El pasado sábado 12 de diciembre se realizó una mega rumba callejera en la populosa parroquia 23 de enero de Caracas, en la que se pudo observar una multitudinaria afluencia de personas sin ningún tipo de medidas preventivas de bioseguridad para evitar contagios y la propagación masiva de la COVID-19.

En una serie de videos difundidos en las redes sociales se puede observar cómo la multitud se aglomeró sin distanciamiento social alguno ni uso de tapabocas en una de las calles del 23 de enero para bailar, festejar y beber bebidas alcohólicas como si no existiera rastro del coronavirus en el país, aun cuando el virus sigue circulando dentro de la población venezolana.

Las imágenes hablan por sí solas. En la «super coronaparty», calificada así por ser un germen de cultivo perfecto para masificar las transmisiones del virus causante de la COVID-19, se pueden observar centenares de personas -de distintos tipos de edades- aglomeradas en un mismo espacio.

El presidente de la República, Nicolás Maduro, criticó a las personas que participaron en este evento, que fue incluso promovido en redes sociales y contó con la organización de una conocida marca que se dedica al expendio de licores, y llamó a la población a tener conciencia sobre el proceso de flexibilización decembrina que aprobó el Ejecutivo venezolano, el cual pudiera revertirse «de forma drástica» de ser necesario.

Maduro recalcó que el coronavirus no está de vacaciones y sigue contagiando, razón por la cual las personas deben evitar las aglomeraciones, usar tapabocas, mantener las medidas de higiene y bioseguridad; y sobre todo cuidarse.

(LaIguana.TV)