En Desde Donde Sea, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela disertó en torno al destino de los cabecillas del abstencionismo opositor de cara a los comicios parlamentarios y analizó las implicaciones geopolíticas y geoestratégicas que subyacen a esta postura y a la del sector que aún oponiéndose al gobierno del presidente Nicolás Maduro, apuesta por la participación electoral. 

En primera instancia, destacó que personajes como Juan Guaidó, Leopoldo López o Antonio Ledezma, que insisten en no concurrir a las elecciones legislativas, después del 6 de diciembre «va a ser gente sin partido, sin curules, sin puesto de libre elección». 

En contraste, otro sector, al que pertenecen políticos como Henrique Capriles Radonski, Stalin González, Vicente Díaz, Henri Falcón o Eduardo Fernández, insiste en concurrir a la cita electoral aduciendo que con ello se cumple lo estipulado en la Carta Magna. 

Al respecto, el analista señaló que «lo interesante» en este caso no se debe a que esta ala de la oposición haya decidido seguir la senda democrática, sino que fueron las filas chavistas, inscritas en la tradición marcada por el presidente Hugo Chávez, quienes condujeron con paciencia «a una parte del sector opositor al campo nacional, al campo nacionalista», aún habiendo tenido que soportar intentos de golpes de Estado, de magnicidio y de invasión; bloqueos y sanciones de toda especie, así como ataques económicos, mediáticos y diplomáticos sostenidos.

«Gracias a esa resistencia, lograron hacer entender a esta parte de la oposición que solamente dándole la espalda a las lógicas injerencistas y yendo a la Asamblea Nacional, se iba a poder plantear una solución en Venezuela», añadió.

Por otro lado, el experto advirtió que no debe interpretarse que dentro del sector de la oposición que decidió participar en las elecciones de diciembre existe un interés real de oponerse a los Estados Unidos. Antes bien, se trata de una maniobra que apuesta a la definición de una nueva política  de Washington hacia Venezuela, en caso de una victoria de Joe Biden. 

Resumiendo, «Guaidó apuesta, junto con Leopoldo López por el moribundo Donald Trump y Capriles está apostando por Biden», precisó. 

Asimismo, invitó a no precipitarse en concluir que lo previo no indicaba la «nacionalización» de un sector de la oposición, pues en su criterio, «de alguna forma, se está echando al traste una política opositora que durante 20 años no hizo otra cosa que eternizar a la oposición en su rol de oposición».

Si la comparación se amplía al plano geoestratégico, puede advertirse que «Guaidó se está amparando en los Estados Unidos y Capriles parece que se está amparando en la Unión Europea a través de la mediación de Turquía», razón por la cual esa alineación se debe fundamentalmente a que «Estados Unidos se opone rotundamente a cualquier elección en Venezuela«, mientras que la Unión Europea ya ha manifestado públicamente que las venideras elecciones parlamentarias están efectivamente previstas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Por tanto, el interés del grupo que contingentemente lidera Capriles Radonski, es conseguir que «la Unión Europea más Turquía, apoyen, diciéndolo o no, la postura de Capriles de presentarse a unas elecciones nacionales, para configurar una Asamblea Nacional venezolana, que dejaría por fuera a los que piden invasión, bloqueo, sanciones, etcétera».

(LaIguana.TV)