El fin de semana, Guatemala se sumó al conjunto de países latinoamericanos que han registrado protestas y represión en medio de la pandemia.  A pesar del grave riesgo sanitario, la gente ha salido a manifestar  y lo hace precisamente contra los recortes presupuestarios a la salud y otros campos sociales. 

Una vez más, la COVID-19 ha dejado sin máscara al modelo liberal que se les ha impuesto a las naciones de la región, a pesar de que  los grandes medios de comunicación se esfuerzan en ocultar la crisis.

Los planteamientos fueron formulados por el presentador del programa Desde Donde Sea, Miguel Ángel Pérez Pirela en la emisión del lunes 23 de noviembre, luego del tenso fin de semana en el país centroamericano.

«¿Qué está pasando en Guatemala y que significa para la región?», se preguntó, como punto de partida de su análisis.

Para poner en contexto el tema, leyó y comentó algunas de las pocas notas informativas que se han publicado respecto a la situación guatemalteca. 

Precisó que la junta directiva del Congreso de Guatemala se reunió durante el día lunes y decidió la suspensión del trámite del Presupuesto 2021 atendiendo a una propuesta del presidente de la Cámara, Allan Rodríguez, quien tuvo respaldo de algunos jefes de bloques cercanos al Gobierno.

Desde la oposición guatemalteca sostienen que la junta directiva no tiene potestad legal para archivar ninguna ley aprobada por el pleno de la Cámara. La directiva señaló que la suspensión se produjo en aras de mantener la gobernabilidad del país y la paz social, después de las protestas iniciadas durante el fin de semana y las cuales provocaron el incendio de parte de la sede del Congreso.

Ahondando en los antecedentes inmediatos de las protestas, señaló que el pasado miércoles la alianza de partidos oficialistas reunió 115 votos de los 160 legisladores para aprobar el presupuesto estatal por el equivalente de 12 mil 800 millones de dólares, cifra que constituye un récord.

En el presupuesto, el dinero para la atención de la COVID-19 se obtiene recortando gastos en otros ámbitos, tales como la oficina del Procurador de los Derechos Humanos, al Organismo Judicial, la Universidad de San Carlos, los pacientes oncológicos, los niños recién nacidos y las madres lactantes, entre otros.

A pesar de esos recortes, el presupuesto en cuestión acarreará una deuda histórica para Guatemala, dada la necesidad de obtener financiamiento externo para solventarlo. 

La  polémica se agudizó porque la aprobación de la ley de los Presupuestos se tramitó de urgencia nacional (y fue aprobada de madrugada), después de que el documento final se hubiera trasladado a los diputados tan solo unas horas antes, sin tiempo para analizarlo y con cambios sustanciales respecto al texto debatido. «Trataron de aprobarlo entre gallos y medianoche, como decimos en Venezuela. Un madruganazo que salió mal, un mero engaño«, dijo el filósofo y comunicador.

«Luego de la aprobación de los Presupuestos se han sucedido las protestas muy virulentas, que llegaron a su punto álgido el sábado con una masiva marcha y con la quema de parte de la sede del Congreso. Estas imágenes dieron la vuelta al mundo», reseñó.

El viernes por la noche, de manera sorpresiva, el vicepresidente guatemalteco, Guillermo Castillo, pidió públicamente en una rueda de prensa al presidente, Alejandro Giammattei, que renunciaran en conjunto para “oxigenar” a la nación centroamericana porque “las cosas en el país no están bien”.

¿Dónde está el dinero?

La crisis guatemalteca tiene un notable componente de corrupción de la élite política y empresarial. Una de las consignas de las manifestaciones es ¿Dónde está el dinero? Se refiere a los fondos para la atención de la pandemia.

El Congreso, con mayoría del partido Vamos, del presidente derechista Giammattei, añadió 2 mil 200 millones de dólares para auxiliar a la población afectada por Covid, cantidad que provino de créditos internacionales.

Ese dinero permitiría financiar el programa social de un bono familiar que  ya durante este año prometía entregar 390 dólares en tres cuotas a familias de escasos recursos. Pero una evaluación de la ONG Paraíso Desigual certificó que solo se han entregado, en promedio,  292 dólares y de forma muy deficiente.

