Durante la edición 101 de Desde Donde Sea, transmitida el pasado viernes 29 de mayo, Miguel Ángel Pérez Pirela, a propósito de la débil imputación de la fiscalía en contra de los asesinos del afroestadounidense George Floyd, comentó que «solo el 1% de las quejas contra agentes estadounidenses por racismo acaban en acciones disciplinarias», lo que implica, en consecuencia, que el 99% restante queda impune. 

A su parecer, estas asimetrías estructurales que signan los procesos de administración de justicia en los Estados Unidos obedecen a razones históricas, a partir de las cuales se ha erigido una lógica supremacista que procura –y por mucho, consigue– opacar el racismo presente en esa sociedad.

Esta expresión del racismo estructural fue patente en el caso Floyd, pues aun cuando la fiscalía contaba con «un video como prueba», «determinó que se trataba de una violación a una Ley Federal, dado que la maniobra practicada para inmovilizar a Floyd (…) era considerada técnicamente como una alternativa de fuerza no letal», relató, y por tal razón, los agentes involucrados en el asesinato solamente fueron despedidos, un acto que levantó una ola de indignación colectiva y que obligó a las autoridades a imputarles aunque fuere cargos menores. 

En el caso del agresor principal, Pérez Pirela precisó que los manifestantes «tuvieron que incendiar Minneapolis para que decidieran arrestarlo y acusarlo de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario». 

«Ellos matan a un ser humano y el castigo es que los despiden. Lo que pasa es que este ser humano tenía la piel tostada, era afrodescendiente, por lo cual, según la lógica supremacista estadounidense, era un ‘ser inferior’, por lo cual es más que natural que muera», cuestionó. 

(LaIguana.TV)