El presidente de los Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, habría utilizado, según datos del Congreso de ese país, más de 600 millones de dólares robados a Venezuela para ejecutar las obras del xenófobo muro fronterizo colocado en la frontera con México.
 
En un artículo escrito por David Adams de Noticias Univisión, señala que el gobierno de Trump «ha incautado» -por no decir robado- «cientos de millones de dólares en cuentas bancarias, casas de lujo, autos y yates de funcionarios venezolanos corruptos y sus intermediarios en Estados Unidos. Pero nada de ese dinero ha sido devuelto al pueblo venezolano».
 
Al respecto, el periodista argentino residenciado en Miami, EEUU, Andrés Oppenheimer, escribió un artículo de opinión sobre el tema, dónde detalla que la noticia del uso de estos recursos robados a Venezuela, es una noticia importante que pasó por debajo de la mesa en medio de la pandemia del coronavirus.
 
«Aquí hay una noticia que pasó casi desapercibida en medio de la pandemia de COVID-19 y las protestas raciales en Estados Unidos, pero que merece atención: señala que el presidente Donald Trump habría usado fondos incautados a la dictadura de Venezuela para pagar su inútil muro fronterizo».
 
Los abogados del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, quien es reconocido por Estados Unidos como el presidente legítimo de Venezuela, han solicitado que el dinero sea entregado al gobierno interino de Guaidó para ser distribuido –bajo supervisión estadounidense– entre los venezolanos que sufren la crisis humanitaria del país.
 
Los bienes incautados están siendo retenidos por el Departamento de Justicia y el Fondo de Confiscación del Departamento del Tesoro. Y, según registros del Congreso y documentos judiciales, se han utilizado alrededor de $601 millones del Fondo de Confiscación del Tesoro para construir el muro fronterizo de Trump», describe Oppenheimer en su artículo publicado en El Nuevo Herald y el Miami Herald.
 
«Cuando le pregunté sobre el artículo, el embajador del gobierno interino de Guaidó en Estados Unidos, Carlos Vecchio, me dijo que tanto él como el fiscal general del gobierno de Guaidó, José Ignacio Hernández, han solicitado oficialmente al gobierno de Trump que se destinen esos fondos para ayudar a los venezolanos durante la pandemia del coronavirus, y para los más de 5 millones de refugiados venezolanos», comenta el periodista argentino.
 
Oppenheimer agregó que Vecchio -falso embajador de Venezuela y miembro del grupo sediciosos Voluntad Popular, mismo que se ha encargado de robar los recursos y mantener secuestrados los bienes de la refinería CITGO, filial de Petróleos de Venezuela (PDVSA) en EEUU, valorados en más de 60.000 millones de dólares- dijo que no sabía si ese dinero lo habían gastado en el muro.
 
“No sé si el dinero fue usado para el muro fronterizo o no’, me dijo Vecchio. ‘Lo que sé es que estamos haciendo todo lo posible para que ese dinero vaya a un fondo y sea entregado de manera transparente al pueblo venezolano”, acotó Oppenheimer.
 
Agregó Vecchio, «que espera firmar un acuerdo con el gobierno de Trump ‘este año’ para crear ese fondo», esto a pesar que se suponía que Venezuela, bajo el falso mandato de Juan Guaidó tenía control de estos recursos desde enero de 2019, una confesión que echa por tierra que los recursos del Estado venezolano congelados y secuestrados en el exterior están siendo «resguardados» para «protegerlos de la dictadura» de Maduro y dárselos a los venezolanos. 
 
«Gran parte del problema radica en establecer un marco legal mediante el cual los activos recuperados puedan agruparse en un solo fondo, en lugar de tener que ser litigados caso por caso», explicó Vecchio.
 
Según el Departamento de Justicia estadounidense explica Oppenheimer, el gobierno de Estados Unidos tiene al menos 450 millones de dólares en activos venezolanos «vinculados a la corrupción». Gran parte de ese dinero fue incautado en el sur de la Florida.
 
«El senador Bob Menéndez (de Nueva Jersey), que patrocinó la ley VERDAD para asegurar la entrega de estos fondos a un futuro gobierno democrático de Venezuela, me señaló en un email que ‘en lugar de utilizar estos fondos para apoyar a los venezolanos que necesitan desesperadamente ayuda humanitaria o la futura reconstrucción de Venezuela, me consterna saber que la Administración Trump puede estar desperdiciándolos en el vergonzoso muro fronterizo del presidente Trump”.
 
Agrega Oppenheimer en su artículo que «es hora de que Trump dé una explicación detallada sobre si ese dinero ha sido usado para pagar parte del muro fronterizo. Como lo hemos dicho muchas veces, el muro de Trump es un proyecto increíblemente costoso que sirve de muy poco».
 
«Al contrario de la demagogia xenófoba de Trump, el número de inmigrantes indocumentados detenidos en la frontera es muchísimo menor de lo que era a principios de la década de 2000, según cifras de la Patrulla Fronteriza. Además, casi la mitad de los indocumentados mexicanos no llegan a Estados Unidos cruzando la frontera, sino que llegan en avión y se quedan más allá de lo permitido en sus visas», subraya.
 
Añade el periodista argentino que «lo más importante» para Venezuela «es que Trump debería acelerar la creación de un mecanismo legal para liberar estos fondos» y comenta que el gobierno estadounidense «ha contribuido muy poco» para ayudar con recursos a los venezolanos.
 
«En comparación con Colombia, Perú, Ecuador y otros países, Estados Unidos ha contribuido muy poco como porcentaje de su producto bruto para ayudar al pueblo venezolano. Lo que es peor, a diferencia de Colombia, Perú y Ecuador, Trump se ha negado a otorgarle el estado de protección temporal migratoria a los venezolanos en Estados Unidos.
 
Es hora de que Trump sea más generoso con las víctimas de la dictadura de Venezuela. ¡Y el dinero está ahí!», cierra el artículo de opinión de Oppenheimer, quién no es precisamente un defensor del Gobierno venezolano, sino por el contrario, ha sido históricamente un promotor de las campañas de mentiras creadas en EEUU para desprestigiar a Venezuela y así sostener el continuo ataque contra la población que busca controlar el poder político y económico en el país suramericano.
 
Desde enero de 2019 EEUU utiliza la fachada de Juan Guaidó y la creación de un falso Estado paralelo en Venezuela gobernado por este prófugo de la justicia venezolana, junto a un séquito de cómplices como Carlos Vecchio, Julio Borges, David Smolansky, José Ignacio Hernández, entre otros, para robar los recursos de Venezuela en el extranjero, recrudecer el bloqueo total contra la población, sabotear la industria petrolera venezolana, para así tratar de asfixiar al pueblo y generar una implosión social que no ha tenido efecto y que con el pasar del tiempo lo único que ha dejado en evidencia es el vil robo de miles de millones de dólares que han originado una agudización de las carencias en la calidad de vida de los venezolanos.
 
(LaIguana.TV)