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Se presenta en una caja musical blanca, junto a un difusor de perfume. En el difusor está su colonia, la que él se ponía todos los días. Olerla hará que su ausencia parezca aún un mal sueño. El aparato que hay al otro lado de la caja, sin embargo, llama mucho más la atención. Un vibrador de cristal transparente con una bala dorada, en la que hay 21 gramos de las cenizas del amado (recordemos que supuestamente 21 gramos es el peso del alma).

 

Tal original idea es del artista Mark Sturkenboom y se llama ’21 gramos’. Sturkenboom tuvo la idea observando a una anciana viuda que constantemente hablaba con dulzura a la urna con las cenizas de su marido, sin obtener respuesta ninguna. El objeto de esta ‘caja de memoria’ es poder revivir momentos íntimos y recordar los buenos momentos con nuestro ser querido en todos los sentidos.

 

«21 Gramos es una caja de memoria que permite a una viuda volver a los recuerdos íntimos de un ser querido que ya no está. Después de una muerte, la falta de intimidad con esa persona es el único aspecto del dolor y el luto. Esto forma la base de 21 Gramos. La urna ofrece la posibilidad de conservar 21 gramos de cenizas del difunto y fija un deseo inmortal.

 

Juntando diferentes momentos nostálgicos como el olor de su perfume, su música o reviviendo el momento en el que él le dió su primer anillo, la caja permite a la viuda a los momentos de amor e intimidad. Ella puede tenr una noche íntima con su amor otra vez. La caja funciona también como un amplificador acústico; por detrás hay sitio para un iPhone, la música suena a través de las flores nomeolvides que hay dentro de la caja. La llave para esta es un colgante dorado, de modo que sólo ella puede abrir el cofre.

 

21 gramos no es solo una manera de intentar que una persona vuelva a vivir una noche de pasión con su amor, sino que también muestra una acusación contra la inevitable muerte».

 

La idea es, cuanto menos, original. Otra cosa es cuestionar la seguridad del aparatito (imaginemos que las cenizas se expanden por donde no deben) o cuan piscológicamente sano es aferrarte a una persona que ya no está oliendo su perfume, escuchando la música que os unía y pasando las noches de soledad «disfrutando» de sus cenizas, lo que también puede resultar algo perturbador. El invento está a la venta en la página web de Sturkenboom, aunque… ¿Habrá gente dispuesta a comprar ’21 gramos’?

 

(laverdad.es)