Los niveles de participación y las votaciones obtenidas obligan a todos los actores políticos del país a revisar profundamente su actuación, según las consideraciones preliminares de activistas y analistas. 

El dirigente opositor Enrique Ochoa Antich, quien estuvo a favor de la participación electoral pero no optó a ningún cargo, expresó que los resultados son “tristes, bochornosos y preocupantes” para todos los factores. “El gobierno obtuvo 3.558.320 votos, un 67.6% de los votos válidos… ¡pero un 16 % del Registro Electora! ¿En serio, Maduro, puedes creer que esta ‘victoria’ pírrica puede celebrarse?”. 

Para explicar su cuestionamiento, señaló que en 2013, Maduro ganó con 52%; en las parlamentarias de 2015 el Gobierno obtuvo 40%; en 2018, para su reelección, el presidente consiguió solo 30%; y ahora, el Gran Polo Patriótico ha bajado hasta 16%.  

Ochoa Antich también fustigó a la oposición abstencionista. “La mejor prueba de que aquí no hay fraude es que el gobierno obtenga tan exiguos resultados. La abstención estuvo en 70%. ¿Cometerá el G4 la ridiculez de atribuirse este porcentaje? Del 70 % que se abstuvo, 25% se abstuvo ya en 2015: es la abstención estructural. Y del 45 % restante algo tiene María Corina Machado… y la gran mayoría parece exclamar: ¡Que se vayan todos! Lo único que logró este abstencionismo es remachar al Gobierno en el poder. Es una autotrampa”. 

En cuanto a la oposición participante, señaló que obtuvo 1.650.000, es decir, 30% de los votos válidos y apenas 7% del padrón electoral total. “No tuvo la capacidad de convencer a los venezolanos a favor del voto, comenzando porque los partidos cometieron el craso error de no ir unidos. Ojalá aprendan la lección”. 

Franklin González: no al triunfalismo

Por su parte, en las filas revolucionarias, el analista Franklin González convocó a una reflexión cuidadosa de lo ocurrido. “Ya el pueblo habló, el que lo hizo votando y el que hizo absteniéndose. Cualquier análisis integrado debe tomar en cuenta ambos comportamientos. Por supuesto tomando en cuenta la variable externa del bloqueo, la presión y amenaza del gobierno de Estados Unidos y todo el sabotaje interno que nos ha sometido a penurias”.  

Destacó que el hecho de que se diga e insista que el PSUV tiene 6 millones de militantes inscritos y no se alcance esa cantidad mínima de votos, debe llamar la atención y debe ser objeto de análisis. “Tapar el sol con un dedo, levantar banderas de triunfalismo y decir que aquí no ha pasado nada, no es una buena conseja. Ahora lo importante es que miremos hacia adelante y ojalá esta próxima Asamblea Nacional se convierta en el centro del debate político de los grandes problemas que existen en el país y de las más sentidas necesidades de nosotros, el pueblo”. 

Ángel González: punto de inicio, no de llegada

En tanto, el sociólogo y articulista Ángel González, tras hacer la salvedad de que es necesario esperar a que se concreten los resultados para un análisis más específico, se refirió al tema de la participación. “Lo primero que puede decirse hasta ahora es que, como se esperaba, el mayor contrincante era la abstención. En el contexto actual, opino que ha sido una participación bastante aceptable, tomando en cuenta los siguientes factores: la incidencia de la pandemia; que se trata de una elección parlamentaria, las cuales, tradicionalmente, atraen menos que las presidenciales; que estamos en un país que vive la crisis económica más importante de su historia, lo que induce un alto grado de despolitización de la gente; que hemos enfrentado el fuerte boicot de una parte de la oposición apoyada por medios y por la presión externa”. 

Advirtió que si bien las elecciones del 6D han sido presentadas como un hito para darle un nuevo dinamismo a la política venezolana, tampoco se puede caer en la tentación de creer que es un suceso mágico. “Es un paso importante para lo que viene. A la Asamblea Nacional le toca trabajo político interno y externo para conquistar su propia legitimidad y lograr lo que se espera de ella en la activación de la dinámica política. Es un trabajo que comienza. Es un punto de inicio, no de llegada”. 

Destacó González las declaraciones del presidente Maduro en el sentido de que está dispuesto a establecer una mesa de diálogo, incluso con los sectores que no participaron. “Eso es positivo”, enfatizó. 

El sociólogo considera que la figura de Juan Guaidó, a la que considera ya bastante desdibujada, quedará totalmente desmoronada, pero ello dependerá del trabajo de la AN una vez que se instale, de sus sesiones, de sus actuaciones públicas internas y externas. “Pienso que si se hace un trabajo apropiado, incluso será posible alcanzar reconocimiento internacional, tal vez no con EEUU, pero sí con la Unión Europea, yendo poco a poco para ir logrando espacio político”. 

Comentó que el canciller de la UE, Josep Borrell expresó preocupación por la baja participación, cosa que no tiene sentido que la critiquen los europeos, dados los índices históricos de participación de sus electorados en jornadas similares. “Sabemos que se trata de una componenda para seguir metiendo presión. Pero considero que con el nuevo piso político puede empezar a combatir esa maniobras y romper la inercia”. 

(LaIguana.TV)