La pequeña Yaxury Solórzano Ortega, hoy de 12 años de edad, salió —20 días después de haber sido ingresada— caminando, hablando, sonriendo y con todas sus facultades cognitivas intactas del hospital Pablo Acosta Ortiz, del estado Apure, a pesar del fatalista pronóstico que daban los médicos debido a la grave lesión cerebral causada por un disparo en la cabeza.

Todo comenzó el 10 de marzo de 2017, cuando la pequeña Yaxury se desplazaba, junto con su padre, en una moto  por el caserío Mangas Coveras (Guárico), cuando fueron interceptados por unos delincuentes para robarles el vehículo.

En el hecho, la niña recibió un disparo en la zona tempoparetal derecha, dejándola gravemente herida, con parte de su masa encefálica derramada. Desde ese momento comenzó la larga travesía para llegar hasta un centro asistencial, que incluyó navegar por el río hasta San Fernando de Apure, donde está el hospital Pablo Acosta Ortiz, el centro médico más cercano. Ya habían pasado cuatro horas desde que la niña recibió el impacto de bala.

Yaxury ingresó al nosocomio en estado crítico, desangrada y con pérdida de masa encefálica, aunado a esto en el lugar no había un neurocirujano para atender su caso.

Comenta una persona cercana a la familia que en vista de este panorama poco alentador, la madre de Yaxury reforzó su fe en el doctor José Gregorio Hernández, a quien pidió por su intercepción divina.

“La madre de la niña, al enterarse de que el especialista realizaría la cirugía a su hija con pronóstico reservado, le pidió a José Gregorio, de quien es muy devota, que le salvara a su hija. Asegura que el Venerable le dijo: ‘No te preocupes, que tu hija va a salir bien”, y que después comenzó a sentir una paz que no había sentido desde el incidente”, contó.

Para la ciencia en caso de que la niña lograra sobrevivir a la intervención quirúrgica, tendría problemas graves de motricidad, para hablar, de memoria y pérdida de la visión, todo debido al grave daño cerebral.

Para sorpresa de los galenos, más no para su mamá que sentía ciertas las palabras dichas por el llamado “Médico de los pobres”, a los cuatro días después de la operación la pequeña Yaxury comenzó a rechazar la intubación y a reaccionar positivamente a pruebas médicas.

A los 20 días abandonó el centro asistencial completamente sana, caminando, hablando y viendo sin dificultad.

“El hecho fue calificado como inexplicable por el tribunal eclesiástico cuando una tomografía realizada el pasado diciembre, ordenada por el tribunal, mostró que la niña tiene la lesión en el cerebro pero se encuentra totalmente asintomática , sin secuelas, cuando —21 meses después de haber recibido el balazo, ahora con 12 años— debía presentar discapacidad, según el pronóstico del neurocirujano”, agregó la fuente.

(LaIguana.TV)