El mandatario colombiano, Iván Duque, visitará la población de Cúcuta el venidero sábado 5 de diciembre, tras lo cual evaluará unilateralmente la reapertura de la frontera colombo-venezolana, según le informó al diario El Tiempo, Jairo Yáñez, burgomaestre de la localidad, a mediados de noviembre.

El arribo de Duque a la frontera, apenas un día antes de celebrarse las elecciones legislativas en Venezuela, ha generado suspicacias y expectativas, pues su Gobierno ha respaldado, discursiva y logísticamente, las acciones sediciosas emprendidas por Juan Guaidó y su grupo para deponer al presidente Nicolás Maduro. Además, ha solicitado que se impongan más medidas coercitivas unilaterales sobre su vecino y ha clamado sin rubor por una intervención extranjera.

En el contexto pandémico, Bogotá se ha negado a establecer un canal de comunicación con Caracas, pese a la insistencia de Maduro y otros funcionarios venezolanos y solamente accedió a usar como interlocutores a la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, pero hasta el momento, la cooperación binacional ha sido prácticamente inexistente.

En el trabajo firmado por la periodista Luisa Mercado se indica que «según datos de Migración Colombia, 197.979 venezolanos viven en Norte de Santander». El ente colombiano asegura que la cifra «aumenta diariamente si se tiene en cuenta el ingreso moderado de migrantes a través de las trochas en la frontera». Prevén, asimismo, que los ingresos de venezolanos a territorio colombiano «se disparen», si se abren los pasos internacionales legales.

Yáñez dijo que «la apertura de la frontera es una situación multidimensional, que obedece a varios temas. En temas micro obedece en ver cómo alrededor de 300, 400 o 500 personas se desplazan en condiciones humanitarias difíciles en las trochas, donde hay grupos ilegales. Por eso, tenemos que tener proyectos con visión de largo plazo porque la frontera va a estar ahí todo el tiempo».

Empero, a inicios de septiembre, Europa Press, citando cifras recabadas por la OEA entre marzo y agosto, refirió que a Venezuela habían regresado unas 105.000 personas desde Colombia y la cifra no ha dejado de crecer.

Las razones que aducen los connacionales para volver, aún tras semanas de caminata y sin un mínimo respaldo del gobierno del país hermano, son fundamentalmente dos: desplome de sus ingresos –con lo que muchos perdieron el techo y la capacidad de comprar alimentos– y la errática política de Duque en el manejo de la crisis de la COVID-19, que a la fecha ha infectado a 1.248.417 personas y ha arrebatado la vida de 35.287, lo que hace de Colombia uno de los países proporcionalmente más golpeados por la pandemia, de acuerdo con datos del portal Worldometers del 22 de noviembre.

En contraste, siguiendo esa misma fuente, desde el inicio de la pandemia, Venezuela ha reportado 99.835 pacientes diagnosticados con el nuevo coronavirus y solamente han fallecido 871 personas.

El alcalde de Cúcuta advierte que esta ausencia de comunicación entre los países es «dramática y crítica», puesto que, de existir «algún mecanismo que permitiera integrar una labor de coordinación entre los dos países», no habría «mayores dificultades para que esta planeación fuera lo más acertada posible».

Según comentó con El Tiempo, su oficina analiza la puesta en marcha de un plan de atención preliminar en las inmediaciones de los puentes fronterizos, «para tratar de controlar y coordinar la demanda de bienes y servicios que puede demandar esta población de forma masiva, y viendo de esta manera también cómo fortalecer la estrategia PRASS (pruebas, rastreo y aislamiento selectivo sostenible) en la zona de la frontera, para hacer pruebas rápidas que nos permitan identificar posibles personas que vengan contagiadas del virus del COVID, y dependiendo del número de migrantes tendremos que tener más puestos de tamizaje en la zona de frontera».

En su criterio, esto solamente será posible con la creación de la Gerencia de la Migración en la frontera colombo-venezolana, instancia que permitiría planear estratégicamente y coordinar acciones de salud, transporte y logística «en cada punto de contacto de Venezuela», a partir de una «caracterización de la población» venezolana con herramientas de registro e identificación biométrica desarrolladas por Migración Colombia que estarían disponibles en la primera quincena de diciembre.

En todo momento, Yáñez insistió en que es potestad de Iván Duque decidir, tras su visita, programada para el 05 de diciembre, si finalmente se abre la frontera entre Colombia y Venezuela y en qué condiciones se hará.

En el discurso oficial del Gobierno colombiano no pareciera importar qué opina el Gobierno del presidente Nicolás Maduro sobre la viabilidad de esta reapertura y tampoco parecen hacerle ruido los argumentos contradictorios que ofrecen para defender el registro de venezolanos.

(LaIguana.TV)