La presunta fortuna que amasó Juan Carlos de Borbón siendo rey de España por el cobro de millonarias comisiones ha puesto en aprietos a la corona. La polémica avanza con el pasar de los días y trasciende fronteras. ¿Qué opinan desde América Latina de esta crisis que afecta a una monarquía estrechamente ligada a la historia de este continente?
Ni la decisión de Felipe VI de renunciar a la herencia económica de su padre y retirarle los 194.232 euros anuales que tiene asignados por año, ni los rebrotes del COVID-19 que se registran en España han logrado tapar los escándalos del rey emérito Juan Carlos de Borbón, un hombre que tras la decisión del dictador Francisco Franco, ostentó la corona española durante casi 40 años.
Según información revelada por medios locales, Juan Carlos de Borbón habría acumulado una enorme fortuna por el cobro de millonarias comisiones, un dinero que habría escondido en cuentas en Suiza y en paraísos fiscales, que ocultó a Hacienda y que una parte de ella, exactamente 65 millones de euros, habría regalado a su examante Corinna Larsen.
En España varios partidos políticos con representación en el Congreso han pedido que se investigue al rey por estos presuntos delitos, una petición que, hasta el momento, ha sido rechazada porque la figura del rey es inviolable. Por su parte, partidos como Vox y el PP rechazan una posible investigación al rey emérito y argumentan, entre otras cosas, que ahora los españoles tienen otros problemas que atender y que el rey ha ayudado a mantener la estabilidad política durante los 40 años de democracia.
Desde América Latina, un continente que aún tiene heridas abiertas, no solo por la colonización española y el genocidio indígena, sino por la relación que tuvo Juan Carlos de Borbón con dictadores latinoamericanos, se aplauden estas revelaciones que pone entre las cuerdas al rey emérito.
«Celebramos mucho que esto se de a conocer, no solo para que se haga justicia con Juan Carlos de Borbón, sino porque hace falta que el pueblo español deje de sostener una figura que representa la desigualdad en sí misma, que justifica que haya ciudadanos que por nacer en determinada cuna tengan más derechos sobre el resto de los ciudadanos. Lo vemos como un gran avance que tiene que ver con la conformación de una nueva identidad política para España», opina Gustavo Fernández, miembro de la asociación argentina Federico García Lorca, un colectivo político que reúne a hijos, nietos y descendientes de españoles republicanos que lucharon contra el franquismo.
Las venas abiertas
Fernández explica que desde Argentina tienen una doble mirada sobre la crisis de la Casa Real: una como españoles y otra como latinoamericanos.
«Tenemos el enfoque latinoamericano que tiene que ver con lo que es la imagen de la corona desde la época del genocidio de los pueblos originarios en América Latina hasta el papel que tuvo la corona haciendo lobby por las empresas que vaciaron nuestras economías. Por eso no podemos tener una buena visión de la corona, jamás la hemos tenido. Bueno, hay una parte de la población que sí, incluso tuvimos un presidente que le dijo ‘querido rey’. Pero, digamos, el pueblo latinoamericano jamás ha tenido una visión positiva de una monarquía, es una cuestión de historia y de herencia», detalla Fernández.
Mariano Vásquez, periodista argentino, también miembro del colectivo Federico García Lorca y descendiente de combatientes republicanos, insiste en la necesidad de recordar la vinculación entre el rey emérito con la dictadura franquista. El 18 de julio se cumplen 84 años del golpe de Estado contra la Segunda República.
«El cazador de elefantes, amigo de dictadores como Jorge Rafael Videla y Mohamed bin Salmán, que metía en España miles de euros en billetes por avión y tenía una máquina de contar dinero en la Zarzuela, sigue impune, como su mentor Franco. Recordemos que en 1969 Franco designa a Juan Carlos como su sucesor y Príncipe de España. Franco muere en noviembre de 1975 y la monarquía ratifica la continuación del franquismo sin Franco cuando Juan Carlos I jura por Dios y los Santos Evangelios guardar lealtad a los principios del Movimiento Nacional. La Constitución del 78 convierte a España en una democracia tutelada en la que no habrá justicia para las víctimas de la maquinaria genocida franquista. Habrá impunidad para el terrorismo de Estado y la monarquía será la base de este doble horror sobre los cimientos de aquel sueño maravilloso que fue la Segunda República», sostiene Vásquez.
«¿Por qué no te callas?»
