Es notorio el aumento del repudio contra el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, debido al deplorable rol que desempeñó en el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019. Pero ni el funcionario ni el organismo dan señales de rectificación. 

En su programa Desde donde sea, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela analizó lo ocurrido en el escenario continental luego de la contundente demostración del pueblo boliviano, el pasado domingo 18 de octubre, destacando el hecho de que la OEA no solo no pide perdón por haber denunciado un fraude que no existió, sino que insiste en que en las anteriores elecciones, ganadas por Evo Morales, hubo irregularidades.

Tal postura se cae por su peso,  dado que en apenas un año,  el MAS, partido de Morales, paso de ganar con algo más de 10 puntos de ventaja, a hacerlo con un margen por encima de 20. La lógica más sencilla indica que, de haber ocurrido las irregularidades señaladas, en este segundo proceso, con autoridades electorales supuestamente más neutrales, el caudal de votos del MAS debió haber disminuido, no aumentado.

Los indígenas le han dado una cachetada a las lógicas imperialistas de injerencia, pero la OEA, bajo la conducción del uruguayo, no se dio por aludida y, horas después del proceso electoral, se reunió para hablar de su tema favorito: Venezuela.

«En una resolución, instan a que se realicen en Venezuela, lo más pronto posible, elecciones justas, democrática, creíbles y legítimas. ¿De verdad se atreven a decir esto después de la cachetada que le dieron a la OEA en Bolivia? ¿Almagro se permite a estas alturas del partido hablar de las elecciones en Venezuela? Es el mundo patas arriba. Dio un golpe de Estado contra los indígenas bolivianos, quedó en evidencia en estas nuevas elecciones, y él llama a una reunión para decir esto de Venezuela», insistió Pérez Pirela.

La OEA exigió la liberación de los «presos políticos» para reconocer las elecciones legislativas que se realizarán en Venezuela. «Importa poco o nada lo que diga este organismo que hace un año participó en un golpe de Estado», señaló.

En contra de esa resolución votaron Dominica, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda, mientras doce países se abstuvieron, entre ellos Argentina y México, aunque sus representantes fustigaron a Almagro. «Es una vergüenza que Argentina se abstenga. No nos basta esa neutralidad. ¿Cómo se va a abstener México? ¿Ahora hay que ser tibios para mantenerse en América Latina?», recriminó el presentador.

Reseñó las declaraciones del embajador venezolano ante la Organización de las Naciones Unidas, Samuel Moncada, quien expresó: «La OEA es un instrumento de agresión contra los pueblos de América Latina y el Caribe. Lo hizo cruelmente en Bolivia y hoy quiere hacerlo contra Nicaragua, Cuba y Venezuela. La OEA es una amenaza para la paz y seguridad internacionales».

Se preguntó el embajador si Trump se atreverá a solicitar a la OEA que desconozca los resultados de la elección presidencial en EEUU. “Interesante y provocadora pregunta ya que ha dicho que no se compromete a un cambio de mando pacífico si pierde las elecciones, según una nota del New York Times”.

El «caradetablismo» de la OEA
Pérez Pirela hizo referencia a un estudio realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) en el que se ofrece una prueba contundente de que en 2019 no hubo las irregularidades que condujeron al desconocimiento del triunfo de Morales. El informe indica que durante los comicios presidenciales de Bolivia realizados el pasado domingo 18 de octubre, los 86 centros de votación que fueron objetados por la OEA y que se utilizaron como pretexto para decir que se había cometido fraude en los resultados que dieron como ganador al presidente Evo Morales Ayma, esta vez llegaron a obtener la misma cantidad de votos e incluso más que en las elecciones de 2019.

Los centros de votación referidos están en los departamentos de Potosí, Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz, Oruro y La Paz. En una tabla comparativa se expone que en la mayoría de los centros electorales la votación a favor del MAS en 2020 fue mayor que en la jornada de hace un año. En 2019 fue de 91,6%, mientras que en los comicios de este 2020 el respaldo crece hasta el 97%.

El incremento en la votación del MAS condujo a que hasta el momento, el candidato Luis Arce ha obtenido el 54,46% contra 29% de Mesa, la supuesta víctima del fraude de 2019.

