El ingreso al hospital como positivo de Covid-19 y la relampagueante recuperación de Donald Trump parecen un capítulo de una serie de Netflix y reflejan el peligroso estado de desesperación en que se encuentra el presidente de Estados Unidos ante una muy probable derrota electoral, lo que incrementa el peligro para los países asediados y amenazados por el gobierno de la superpotencia, entre ellos Venezuela.

Por segundo día consecutivo, el programa Desde donde sea, que conduce Miguel Ángel Pérez Pirela, se dedicó al análisis de la recta final de la disputa por la Casa Blanca, evento que -quiérase o no- afecta al resto del mundo.

«Como en una serie de Netflix, Trump decidió salir del hospital tres noches después de haber ingresado como paciente de coronavirus, fue a la Casa Blanca y se quitó la mascarilla. Palabras más o palabras menos dijo que no había que tenerle miedo al virus, mostrándose como un superhombre que derrotó al Covid-19», reseñó el filósofo y comunicador.

«Lejos de lo que algunos muy ilusamente esperábamos, Trump  no hizo gesto alguno de humildad, no confesó que por su falta de precaución fue víctima del virus. Nada más lejos de su actitud. No dijo que de ahora en adelante usaría la mascarilla, no por él sino por dar ejemplo al pueblo. Pues no,  al contrario, lo primero que hizo al salir del hospital fue quitársela. Gravísimo», expresó Pérez Pirela.

Aunque dice haber aprendido la lección, el mensaje textual del mandatario estadounidense fue «no teman al virus», lo que causó un rechazo a escala planetaria porque ocurre en momentos en los que en ciudades europeas como París y Madrid, se han visto obligadas confinarse de nuevo, cerrándose los bares, los cafés, las terrazas, y justo cuando la Organización Mundial de la Salud advierte sobre un rebrote de la pandemia.

Síndrome VIP

A propósito de la muy rápida curación de Trump, algunos médicos han advertido acerca del síndrome VIP ante el coronavirus. Se trata de creer que la enfermedad puede ser derrotada, juzgando por el caso particular de alguien que ha sido objeto de un tratamiento muy superior al promedio de los pacientes, por ser VIP (very important person). «Es muy fácil cuando uno es tratado como rey, como emperador, salir y decirle a un pueblo que ha perdido 200 mil personas, que no hay que tenerle miedo al virus. Trump fue tratado con anticuerpos monoclonales, aspirinas, esteroides, melatonina, medicamentos experimentales, vitamina D y zinc, en espacios de lujo, en el salón VIP de un prestigioso hospital militar. Es el típico caso del síndrome VIP: una persona muy importante es admitida en un centro de atención médica y su relevancia pública afecta las decisiones sobre la atención que recibirá, según lo explica la revista especializada Chest Journal del Colegio Estadounidense de Cirujanos del Tórax. Expertos médicos creen que eso fue lo que ocurrió cuando él decidió, y se lo permitieron, salir a saludar a sus partidarios, que se habían congregado fuera del hospital antes de que lo dieran de alta».

Explicó Pérez Pirela que eso no fue todo. «El sábado, Trump grabó un video de varios minutos, agradeciendo a sus partidarios, y se sentó a ver una serie de fotos, en una mesa redonda de madera, en una sala de conferencias, actuando como quien está revisando documentos. Trata de darle el mensaje a los votantes: que es inmortal, que es Supermán, que a él no lo vence la Covid-19. El problema es que le está hablando a un pueblo que ya lleva más de 200 mil fallecidos. Tanto en el video como en las fotos, Trump no llevaba mascarilla. No está claro qué medidas se tomaron para proteger a fotógrafos, los escoltas y al personal de la Casa Blanca que al parecer está cundida de Covid-19».

El síndrome del paciente VIP también se manifiesta en el temor de los médicos a hablar claro. «Las declaraciones del jefe del equipo que lo atendió fueron ambivalentes, imprecisas, no reconoció ni negó que haya sido asistido con oxígeno. En ningún momento se le habló claro al pueblo de EEUU sobre esto. Se ha querido tratar al pueblo como si fuera de idiotas e ignorantes. Críticos y editorialistas no entienden esta actitud sin sentido. Cuál es el problema de admitir que un señor de más de 70 años con problemas de obesidad reciba oxígeno».

