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Al parecer un insecto le picó en la primavera de 2014 y le ocasionó graves problemas de salud, hasta el punto de llegar a pensar que podía morir. “Casi no podía comer”, cuenta.

 

En la entrevista además, recuerda que durante la celebración en Las Vegas de su 30 cumpleaños ella apenas tenía fuerzas para levantarse. “Me costaba mucho levantarme para ir a la piscina. Quería estar recostada en la cama todo el tiempo. Mis amigas me preguntaban qué me pasada y yo no lo sabía”, confiesa. Antes de ese viaje ella ya se sentía mal, pero fue justo en Las Vegas dónde se percató que lo que tenía era “grave”.

 

La enfermedad de Lyma es transmitida por las garrapatas.

 

“No podía respirar, ni hablar, ni moverme. Creí que me iba a morir”, cuenta la intérprete. Añade, además, que su madre fue la encargada de cuidarla durante los cinco meses en los que casi no salió de su habitación, mientras que Chad Kroeger, su esposo, no podía estar todo el tiempo con ella porque se encontraba de gira con la banda Nickelback.

 

 La cantante canadiense explica que esta enfermedad la obligó a cambiar su estilo de vida: eliminó el azúcar y el glúten de su dieta diaria e intentaba, cuando tenía ánimo, salir a caminar o nadar y practicaba sobre todo yoga y la meditación. Unos hábitos que seguro que han ayudado para que ahora se encuentre al 80% de su recuperación. “Esto fue una llamada. Simplemente quiero disfrutar de la vida de ahora en adelante. Nunca antes había tenido tan claro lo que quería: salud, familia, amor y felicidad”.

 

(Agencia)