«La corrupción es un cáncer que carcome la realidad social, política y económica de América Latina. Los relatos de Guatemala son impactantes. Por ejemplo, el 16 de octubre, la Fiscalía Contra la Impunidad del Ministerio Público decomisó 15,7 millones de dólares en efectivo (en diversas divisas) en una casa particular en Antigua Guatemala. El supuesto dueño del dinero es el exministro de Comunicaciones de Jimmy Morales (que fue presidente entre 2016 y 2020), José Luis Benito Ruiz, a quien las autoridades intentaron sin éxito capturar después de encontrar su nombre en una de las maletas con el efectivo (por un viaje realizado recientemente). Diez días después, el 26 de octubre, un funcionario del Ministerio de Comunicaciones del Gobierno de Giammattei indicó en el Congreso que desconocía el destino de 17,5 millones de dólares, en un hecho actualmente bajo investigación del Ministerio Público».

«Entre el decomiso de los 15,7 millones de dólares y la ‘pérdida’ de los otros 17,5 millones de dólares por el Gobierno de Giammattei no hay relación, pero ambos hechos generaron un grandísimo malestar dentro de la población tanto en redes sociales por la normalización de la corrupción, como en la misma calle, que terminó encendiéndose. Es la misma indignación que llevó a la cárcel al expresidente Otto Pérez Molina en 2015», expresó el moderador.

Huracanes y pésimas respuestas

Al serio conflicto se suma el daño causado por los huracanes Eta e Iota a su paso por Centroamérica durante los primeros 15 días de noviembre. Entre ambos dejaron  59 personas fallecidas, 99 desaparecidos, 1,5 millones de afectados, 211 mil evacuados y miles de millones de dólares en pérdidas por cultivos inundados e infraestructura.

«El  muy cuestionado presidente Giammattei intentó responder a la catastrófica emergencia pero recibió durísimas críticas por la falta de advertencias por las autoridades de protección civil a las poblaciones en riesgo, mientras algunas comunidades aún siguen inundadas», acotó.

La respuesta de Giammattei a un periodista que le preguntó por la falta de ayuda a un poblado aislado, sin comunicación y con carencia de alimentos en el norte del territorio, no fue tampoco la mejor para su ya maltrecha imagen: “Que me pidan ayuda. Adivino no soy. Que nos lo pidan. Esta es la primera vez que me lo están diciendo. Si están incomunicados, tal vez no están tan incomunicados porque lo sabe usted”, dijo el mandatario. Pérez Pirela calificó esa actitud como una grandísima vergüenza.

Amenaza con la Carta Democrática

Frente a las calamidades sufridas por el pueblo y los graves hechos del fin de semana, el Gobierno tomó medidas pero no en pro de la población, sino para mantenerse en el poder. «El Gobierno de Guatemala ha anunciado este domingo que invoca la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) frente a los gravísimos sucesos ocurridos en los últimos días, en medio de las protestas que se registran en el país latinoamericano por segundo día consecutivo», indicó un despacho noticioso.

Advirtió el analista que esa normativa, aprobada en 2001, permite «restablecer el orden democrático en situaciones que lo ameriten«, lo que en o caso del pueblo guatemalteco, permitiría incluso la intervención armada extranjera en el territorio. La respuesta de Giammatei, abre la posibilidad de que vayan ejércitos foráneos a imponer el orden.

También pidió al secretario general de la OEA, Luis Almagro que apoye un diálogo con todas las fuerzas políticas de Guatemala para superar la crisis. «Sabemos muy bien lo que pasa cuando Almagro entra en escena. Recordemos lo que pasó en Bolivia». 

Almagro puso como condición que se garantice transparencia, rendición de cuentas y altos estándares de la lucha contra la corrupción. «Les voy  lo que quiso decir Almagro: blablablá, blablablá, blablablá -ironizó-. Frente a una crisis de esa magnitud, OEA da una respuesta vergonzosa».

Otro factor internacional que se pronunció fue el de Donantes G-13, fundado en 1999, conformado por España, EEUU, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá, Suecia, Suiza, Francia, Unión Europea, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, OEA y ONU. Exhortaron al gobierno a investigar los hechos y responsabilizar a los culpables. «No me haría ilusiones con este grupo, que podría generar más bien intervenciones e injerencia», dijo.

Un participante comentó que no es de extrañar lo que ocurre porque Giammattei es racista, autoritario, multimillonario y de la línea dura de los años de la guerra.

Otra persona de la audiencia pronosticó que no tardarán en decir que las protestas son organizadas por Venezuela.

La Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos condenó los excesos represivos que han dejado 300 detenidos y una veintena de heridos.