Desde Venezuela, tierra natal de Simón Bolívar, el hombre que logró la independencia de cinco naciones latinoamericanas del dominio español, también se pronuncian sobre estos escándalos que envuelven a la Casa Real, una institución que, para ellos, es sinónimo de anacronismo.
«Es vergonzante que, a estas alturas del partido, el pueblo español mantenga a personas que usufructúan el erario, en nombre de una herencia ficticia de poder, llamada monarquía. Una genealogía que transa con la miseria de la mayoría, y cuyas credenciales son la supuesta sangre azul y un ‘Dios así lo quiso’. El monarca emérito, que una vez se preguntó por qué un presidente electo por el pueblo, democráticamente, no se callaba, se ha dado a la tarea de esconderse, de silenciarse, y con ello evidenciar el jaque mate de la institución que representa: un castillo de naipes en medio del huracán económico español», sostiene Indira Carpio, periodista, poeta venezolana y Premio Nacional de Literatura.
«Es patético ver a Juan Carlos de Borbón sin palabras después de que mandó a callar a Chávez. Está tan acorralado que hasta el hijo lo abandonó. Él, que siempre fue un tipo tan jovial, bromista, que se permitía hacer chistes sobre su condición de rey, que tenía un yate llamado ‘Bribón’, ahora está viendo que todo lo que hizo se le está viniendo encima. Al rey ahora lo tienen en cuarentena no solo por la pandemia, sino por la vergüenza», opina Roberto Hernández Montoya, periodista y humorista venezolano.
«Lo que pasó con el comandante Chávez muchos lo tomamos como una falta de respeto a nuestra identidad latinoamericana y una demostración de cómo la monarquía sigue viendo a los pueblos de América Latina como una colonia, donde han ejercido el colonialismo de distintas formas, a pesar de nuestra independencia, y lo siguen haciendo a través de los poderes económicos», destaca Fernández.
«¿Quién era él para mandar a callar a un presidente de una República elegido por su pueblo? Cuando a él no lo había elegido más que un dictador, o sea, ¿qué catadura moral y legitimidad como Jefe de Estado tenía para decir eso? ninguna. Además, me pareció una actitud muy grosera, presumen de las escuelas donde han estudiado y son unos maleducados», opina Eva Alcázar Leyva, pianista hispano-mexicana residenciada en Ciudad de México y miembro del área de memoria histórica de los círculos de Podemos en el exterior.
¿Qué pasará?
Y mientras algunos especulan sobre los posibles escenarios a futuro, como la posibilidad de apartar al rey emérito de la Casa Real, unos empiezan a quitar el nombre de Juan Carlos I de espacios públicos y otros insisten en un referéndum consultivo.
«Si ellos tanto creen que el pueblo español apoya la monarquía, pues hagamos un referéndum vinculante, que la justicia demuestre que no solo judicializa a ciudadanos comunes, que demuestre que el poder no es impune. Pero dudo que pase. La justicia se negó a llevar a juicio los crímenes del franquismo y hoy la única causa abierta es la Querella Argentina, lo que demuestra que los poderes españoles quieren enterrar el pasado», opina el periodista Mariano Vásquez.
«Pienso que debería acabarse, no tiene por qué haber una monarquía ¿Cómo se va a acabar? No sé, pero el rey podría someterse a un referéndum para ver si la gente quiere que haya un rey. Si la gente lo apoya, perfecto, ya dejará de ser rey y será presidente. Ellos, que nos están dando lecciones de democracia a los venezolanos todo el tiempo, que dicen cómo debemos ser, que reconocen como Unión Europea a Guaidó como presidente, son los que tienen una cantidad de cabezas coronadas y quieren ser fuente de legitimidad», sostiene Hernández Montoya.
«Para mí, lo que debería irse dando es un referéndum que plantee monarquía sí o no, que ahora mismo creo que saldría monarquía no. No creo tanto que es lo que pasará, sino que la misma inercia de los acontecimientos lo va a llevar hacia allá porque esto está cayendo por su propio peso. Ellos mismos están acabando con la corona», considera Alcázar Leyva.
«Desde esta Latinoamérica una y mil veces saqueada, vilipendiada, señalada (distractora de los problemas propios en el reino) decimos que sí se puede ser independientes. Una vez lo demostramos, a sangre y fuego, lo demostramos. Los diferentes pueblos que componen, a sangre y fuego, el Estado español, también pueden. A levantarse», concluye la poeta Indira Carpio.
(Sputnik News)