 

En este escenario de mayor pobreza y desigualdad, resalta en informe presentado, amplios estratos de la población de la región viven en condiciones crónicas de inseguridad económica y son muy vulnerables ante las pérdidas de ingresos laborales.

 

Sobre el efecto del coronavirus, Alicia Barcena recalcó que  «ha agudizado las dificultades de la población —especialmente la más pobre y vulnerable— para satisfacer sus necesidades básicas. Por ello, es preciso garantizar los ingresos, la seguridad alimentaria y los servicios básicos a un amplio grupo de personas cuya situación se ha vuelto extremadamente vulnerable y que no necesariamente estaban incluidas en los programas sociales existentes antes de la pandemia”.

 

(teleSUR)

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