Recordó Pérez Pirela que el grupo de auditores de la OEA determinó que de un total de 4 mil 692 actas revisadas para hallar posibles adulteraciones o manipulaciones, 226 correspondientes a 86 centros de votación de 47 municipios, presentaban irregularidades. «La sola mención de esa palabra, sumada a días de alimentar denuncias de fraude en los medios de comunicación, provocaron la violencia de la oposición, el golpe de Estado y la imposición de un gobierno de facto de la ultraderecha presidido por la ahora exdictadora Jeanine Áñez. Ahora la OEA reitera que hubo irregularidades… ¡Qué caradetablismo, y esto es algo que preocupa, entristece e indigna! La Misión de Observación ahora reconoce la victoria de Arce, pero vergonzosamente mantiene su postura sobre las supuestas manipulaciones e irregularidades en las elecciones de 2019. En su informe ratifica las denuncias. Aplaudió  las reformas al Tribunal Supremo Electoral durante el gobierno de facto de Áñez y celebró la anulación de los comicios del 20 de octubre de 2019». 

El costarricense Manuel González, jefe de la Misión en ambas ocasiones felicitó al TSE y se atribuyó el mérito del exitoso proceso del domingo 18. «Gracias al informe de auditoría realizado tras las elecciones del año pasado, hoy el país tiene una autoridad electoral independiente y tuvo una contienda más equitativa y transparente. La gente votó en libertad», aseguró.

Para darle contexto histórico al análisis, el director de LaIguana.TV subrayó que el papel de la OEA como uno de los principales factores de desestabilización de la región es hoy especialmente destacado, pero no se trata de una novedad, si se considera que pronto se cumplirán 58 años de la salida de Cuba, país al que se excluyó por «acercarse al bloque chino-soviético y dar la espalda al sistema panamericano». 

Rememoró que en 2009, la OEA  la invitó a reincorporarse, pero Cuba rechazó la propuesta alegando motivos ideológicos. “Cuba comparte valores que son contrarios a los del capitalismo neoliberal y egoísta que promueve la OEA y se siente con el derecho y la autoridad para decir no a la idea de incorporarse a un organismo en el que todavía los Estados Unidos ejercen un control opresivo”.

Movimiento contra Almagro
No se puede hablar de la actual OEA sin hablar de Almagro,  dijo el conductor de Desde donde sea antes de revisar lo que se ha dicho del excanciller de José Pepe Mujica, luego de la jornada electoral boliviana.

Una de las posturas más contundentes la adoptó el Grupo de Puebla, que exigió la dimisión de Almagro, argumentando que la contundente victoria de Arce confirma que no hubo fraude en los comicios de 2019, como lo declaró la OEA y en lo que insistió Almagro.

Según el Grupo se Puebla, la insistencia de la OEA en catalogar como fraudulentos los comicios sin presentar evidencias, desencadenó la situación de violencia política y social, que terminó en golpe de Estado. «El liderazgo de Almagro está seriamente cuestionado. Su papel en la desestabilización de Bolivia y las relaciones excluyentes que mantiene con otros países del área lo inhabilitan para seguir ejerciendo el papel de mediación  y facilitación democrática que debería desempeñar», enfatizaron.

«Los resultados de la reciente elección en Bolivia, con un triunfo contundente de la opción de MAS-IPSP, liderada por Luis Arce, con más de un 20% de diferencia con el candidato Carlos Mesa, confirmó de forma fehaciente lo que varios estudios de centros de investigaciones internacionales habían señalado en estos últimos meses: que no hubo fraude en las elecciones de octubre del 2019 y que Evo Morales se hubiera debido posesionar como Presidente legítimo de Bolivia si la OEA, en su condición de Observador, no hubiera desconocido dichos comicios», indicó el mecanismo diplomático en su comunicado.

«El cuestionamiento electoral de la OEA, además, desencadenó una situación de violencia política y social, que terminó en un golpe de Estado y la posterior renuncia del Presidente Evo Morales -prosigue el documento-. Ante estas evidencias, es claro que el liderazgo regional del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, resulta seriamente cuestionado. El papel que jugó en la desestabilización democrática de Bolivia y las relaciones excluyentes que mantiene con otros países del área lo inhabilitan para seguir ejerciendo el papel de mediación y facilitación democráticas que debería desempeñar al frente de tan importante cargo. Su salida ayudará a recuperar la paz en la región y reactivar la integración regional que tanta falta ha hecho en estas épocas de pandemia».

