En una comparecencia ante la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Senado, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, aseguró que casi el 60% de los fondos recaudados, a partir de la Conferencia Internacional de Donantes en solidaridad con los refugiados y migrantes venezolanos, organizada por España y la Unión Europea el pasado 26 de mayo, ya se entregaron o están comprometidos. 

González Laya precisó que la iniciativa, que pretendía recaudar dinero para «ayudar» a los países que han recibido a migrantes venezolanos, «consiguió movilizar más de 2.500 millones de euros», según se lee en el texto leído por la funcionaria ante el Congreso de su país. 

En mayo, el Gobierno encabezado por Pedro Sánchez se comprometió a destinar 50 millones de euros para «apoyar los esfuerzos de los países de acogida y a responder a las necesidades de las personas afectadas, dentro y fuera de Venezuela», refiere una nota de prensa de La Moncloa.

«El compromiso oficial de España prevé que durante este primer año se asignarán prácticamente la mitad del monto comprometido, unos 23 millones de euros, para atender las necesidades inmediatas, que son muy elevadas, y han aumentado mucho con la pandemia del COVID-19, pero también para contribuir a la resiliencia de medio y largo plazo de los países de acogida», explicó la diplomática española entonces. 

Hoy, en su intervención, aseguró: «casi el 60% de esa cantidad ya ha sido o entregada o comprometida, incluido la cantidad de 23 millones movilizados por parte de España, que también ya han sido entregados», sin bien no explicó cuáles países habían recibido dinero por concepto de «ayuda humanitaria» destinada a los migrantes venezolanos, cuáles fueron los montos ni tampoco a qué acciones específicas en pro de esta población estarían dirigidos dentro de lo que oficialmente llaman «países de acogida». 

En los documentos oficiales de la Unión Europea se especifica que los principales destinatarios de estos fondos, en virtud de que «albergan el mayor número de refugiados y migrantes venezolanos vulnerables», son Colombia, Perú y Ecuador. 

Empero, desde el inicio de la pandemia, el retorno de venezolanos desde estos países ha sido constante, pues al desempeñarse en la economía informal, perdieron la posibilidad de generar ingresos debido a los confinamientos o bien fueron despedidos por recortes de personal.  

Adicionalmente, los escasos planes de contingencia implementados por los gobernantes de esos países para paliar la crisis económica derivada de la crisis sanitaria, no incluyeron a los migrantes venezolanos, por lo que al poco tiempo, sin techo y sin comida y expuestos a la COVID-19, emprendieron el camino de retorno a su país, aunque ello implicase caminar durante semanas. 

Cifras publicadas por la Organización de Estados Americanos al cierre del mes de agosto, indican que más de 110.000 venezolanos habían regresado a su patria a través de los puestos fronterizos oficiales. Desde entonces, el flujo no ha cesado.

Esta cantidad no incluye a quienes han retornado a través de los múltiples pasos irregulares –trochas– desplegadas a través de la extensa frontera colombo-venezolana, ni a quienes han ingresado a través de rutas irregulares por el mar o el sur, en donde el país colinda con Brasil. 

Por otro lado, los gobiernos de Colombia, Ecuador y Perú han sido incapaces de controlar las infecciones por coronavirus y exhiben uno de los peores desempeños en todo el mundo, registrando de las mayores tasas de infectados y fallecidos por cada 1.000 habitantes, de acuerdo con cifras compiladas por la Universidad Johns Hopkins, así que, difícilmente, la atención a los migrantes venezolanos puede ser una de sus prioridades. 

(LaIguana.TV)