Un estudio llevado acabo recientemente en EEUU ha revelado que algunos ciudadanos de ese país optan por el uso de antibióticos para peces con el fin de curar enfermedades humanas.

La razón principal de este fenómeno es ahorrar dinero en medicamentos y visitas al médico en un país donde no hay sanidad pública universal. Los expertos advierten que esta práctica, además de ser peligrosa, puede llevar a que las muertes causadas por problemas de resistencia microbiana superen a la mortalidad por cáncer.

RT ha conversado con algunos ciudadanos del país norteamericano que forman parte de esta tendencia para conocer sus historias.

Medicamentos para animales

Uno de ellos es Christopher Payne, un vecino de Robersonville, Carolina del Norte, quien consume antibióticos para peces desde hace cuatro años. 

«No tengo seguro, así que solo ir al médico me cuesta 120 dólares la visita, y además, ya gasto 77 dólares en mis medicamentos, y solo eso porque una gran cadena de supermercados tiene descuentos en las prescripciones», cuenta Payne.

Y añade: «Si tuviera que gastar otros 150 dólares en cada tarro de antibióticos, realmente podría arruinar mi mes»

El de Payne no es un caso aislado. Tras estudiar más de 2.000 comentarios ‘online’ sobre esos productos, diversos científicos concluyeron que se trata de una práctica extendida en Estados Unidos.

Payne confiesa que su madre y otros amigos también consumen medicamentos para animales. Basta con echar un vistazo a las redes sociales para encontrar otros casos, incluso entre personal médico.

Teri Ripp-Lanciault, una enfermera retirada de Guilford, Nueva York, lleva haciéndolo desde hace 13 años.

«Lo primero que hice fue buscar en Internet a los fabricantes del medicamento, la imagen del medicamento era idéntica, absolutamente idéntica al que es para personas. Color, forma, tamaño, anotaciones, así que me sentí cómoda tomándolo y en 24 horas hizo una gran diferencia, así que hago eso cada vez que tengo ese problema de salud», expresó la antigua profesional de la salud.

Una práctica arriesgada

Sin embargo, los expertos advierten que la práctica es muy peligrosa. Estos medicamentos suelen tener una composición química o una pureza de producto diferente a aquellos comercializados para humanos, que sí están regulados por las autoridades sanitarias.

«Actualmente se estima que en EE.UU. más de 25.000 personas mueren cada año por problemas de resistencia microbiana. O sea, que tienen una infección y ya no tienen modo de curarse», explica Andrés Lugo Morán, médico toxicólogo y magíster en educación pública.

«Hay cálculos de la CDC de los EEUU, el centro para el control de enfermedades predice que para el año 2050 va a llegar a ser 10 millones de muertes por año por consumo de antibióticos por reacciones de falta de sensibilidad antimicrobiana», continúa.

Y añade: «Esto quiere decir de que va a ser el problema mucho más grave que la mortalidad por cáncer. Si el CDC preside esto es porque está viendo ahora un problema creciente del uso sin ningún control, sin ningún criterio clínico de antibióticos».

Expuestos al fraude

Otro de los problemas en EEUU es la compra de medicamentos sin prescripción o más baratos por Internet, lo que expone a los enfermos a ingerir productos fraudulentos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) publica periódicamente una guía de consumo para evitar los engaños, además de listados de páginas y empresas que los ofertan.

Hay incluso productos falsos contra el coronavirus. También hay quien, para ahorrar, raciona los tratamientos. Se calcula que 1 de cada 8 enfermos del corazón, la principal causa de muerte en el país, no pueden permitirse tomar los medicamentos que necesitan para mantenerse con vida.

En general, casi una cuarta parte de los pacientes estadounidenses tiene problemas para pagar sus recetas.

«Creo que realmente hay que reestructurar el sistema en EEUU. En 1996 solo con una compañía farmacéutica un bote de insulina costaba 21 dólares. Ahora el mismo cuesta casi 300 dólares», comenta Michelle Larue, directora del Departamento de Salud de wearecasa.org.

«Estamos viendo que el precio de medicinas ha subido más de 1.000 % y es porque la medicina aquí en EEUU sigue siendo un negocio. El motivo principal no es el bienestar de los pacientes sino que se ve como un negocio y esto todo tiene que ver con el dólar», concluye.

Cifras desorbitantes

Solo en 2018, los estadounidenses gastaron 535.000 millones de dólares en medicamentos recetados. Un aumento del 50 % desde el año 2010, muy por delante de la inflación, debido a los precios impuestos por las farmacéuticas, cuyos beneficios también se han disparado.

La Administración Trump ha aprobado recientemente una serie de medidas para abordar el problema. Para muchos, solo se trata de un parche electoral en un sistema sanitario que debería ser revisado a fondo.

(RT)