El canal informativo multiestatal Telesur está arribando a sus quince años haciendo frente al gran aparataje global de las comunicaciones que impone agendas y enfoques.
La periodista Marcela Heredia, una de las figuras fundamentales de esa pantalla, considera que el proyecto de un canal nuestroamericano, que ofrezca la visión sur-sur, se ha consolidado a pesar de todas las dificultades y campañas en contra. “Nuestro gran capital es la verdad”, dijo, en entrevista para el programa Cara a cara, de LaIguana.TV.
-Cuando llegaste a Telesur, como una de las fundadoras, ¿cuál sentiste que era la principal diferencia con los otros medios donde te habías desempeñado?
-Apenas conocí la propuesta, me enamoré de Telesur, la primera señal en español, nuestra, nuestramericana, latinoamericana, empeñada en reflejar la realidad de una forma completamente distinta a lo que estábamos acostumbrados a ver sobre lo que pasa en nuestros pueblos. Esa es, justamente, nuestra mayor fortaleza: estar donde se genera la noticia, tener corresponsales por todo el mundo, abrir ventanas donde los otros medios ni siquiera posan su mirada porque no son lugares rentables para esa enorme industria que es la información en estos tiempos. Nosotros lo vemos como un derecho que es necesario cuidar tanto, y más aún en épocas como esta, de pandemia. Sin Telesur no sé qué se hubiese sabido por ejemplo, de los muertos por Covid-19 en Quito; de lo que hace Bolsonaro en Brasil; de cómo actúan mandatarios en el mundo porque las decisiones que toman los gobernantes influyen en nuestros bolsillos, pero también en nuestras vidas, y esto hoy lo sabemos más que nunca. Nuestro gran capital es la verdad hecha imagen.
-En las etapas iniciales hubo grandes coberturas, historias que le dijeron al mundo “aquí está Telesur”. ¿Cuáles destacarías tú entre ellas?
-Me obligas a recordar, pero la que está marcada a fuego en la historia de Telesur, por todo lo que implicó mediáticamente y porque nos replicaron en todo el globo y se enteraron de la existencia de nuestra señal, fue el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras. Fueron 42 días de cobertura ininterrumpida, las 24 horas, con todos nuestros sistemas informativos en un país centroamericano que vivía una experiencia que nuestros pueblos ya la tenían acumulada como herida. Nosotros en este continente ya sabíamos lo que era un golpe de Estado, pero el que no lo sabía se enteró, conoció por boca de las organizaciones sociales qué pasaba en el país. El expresidente Zelaya con todos los factores políticos salieron a defender la democracia y sus voces fueron reflejadas por nosotros. Pero no nos podemos olvidar de las liberaciones en Colombia o de Libia, con nuestro corresponsal en el lugar, mostrando la realidad. Estamos hablando de coberturas que tuvieron nuestro sello porque las cámaras estaban allí presentado la verdad que los demás medios ocultaban o tergiversaban. Eso también nos ocurre acá mismo, en Venezuela. La cobertura que más nos dolió fue la de la partida del comandante Chávez. También nos tocó despedir a Fidel, pero igualmente dar la bienvenida a muchos otros, seguros de que nuestra pantalla está llevando el germen de la libertad informativa a todos nuestros pueblos.
-Telesur ha sido atacada desde antes de nacer. Recordamos las acusaciones de aupar a grupos terroristas que se le hicieron por una pieza publicitaria promocional, antes de iniciar transmisiones. ¿Cómo han sobrellevado esos ataques permanentes para presentarse como una propuesta informativa seria?
-En eso tiene mucho que ver quien lleva el timón, Patricia Villegas, quien se ha preparado académicamente, ha tenido una formación específica en gestión de medios de comunicación. No basta ser una buena periodista, no basta ser una buena influencer de redes sociales. No. Se trata de gestionar y para eso hay que prepararse. Ese timón en la movilización de un equipo para desarrollar una cobertura, es tan importante como la cobertura misma. Las indicaciones, los liderazgos, las formas de trabajo sugeridas a los equipos son fundamentales para luego tener estos quince años de mantener una postura. Aquí no ha pasado eso de que hoy hay una indicación, mañana otra y pasado mañana no sabemos. Eso es muy importante. Somos un equipo de trabajo que responde seguro del rol y la responsabilidad que nos toca asumir. En televisión, la idea de equipo es decisiva.
