Los abusos y los crímenes contra los derechos humanos no paran en Colombia. Recientemente se dio a conocer el caso de una bebé que fue asesinada de un garrotazo por un policía, luego de que este intentara quitarle a su madre el tarantín de venta de café tinto que ella poseía.

La denuncia fue divulgada vía redes sociales, mediante un video en el que se observa a la dama llorando desconsolada por la muerte de su niña.

“Mi nombre es Érika Yesenia Tavares. Yo también fui víctima de la policía. ¿Por qué? Porque un policía, por quitarme mi carnet de tintos me mató a mi hija de un bolillazo. Por culpa de un policía mi niña se me murió. Me la mató un policía de un bolillazo, porque no le entregué un carro de tintos”, manifestó la madre.

El funcionario, según señaló, habría intentado sobornarla pidiéndole la cancelación de 6 millones de pesos. Además de esta suma, le habría pedido que le facilitara una moto.

Recordemos que Colombia es un país azotado por la violencia, sobre todo por la violencia policial cometida contra los ciudadanos de a pie. Según un informe de la ONG colombiana Temblores, entre los años 2017 y 2019 fueron cometidos 639 homicidios por parte de integrantes de las Fuerzas Armadas, de la policía y de los servicios de inteligencia.

Esto se suma a la elevada cifra de líderes sociales asesinados en el país neogranadino, desde que se firmó el Acuerdo de Paz el 24 de noviembre de 2016. Desde ese año hasta julio de 2020 han muerto 349 líderes en manos de efectivos militares y policiales del Estado. Según reporte del diario El Espectador, 52% de estos crímenes han sucedido durante los dos primeros años de Gobierno del presidente Iván Duque.

(LaIguana.TV)