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Naciones Unidas advirtió el miércoles de una potencial “matanza de inocentes” a menos que la ayuda humanitaria llegue a un campo de refugiados palestinos en Siria, donde miles de civiles quedaron atrapados en medio de una feroz batalla.

 

Unos 18.000 civiles, incluidos 3.500 niños, se encuentran en el campo ubicado en las afueras de Damasco, apenas a unos kilómetros del palacio del presidente Bashar al-Assad.

 

El campo de Yarmouk, con medio millón de refugiados palestinos, cayó bajo control del grupo extremista Estado Islámico la semana pasada y está rodeado por el Ejército sirio.

 

Pero a medida que se intensificaron los combates dentro y alrededor del campo, que anteriormente controlaban los rebeldes opositores de Assad, los refugiados se han quedado sin alimentos, agua y suministros médicos, lo que llevó a agencias humanitarias a instar a ambas partes a que permitan evacuaciones y el acceso de ayuda.

 

“El nivel de inhumanidad en el que ha caído Yarmouk es francamente inimaginable”, dijo Chris Gunness, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Oriente Medio (UNRWA, por su sigla en inglés), a la Fundación Thomson Reuters en una entrevista vía Skype desde Jerusalén.

 

“La situación es absolutamente desesperante. Necesitamos con urgencia tener acceso humanitario, por lo que UNRWA está instando a todas las partes a ejercer influencia con sus socios en terreno para que podamos entrar al campo”, agregó.

 

Gunness dijo que desde que los enfrentamientos aumentaron la semana pasada, los convoys de ayuda de la UNRWA no han podido ingresar al campamento y la ya grave situación se ha convertido en desesperada, pues los refugiados se han quedado sin agua, alimentos o medicinas y crece el riesgo del brote de enfermedades.

 

“Tenemos imágenes trágicas de niños y otros sacando agua de pozos en las calles”, afirmó.

 

Gunness dijo que la presencia de la UNRWA en el campamento no ha sido regular en los últimos dos años por lo que era imposible estimar el número de personas enfermas actualmente o fallecidas.

 

La guerra en Siria ha causado la muerte de unas 220.000 personas y desplazado a millones de sus hogares hacia otras localidades del país o el exterior.

 

Gunness dijo que unos 94 civiles, entre ellos 43 mujeres y 20 niños, pudieron escapar del campo el domingo.

 

“Para mí es inconcebible que el llamado mundo civilizado pueda quedarse mirando lo que está sucediendo en Yarmouk sin hacer nada”, dijo.

 

“Enfrentamos una potencial matanza de inocentes y el mundo no puede dejar que esto ocurra”, agregó.

 

(Fundación Thomson Reuters)