En EEUU se levantaron muchísimas voces diciendo que no todo el mundo tiene acceso al hospital militar ni tratamientos costosos, de primera mano, exclusivos, VIP, como los tuvo Trump.

Mientras estuvo recluido, muchas personas le dieron mensajes de fortaleza y buena vibra. Entre ellos el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien, junto a sus palabras humanitarias, hizo pasar un mensaje político: «Deseo pronta recuperación, salud y vida a Trump, pese a ser un cruento enemigo de Venezuela y pese a que el magnate no se cuidó y desestimó la enfermedad».

¿Qué dijo su archiadversario?

Para complementar el análisis, Pérez Pirela mostró cuál fue la reacción del rival de Trump en las elecciones presidenciales, Joe Biden ante la recomendación del mandatario a los estadounidenses de que no dejen que el coronavirus controle sus vidas. 

Biden dijo que hay que tener cuidado con esos consejos porque la Covid-19 se ha llevado a 200 mil personas. El candidato demócrata le sugirió a Trump que le diga eso (no dejar que el coronavirus controle sus vidas) a las 205 mil familias que perdieron a alguien. «Espero que el presidente, después de haber pasado por lo que pasó, y me alegro de que parezca que está bastante bien, comunique la lección correcta al pueblo estadounidense: que las mascarillas importan», manifestó Biden.

«Pues, lo siento por Biden, pero Trump, saliendo del hospital, hizo exactamente lo contrario, sacándose la mascarilla. En todo caso,  el mensaje que dio es contraproducente para un pueblo que ha sufrido tanto en estos últimos seis meses, como es el de EEUU. No le deseo la muerte ni el mal a nadie, pero si Trump no quiere cuidar su salud, es su problema. El nuestro, y el del pueblo de EEUU, es que el ejemplo que da es contraproducente».

Sondeos

Pasó a revisar algunas encuestas. Una de ellas, previa a que Trump diera positivo, reveló que la mayoría de los estadounidenses considera culpable al gobierno por la crisis del coronavirus.

El sondeo realizado por la Escuela de Políticas Públicas Harris de la Universidad de Chicago y por The Asociated Press-NORC Center for Public Affairs Research, indica que 56% de los estadounidenses dice que el gobierno tiene una responsabilidad sustancial por la situación; 47% culpa a gobiernos de otros países; y 39% dice lo mismo de la OMS.

 En cuanto a la elección, Biden sumó a sus potenciales votantes a los mayores de 65 años, que antes estaban con Trump. «Esto sucede, tal como en una serie de Netflix,  cuando el Congreso entró en receso por el contagio de tres senadores republicanos. Hasta el 19 de octubre se suspendieron las actividades. Se trata de Thom Tillis, Mike Lee y Ron Johnson.  Otros tres senadores, Ben Sasse, James Lankford y Ted Cruz, dieron negativo, pero asumieron la cuarentena por haber estado en contacto con los primeros.

Sobre la hipótesis de que el contagio de Trump haya sido un invento para atraer votos por empatía con un candidato enfermo, Pérez Pirela opinó que no coincide con el perfil psicológico y simbólico de Trump, que no se caracteriza por la cándida inocencia o la simpatía. «Trump es, más bien, lo que los italianos llaman un disgraziato, es decir, alguien desprovisto de gracia. Quiere ganar sus votos siendo prepotente odioso, provocador, no dando lástima», enfatizó.

