El expresidente de Bolivia Evo Morales cruzó este lunes, a las 10:09 de la mañana (hora local) la frontera entre el territorio argentino y el boliviano, concretamente a la fronteriza ciudad de Villazón.

«Evo Morales, regrese a su patria, de la que nunca debió haber salido, ni ser maltratado como lo fue», dijo el mandatario argentino, Alberto Fernández, quien lo acompañó hasta la línea que divide a los dos países.

Por su parte, Morales dijo que sintió que lo acompañaron «los pueblos y la patria grande» con el respaldo de Fernández. «Son momentos de gran emoción y profundo agradecimiento a mis hermanas y hermanos argentinos», mencionó.

En Villazón, una multitud lo esperaba y ante ellos ofreció su primer discurso en suelo boliviano, tras permanecer un año en el exilio.

«No dudaba (que) iba a volver, pero no estaba seguro que iba a ser tan pronto, (esto es) algo histórico, algo inédito», manifestó el exmandatario ante los asistentes.

«Cementerio o EEUU»

Morales estuvo fuera de Bolivia desde el 11 de noviembre de 2019. Esa noche salió de su tierra y, tras 12 horas de viaje llegó al siguiente día a México.

Justamente fueron las autoridades mexicanas quienes actuaron para ayudar al exmandatario tras el golpe de Estado en su contra. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador le ofreció asilo político por «razones humanitarias» y envió un avión de la Fuerza Aérea Mexicana para sacarlo de Bolivia. Un mes más tarde, se refugió en Argentina.

Este lunes, ante la multitud, Morales reveló la razón por la que decidió salir del país. «Alguien me dijo: ‘Evo, nos has abandonado’. Yo decía: ‘Si me quedaba tenía dos caminos: el cementerio o EEUU’. Hermanas y hermanos, en el mejor momento hemos decidido retirarnos y cuidar la vida», relató, haciendo alusión a que podría haber sido asesinado o encarcelado y enviado al país del norte.

En efecto, durante este año, autoridades del gobierno de facto que se instalaron luego del golpe de Estado iniciaron procesos judiciales contra el exmandatario por los delitos de sedición y terrorismo.

A finales de octubre, luego del triunfo del MAS, quedaron sin efecto tanto al imputación como la orden de aprehensión contra el exmandatario, según informó el presidente del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de La Paz, Jorge Quino.

«Fracasaron», no hubo fraude

En su discurso, Morales recordó que la crisis política en Bolivia, que provocó su salida del poder, se originó luego que él fuera reelecto en los comicios del 20 de octubre de 2019. Su triunfo causó malestar en sectores de derecha y extrema derecha boliviana, que iniciaron violentas protestas en gran parte del país; manifestaciones que fueron avivadas por el pronunciamiento de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), en cuyo informe preliminar instaba a repetir las elecciones.

Al respecto, Morales consideró que la reciente victoria de Arce ratificó que «no hubo fraude el año pasado», y pidió a las autoridades judiciales liberar a las exautoridades del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que están siendo procesadas por ese motivo.

«Ayer el MAS ha vuelto al gobierno, ahora Evo está en Bolivia, fracasaron», dijo Morales, quien destacó el hecho de que se haya «recuperado la democracia sin violencia».

«La derecha no duerme»

Al aludir el golpe de Estado en su contra, Morales arremetió contra «la derecha boliviana», a la que acusó de estar «acompañada, dirigida y financiada» por EEUU con el objetivo de «frenar» el proceso de cambio en el país andino.

Para el exmandatario, su derrocamiento fue propiciado por la actuación de «grupos que no aceptan que los movimientos sociales y el movimiento indígena también puedan gobernar», y señaló que el propósito era derribar «el modelo económico» instaurado durante su Gobierno, que incluyó las nacionalizaciones de los hidrocarburos y todos los recursos naturales del país.

«Eso no lo acepta el imperio, no lo acepta el capitalismo, menos el Fondo Monetario Internacional», enfatizó el expresidente.

Sin embargo, celebró que un año después se regresara a la senda del proceso político que había iniciado en Bolivia. «Ahora nos toca cuidar a Lucho como presidente, cuidar nuestro proceso de cambio, la derecha no duerme, el imperio siempre está mirando nuestros recursos naturales; pero con esta experiencia, con más fuerza, ya se acabó el tiempo de llorar, ahora debemos organizarnos», instó.

Antes de culminar su discurso, reiteró que su país tiene tres motivos de fiesta: «Uno, el hermano Lucho presidente; segundo, Evo, Álvaro (García Linera) y todos los refugiados retornando a Bolivia; y tercero, el gringo que nos dio el golpe (de Estado) el año pasado, ahora nosotros damos el golpe al gringo en EEUU», dijo en referencia a la derrota de Donald Trump en los comicios presidenciales estadounidenses.

(RT)