Fenómenos sistémicos

Pérez Pirela quiso poner este nuevo episodio en el contexto de lo ocurrido en los últimos tiempos en otras naciones se América Latina. «No debemos perder de vista el aspecto sistémico, la correlación entre estos fenómenos. Al menos desde 2019 hasta lo que va de 2020 hemos visto en Latinoamérica protestas en Chile, violentamente reprimidas por el gobierno neoliberal de Sebastián Piñera; fuertes manifestaciones en Ecuador contra un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional; en las última semanas, inestabilidad en Perú, tres presidentes en una semana y cuatro en lo que va de período presidencial; en Bolivia, durante todo el año, el pueblo protestó para denunciar golpe de Estado de la exdictadora Áñez; en Colombia protestas y paro nacional ante las masacres y la represión.  Nos hacen pintar en este período un escenario que parece acabar con aquel silencio sepulcral, con aquel fin de la historia a lo Fukuyama que la derecha trató de imponer en nuestra región luego del auge de los gobiernos progresistas, revolucionarios.  Lo que está pasando en Guatemala, Perú, Chile demuestra que los pueblos están arriesgando doblemente sus vidas: por las duras represiones que se están dando y por la pandemia. Cuán difícil es la situación para que en medio de la Covid salgan los pueblos a arriesgar sus propias vidas».

Destacó que ante esos brotes de descontento en los países con gobiernos neoliberales, medios globales como CNN, canales alemanes y franceses optan por guardar silencio o dedicarles muy poco tiempo. «Con lo de Guatemala no han ofrecido mucho contenido. Lo que está pasando es que la presión del coronavirus borró, descubrió, desenmascaró a muchos gobiernos de marketing, gobiernos favoritos de CNN en Español, más preocupados por la publicidad que por sus gestiones». 

Chile no se aplaca

Para demostrar que la crisis es sistémica, mencionó el recrudecimiento de las protestas en Chile, luego de la renuncia del director de Carabineros. «Piñera lo botó, pero lo felicitó. Esa es una prueba de que en Chile solo habrá cambios si nace una nueva Constitución, no amañada, no mañoseada, no determinada por los partidos tradicionales chilenos«, opinó.

La controversia sigue girando en torno a los recursos de la seguridad social. En la tarde del domingo, el Gobierno presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, a fin de declarar violatorio de la Carta Magna el proyecto de ley para el retiro del segundo 10 por ciento de los fondos de pensiones, una medida que afecta los intereses de las grandes empresas, defendidos por Piñera y su gobierno neoliberal.

«La pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia las deficiencias de la gestión de Piñera para enfrentar la crisis sanitaria que hasta la fecha tiene al país suramericano con 537 mil 585 contagios y 15 mil 3 decesos. La Federación Nacional de Trabajadores de la Salud (Fenants), ha reclamado mejoras laborales, así como dotación en implementos médicos y el pago a tiempo de salarios», puntualizó, basándose en notas periodísticas.

«Igualmente, los chilenos han condenado el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía de Carabineros quienes han violado los derechos humanos al reprimir brutalmente a las protestas pacíficas y a personas indefensas, entre ellas, menores de edad, mujeres en estado de gestación, adultos mayores, y periodistas», agregó.

Cerró su reflexión invitando a contestar la pregunta: ¿por qué se registran estas protestas en casi todos los países latinoamericanos, incluso en medio de una pandemia? Y afirmó que con el resurgimiento de gobiernos populares en varios países y con los pueblos en las calles se pone en evidencia que los grandes movimientos políticos progresistas no estaban acabados, como se dijo insistentemente en el discurso mediático.

Interacción

En los minutos finales, de diálogo con la audiencia, recibió varios mensajes suscribiendo la tesis de que los pueblos han decidido vencer el miedo y salir a protestar, lo que algunos comentaristas han llamado «la brisa bolivariana«. Una de las personas expresó que, al parecer, era necesario que en varios de los países  latinoamericanos volviera la derecha para que los pueblos tomaran conciencia de cómo son los gobiernos antipopulares.

También hubo participaciones sobre el indetenible ascenso del dólar en Venezuela. Pérez Pirela dijo que es absurdo e instó al gobierno a tomar medidas urgentes. También expresó su preocupación porque hay mucha gente en las calles, en fiestas y en actividades de campaña electoral. «Estamos jugando con candela», advirtió.

Libro

Comenzó la semana recomendando Los cuatro horizontes del cielo y otros poemas, del insigne poeta margariteño Gustavo Pereira

(LaIguana.TV)