El exdiputado Adel El Zabayar expresó que el Estado venezolano debe asumir la tarea de desmantelar los grupos fuertemente armados, con entrenamiento militar y financiamiento extranjero, que ostentan el control de determinadas zonas, incluyendo algunas de Caracas, bajo la apariencia de ser simplemente bandas de delincuentes comunes.

Advirtió que si no se cumple esta misión en los próximos meses, esas organizaciones criminales se fortalecerán como células paramilitares y se requerirá al menos una década para retomar el control, tal como ha ocurrido en Siria, país de ascendencia de El Zabayar.

Presidente de la Federación de Asociaciones y Entidades Árabes de Venezuela y dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela, El Zabayar estuvo en Siria y tomó parte como voluntario en la guerra de resistencia a la invasión encabezada por Estados Unidos. En represalia, la élite de este país lo acusa de terrorismo y otros delitos.

-Usted ha alertado sobre la posibilidad de que en haya ataques paramilitares desde dentro de las mismas ciudades, tal como ocurrió en Damasco al inicio de la guerra. ¿Qué indicios maneja para sostener esta hipótesis?

-Existe un extraño financiamiento que manejan los grupos armados en todo el territorio nacional, que incluso asombra a los mismos cuerpos de seguridad, esto indica que sus fuentes de financiamiento van muchísimo más allá que el robo de vehículos o los secuestros, y sus habilidades en el uso de armamento deja claro la existencia de un entrenamiento muy sofisticado. Esto indica que hay gente poderosa en el exterior que trabaja para multiplicar a esos grupos. Existe una larga lista de organizaciones que manejan los cuerpos de seguridad, que han tomado control de varias regiones del país, incluso hay lugares donde los cuerpos de seguridad han sido expulsados, y son zonas neurálgicas que pueden representar un peligro para la región capital, como lo son la salida a Oriente, Occidente, Cota 905 y otros lugares. Es decir que tienen la capacidad de secuestrar Caracas y aplicarle una especie de alicate.

-Siguiendo la experiencia Siria, ¿cómo debería llevarse a cabo el combate contra esos grupos irregulares?

– El Estado tiene las herramientas, nuestros cuerpos de seguridad son muy experimentados, el comandante Chávez dedicó mucho esfuerzo para ese fin, pero sin el apoyo político es difícil avanzar. En las empresas de Guayana se vieron muchos casos donde los cuerpos de seguridad tratan de poner fin al uso de armas dentro de las empresas básicas, y sorprendentemente llega una llamada política desde Caracas, igual ocurre en las minas, donde el Ejército vive entre la espada y la pared, por un lado deben poner orden y frenar el auge delictivo y por otro lado el ejército es presionado para bajar el perfil. Estas cosas desgastan. Debemos entrar en conciencia que estos grupos, pueden convertirse en mercenarios y ser contratados para servir intereses extranjeros. Además, da la impresión que ya están siendo reclutados, debido al vertiginoso crecimiento que han tenido últimamente y con armas sofisticadas. Es decir, que algo traman desde adentro. Por ejemplo, para retomar el control del estado Bolívar tomando en cuenta el tamaño territorial que sería igual a Gran Bretaña, se requiere de una movilización de no menos de 30 mil soldados, un mínimo de 20 helicópteros, equipos sofisticados de armas, comunicación y uso intenso de drones que ahorrarían bastante esfuerzo. Pero sobre todo, una remuneración muy especial a los grupos de combate debido a la alta peligrosidad de la misión. Todo esto debe estar acompañado por una presencia activa del Estado en la prestación de los servicios básicos, ya que la creciente inconformidad de la población por la falta de respuesta del Estado, convierte algunas poblaciones en refugios para estos grupos, y no nos extrañe que existan poblaciones administradas por ellos, quienes brindan ayuda y financiamiento a la población que los acoge o cobija, y en consecuencia reciben su protección, debido a la ausencia del Estado.

-Conociendo las características de las barriadas populares donde se asientan grupos de delincuentes comunes muy bien armados y, probablemente, paramilitares colombianos y de otras nacionalidades, ¿no se corre el riesgo de una terrible mortandad al tratar de desmantelarlos?

– Desmantelar a los grupos armados requiere voluntad y determinación por parte del Estado. Habrá fuertes consecuencias, pero el Estado tiene la posibilidad hoy de retomar el control en corto tiempo, es decir, dos o tres años, pues estos grupos ya avanzan en una articulación muy compleja. Para los sirios fue demasiado tarde, y llevan nueve años y quizás requieran otros cinco  más de guerra para acabar con los mercenarios terroristas. Creo que retrasar las operaciones un año más, sería comprometer el país a una guerra de diez años, ya que estos grupos se habrán desarrollado, potenciado y ocupado más extensiones, en lugares estratégicos del país.

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)