-Telesur ha sido una escuela de periodismo en Latinoamérica, de la mano de personas que al incorporarse ya tenían alguna trayectoria en otros medios. ¿Cierto?
-Sí, y que lo han dejado todo para estar en Telesur. Hemos renunciado a otras banderas para asumir la de este tipo de periodismo que consideramos fundamental para nuestros pueblos. Ciertamente es una escuela. A Rei Gómez le decimos que es un maestro de presentadores. Cuando alguien ingresa como presentador al canal, toma con él la formación, se dedican a pulir detalles. Pero más allá de eso, aquí el día a día enseña. Puede ser un compañero que está subiendo una información a la web en un formato que para mí, por ejemplo, es completamente nuevo. Me recibí, o me gradué como dicen acá, en 1994, y por eso nuestra formación es distinta, por más que intentemos poner cara de niños bonitos, tenemos años en un periodismo donde el lápiz, el papel, la cámara fotográfica o de video eran fundamentales en nuestros trabajos. Hoy, el celular se ha convertido en la herramienta, junto a un micrófono y una lamparita, y en esto la nueva generación de comunicadores, no solo venezolanos sino todos los latinoamericanos, tiene muy clara la cuestión del manejo tecnológico. La cuestión es qué decir, cómo decirlo, que el mensaje le llegue al público y sea efectivo, que sea el que queremos dar y no el que la derecha nos dice que debemos mostrar. No olvidemos que (las agencias y grandes medios capitalistas) nos envían unas imágenes que la mayor parte de las veces no sirven para hacer la televisión que queremos hacer para llevar nuestra verdad. Por eso Telesur es tan importante en este momento, con todo el hostigamiento, por ejemplo, contra el pueblo venezolano. Estamos aquí, ponemos la cámara y podemos ser alternativa. Nuestra gran fortaleza y nuestra gran escuela es el mix de los arrancamos en la profesión periodística hace ya unos años y todos los nuevos. Todos son bienvenidos, permanentemente se incorporan compañeros a esta familia de trabajadores en todas las actividades: redes sociales, edición, búsqueda de imágenes… es una cadena en la cual estamos todos incluidos. Allí la escuelita Telesur tiene que ser efectiva para que esa cadena no se interrumpa. Si hay algo que corregir, lo corregimos y muchas veces se debe hacer sobre la marcha. A veces lo logramos, otras no tanto, pero la gente se encarga de hacernos saber cuándo algo no está bien. Eso es muy positivo porque empoderar es la cuestión. Hay compañeros que se han ido de aquí que todavía anhelan, contribuyen y suman. A todos les damos las gracias y les decimos que siguen las puertas abiertas. Hay compañeros que arrancaron aquí y hoy están en otro punto, pero reportando para Telesur. Cuando llegué hace quince años, en Caracas había muchos europeos siguiendo a Chávez, todo lo querían saber y todo lo querían ver porque necesitaban ir al origen de esta revolución… Nosotros nos quedamos, decidimos seguir andando estos caminos de la revolución.
-Quince años es ya un tiempo importante para un medio, sobre todo uno tan atacado como este, pero ¿qué le espera en el futuro? ¿Cuáles son, a tu juicio, los desafíos que tiene por delante Telesur?