Riesgo para Venezuela

Insistió en que la situación desesperada de Trump a menos de un mes de las elecciones prende las alarmas para países atacados, vilipendiados, sancionados, bloqueados por EEUU, como lo es Venezuela. «A mayor desesperación de Trump, mayor peligro para nosotros. El desespero está llevando a arremeter contra varios países. El jefe del Comando Sur, Craig Faller, confesó los planes de EEUU contra Venezuela. Dijo abiertamente que la estrategia para derrocar a Maduro ha funcionado, pero tomará algo de tiempo. ¿Será que habla de la llamada sorpresa de octubre? Según AFP, este oficial lo dijo en mesa redonda auspiciada por el Consejo de las Américas. Es una confesión (relevo de pruebas), pues precisó que tomó una generación llegar a este punto y tomará un tiempo desempacar el marco democrático que ha propuesto Elliott Abrams. Aseguró que la permanencia de Maduro en el poder no se debe a la decisión del pueblo, sino a la influencia de Cuba, China, Rusia e Irán.

Las palabras de Faller fueron respondidas por la Cancillería venezolana, que señaló que EEUU  ha admitido sus planes para derrocar ilegalmente, por la vía de la fuerza y las sanciones, al gobierno de Venezuela. «Esta confesión de Faller, Jefe del Comando Sur, la incorporaremos a la denuncia ante la Corte Penal Internacional como otra prueba de los crímenes de lesa humanidad que se cometen contra el pueblo venezolano».

Covid-19 en el mundo

El presentador anunció una revisión general sobre la evolución de la pandemia a escala global. Comenzó diciendo que la OMS cree que el 10% de la población mundial ya ha tenido coronavirus. «Si sacamos cuenta, eso representa 700 millones de personas. Veinte veces más de los 35 millones que se dan por confirmados. La OMS advierte entonces que la gran mayoría de la gente sigue en riesgo».

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU publicaron una nueva autorización en la que se reconoce la posibilidad de contagios por aire, aunque destacan que  no es la forma más frecuente de transmisión.

Según nuevas informaciones, el Covid-19 puede contagiarse a 1,8 metros de distancia, con la persona infectada en el lugar o después de que haya salido. Es la tercera vez en menos de un mes que estos centros cambian sus parámetros sobre la forma de contagio de la enfermedad lo que demuestra lo lejos que estamos de comprender cómo opera el virus.

Estas nuevas consideraciones ponen entonces en el punto de mira también espacios ventilados y cerrados con actividades como el canto o ejercicio físico, que implican respiración profunda. 

Esto tiene impacto en el mismo EEUU. De hecho, Nueva York ha optado por cerrar escuelas en barrios del sur se Brooklyn y el este y sur de Queens, donde  la tasa de test positivos ha aumentado. Es un esfuerzo para frenar una segunda ola del virus.

El alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, dándole un codazo verbal a Trump, dijo que «los neoyorquinos han trabajado duro para domar al Covid-19 y no hacemos esta propuesta a la ligera, pero en esta ciudad es la ciencia la que guía nuestras decisiones y hacemos lo que los hechos nos recomiendan hacer»

Tras un catastrófico brote durante la primavera boreal, que dejó un récord de casi 24 mil muertos, Nueva York se convirtió en un modelo de manejo de la epidemia, no precisamente prestando atención a los lineamientos de Trump. Por eso mismo ahora apuestan al cierre de las locaciones identificadas como focos de contagio.

En Francia, el país que más recibe turistas en proporción a su población (60 millones de turistas al año por el mismo número de habitantes), la capital,  París, está en alerta máxima por casos positivos. 

«Esto lo celebró  porque tanto en Francia como en España se volvieron locos en verano. En París cerraron bares, piscinas y gimnasios, se redujo el aforo en universidades, teatros, cines, museos y centros comerciales durante 14 días.  De esta manera, París ha declarado el más alto nivel de alerta e intenta con restricciones parciales, evitar otro bloqueo total. La paralización total de la economía francesa provocó caída de producción económica de casi 14% y esto es lo que se pretende evitar ahora. «Me alegra que tomen estas medidas. Ojalá se ponga por delante el interés de los franceses de a pie y no de las transnacionales».

Libro

La obra recomendada fue El don de la vida, del escritor colombiano Fernando Vallejo, a quien calificó como su segundo autor colombiano favorito, después de Gabriel García Márquez.

(LaIguana.TV)