Otro cuestionamiento importante fue el de Argentina. Pérez Pirela expresó que, pese a ser un país triste en muchas de sus decisiones, puso en su lugar a Almagro. El canciller Felipe Solá dijo: «La OEA debe ser contención, nunca juez o gendarme político. No se cumple con este mandato adoptando posiciones personales o que no guarden el mismo sentido o énfasis según el gobierno del que se trate. Mucho menos cuando alimentan el problema que debería solucionar. El secretario general debe actuar en concordancia con la acción y la política decidida por los órganos políticos de esta organización, en cumplimiento de su función de promover las relaciones entre los Estados. No se cumple con este mandato adoptando posiciones personales o que no guarden el mismo sentido o énfasis según el país o gobierno del que se trate, mucho menos cuando terminan alimentando el problema que debieran solucionar».

El analista puso de relieve las contradicciones del gobierno de Alberto  Fernández, que por un lado repudia las sanciones contra Venezuela y Cuba, pero se ha negado a prestar apoyo en votaciones clave. «¿Por qué se abstuvo en la ONU? No estamos para posiciones tibias, esas solo hacen posible que llegue gente como Bolsonaro, Duque, Macri o Piñera. Es momento de dejar de contentar a EEUU para que no sancione. Siempre van a hacer lo que les venga en gana y a actuar según sus propios intereses. ¿Cuándo los presidentes progresistas van a entender esto?»

Otro fuerte cuestionamiento fue el de México. Maximiliano Reyes, vicecanciller para América Latina y el Caribe, señaló que la Secretaría General de la OEA «utilizó de manera facciosa a la Misión de Observación Electoral para denunciar prematura un supuesto fraude que nunca existió y este uso faccioso generó inestabilidad, violencia y desorden constitucional en ese país, y creó un entorno internacional de confrontación».

El gobierno mexicano sostiene que «la Secretaría General de la OEA no está para calificar elecciones o gobiernos y por ello le sugiere al señor Luis Almagro someterse a un proceso de reflexión y autocrítica, a partir de sus acciones en contra de la Carta de la OEA y por lastimar la democracia de Bolivia, para determinar si aún cuenta con la autoridad moral necesaria para seguir encabezando esa Organización. Mi país denuncia el afán del secretario general de intervenir en los asuntos internos de nuestros Estados y de lastimar nuestras democracias. Lo que ocurrió con la OEA en Bolivia, no debe repetirse jamás».

Pérez Pirela lanzó la pregunta cómo queda Almagro ante su país, Uruguay, y recapituló que el diplomático, supuestamente izquierdista, fue expulsado del Frente Amplio luego de abogar por la aplicación de la Carta Democrática y alentar una intervención armada en Venezuela.

«Pepe Mujica reconoció públicamente haberse equivocado al recomendarlo como secretario general de la OEA. En una carta, en la que se despidió de  Almagro, le dijo que el rol de un funcionario diplomático es ayudar y no incrementar hostilidades en medio de un conflicto».

«Está claro que Almagro utilizó al Frente Amplio y a Mujica para alcanzar el cargo. En su primer mandato tuvo incluso el apoyo de Venezuela. Y terminó siendo el secretario de la OEA que más daño ha hecho a los pueblos latinoamericanos. Sus manos están ensangrentadas de pueblos como Bolivia y también el de Venezuela porque ha apoyado las sanciones y las salidas violentas. No creo que nadie en Uruguay quiera a Almagro. Pese a que  la OEA siempre ha sido una embajada imperialista en la región, pocas veces ha jugado un rol tan ingrato, triste y desgraciado. Y pocas veces le han dado una cachetada tan fuerte a este organismo como la que le acaba de dar el pueblo boliviano», puntualizó.

Libro
La lectura recomendada de la noche fue Justicia y Política del pensador francés Francois Guizot

(LaIguana.TV)