–Tenemos una base sumamente importante que es la credibilidad. En ella nos apoyamos para sumar tecnología, que es fundamental en este medio y más en un entorno en el que te cortan la luz, te cortan Internet. Aparece un término en el ambiente mediático venezolano, como es bioterrorista, y de inmediato somos señalados. Esto demuestra que necesitamos lo tecnológico, pero también un mensaje poderoso para defender nuestro derecho a la información. Necesitamos más ventanas, más financiación, más apoyos, más alianzas. Todos los espacios resultan buenos, todos los terrenos pueden ser fértiles si están bien sembrados desde su origen. En Telesur apuntamos a abrir más ventanas, más espacios. Ya tenemos presencia en el continente americano, en distintos espacios de norte a sur, en Europa, en África. Seguimos buscando más, nos mostramos ambiciosos, no dejamos la curiosidad, el desparpajo que nos han caracterizado desde el arranque de nuestra señal. Este siempre ha sido una organización muy vital, desde el personal en general hasta el personal jerárquico y todos apuntamos a seguir creciendo y a que nos vean en todo el mundo. La mejor manera de llevar los hechos en Venezuela es tal como lo estamos haciendo: “ventanita abierta, pase, tome su espacio de opinión, cítenos, busque la fuente, convóquenos”. Y la idea de las alianzas poderosas no es solo a raíz de la pandemia. Ya la teníamos antes y seguirá siendo nuestra idea después de la pandemia. Juntos, estamos absolutamente seguros de que somos terreno fértil para la victoria. Me encanta la idea de la fertilidad porque cuando llegué a Venezuela me asombré de que aquí todo crece. Aunque haya escasez de agua en algunas temporadas, todo crece, semilla que se pone, germina. Y acá somos semilla de esperanza y de optimismo que germina en nuestros pueblos. Así como cuando ven a Messi en Irán, por ejemplo, ven la camiseta y los colores de Argentina, yo quiero que cuando vean a Venezuela, vean los colores de Telesur. Esa es mi mayor ambición.
-Hablando del personal jeráquico, Telesur es tan importante estratégicamente que también tiene un presidente autoproclamado, ¿qué te parece?
-¿Cómo es eso?, cuéntame más.
-Bueno, hay un director nombrado por el presidente autoproclamado. Por tanto, ese director es el presidente autoproclamado de Telesur.
–Jaja. Mira, cómo será de poco importante que no lo tenía en la memoria y por eso te pregunté quién es ese… No, a ese señor no lo conocemos. Telesur tiene una presidenta, que es Patricia Villegas Marín, y digo Marín porque aquí se usa el primer apellido, pero ella dice “mi madre es mía, mi apellido es el de mi madre”. Cuando surgió eso, en la familia Telesur dijimos “¿qué es esto?”. Igual que los médicos que todavía están esperando un apoyo de parte del autoproclamado, mientras las autoridades constitucionales son las que dan la cara, son los que están en sus cargos porque están en los canales legítimos.
-Para finalizar, cuéntanos una de las muchas anécdotas que debes tener. Tenemos entendido que has cubierto en Telesur hasta deportes.
-Esa ha sido una de mis grandes alegrías. Siempre digo que no soñaba, no esperaba hacer coberturas deportivas, pero soy soldado de fusil al hombro, si se necesita eso, lo hago. No es que maneje la fuente deportiva en general. Me gusta y conozco la del fútbol, entonces tanto el Mundial de Rusia como la Copa América calzaban justo para hacer una propuesta que también fue idea de la directiva del canal y que cuajó muy bien, uniendo entretenimiento, deporte sano, nuevos valores en ese campo. Veníamos de una FIFA hundida en casos de corrupción, de una historia en la que siempre los poderosos son los que se lucen. Entonces fue muy rico tener un espacio nuestro en pantalla, todos los días, siguiendo el acontecer, poniéndole humor y sanos valores deportivos, como la competencia y el ganador justo (hablando de Guaidó y sus 100 mil votos, mira dónde me voy). No me había imaginado algo así y me abrió nuevas posibilidades, nuevas visiones, nuevos aprendizajes. Así que también ahí me movió y me gusta mucho. Debo finalizar diciendo que seguimos en lo nuestro. No hemos dejado de salir 24 horas en vivo ni siquiera cuando nos cortaron la luz en Venezuela, cuando nos desenchufaron buscando desenchufar a los ciudadanos de la política y resultó ser que se llevaron una gran sorpresa en ese caso. Telesur jamás perdió señal y esa es una de las fortalezas: que en los momentos más duros podamos sacar temple, buscar opciones creativas y no olvidarnos jamás de este enorme compromiso de realizar nuestra tarea periodística con la visión sur-sur. Mostrando lo que somos.
(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)