Un bebe nacido en Tennessee (EEUU) hace poco más de un mes se ha convertido, técnicamente, en el recién nacido más viejo del mundo. Se cree que Molly Everette Gibson es el embrión que estuvo más tiempo congelado antes de venir al mundo.

Molly nació el pasado 26 de octubre, pero el embrión que le dio origen fue sometido a un proceso de congelamiento hace casi 28 años, el octubre de 1992. 

Su madre ‘adoptiva’, Tina, de 29 años, tenía escasos 18 meses de vida cuando los padres biológicos de Molly decidieron congelarla en su forma embrionaria. En cierto modo, aunque están separadas por una generación, puede decirse que ambas han estado en nuestro planeta durante aproximadamente la misma cantidad de tiempo.

Según investigadores de la Biblioteca Médica Preston de la Universidad de Tennessee, la niña es el embrión congelado más viejo que resultó en un nacimiento vivo, detalló The New York Post.

Familia recordista

La llegada de Molly el pasado octubre rompió un récord anterior establecido por su hermana, Emma, quien estuvo 24 años en el hielo en su forma embrionaria antes de su parto en noviembre de 2017.

Molly y Emma son genéticamente hermanas, quienes fueron congeladas como embriones al mismo tiempo, luego de haber sido donadas de forma anónima por sus padres biológicos. Fueron descongeladas con casi tres años de diferencia en el Centro Nacional de Donación de Embriones (NEDC) antes de ser transferidas al útero de su madre, Tina.

El NEDC es una organización sin ánimo de lucro que recibe embriones donados por padres biológicos que se han sometido al proceso de fecundación in vitro (FIV), pero por algún motivo deciden no seguir adelante con el uso del embrión para un embarazo.

En casos así, en lugar de dejar que se descarten los embriones saludables, los padres pueden donarlos al NEDC. La organización almacena los embriones congelados, los cuales utiliza para permitir que personas que tengan problemas de concebir naturalmente puedan dar a luz, detalló Science Alert.

Benjamin, esposo de Tina, tiene fibrosis quística, una condición que puede causar infertilidad. Así que, después de cinco años de intentos fallidos de concebir su primer hijo, la pareja decidió buscar la ayuda de los profesionales del NEDC a principios de 2017.

«No fuimos exigentes»

En el centro, a Tina y Benjamin se les proporcionaron los perfiles de unos 300 desconocidos que habían donado sus embriones al NEDC.

«No fuimos exigentes. Solo queríamos un bebé», dijo Tina, antes de agregar que solamente buscaban un bebé que fuera saludable y cuyos padres no fueran muy altos, así como ella y su esposo.

La pareja finalmente seleccionó el embrión que luego se convirtió en Emma en marzo de 2017. Según Tina, solo descubrieron que había estado congelado durante 24 años el día en el que se implantó en su útero. La mujer cuenta, sin embargo, que no tuvo miedo y confió en su médico.

Después de unos años del nacimiento de Emma, la familia decidió darle un hermano o hermana. Para hacerlo, decidieron utilizar los dos embriones restantes de los mismos donantes.

Ben y Tina ya están haciendo planes para expandir su familia. La próxima vez, sin embargo, tienen pensado adoptar a un bebé. Después de todo, no pueden conseguirle a las niñas otro hermano biológico del NEDC, ya que utilizaron todos los embriones donados por los padres biológicos de las niñas al centro.

(Sputnik)