Durante varias décadas, muchos científicos han realizado innumerables experimentos de gravedad con arañas: han colgado pesos sobre ellas, las han puesto en una centrifugadora, las han obligado a construir sus telarañas horizontalmente y dando giros. Todas estas investigaciones sugieren que la gravedad representa un factor importante en la construcción de la telaraña, pero ninguna respondía a la pregunta si las arañas pueden construirlas en una situación de gravedad cero y, en caso de que la respuesta sea sí, cómo el entorno afectaría su obra.

Un equipo internacional de investigadores de Suiza y Estados Unidos intentó encontrar respuestas a estos interrogantes tras enviar un par de arañas al espacio en 2011. Previamente, otros científicos también habían transportado unas arañas al espacio, pero la investigación realizada hace 9 años fue la primera en mostrar resultados tan concluyentes respecto al tema y transcurrir con solo un percance.

Durante aquel experimento los científicos tomaron una fotografía de las telarañas cada cinco minutos, mientras que las luces sobre los araneidos se encendían y se apagaban cada doce horas, simulando la luz del día. Una vez sometido a este entorno, el macho logró sobrevivir a la gravedad cero durante 65 días y seguía vivo después de haber regresado a la Tierra, mientras que la hembra construyó 34 telarañas y cambió de piel tres veces. Ambos arácnidos mostraron resultados récords respecto a las anteriores investigaciones realizadas en el espacio.

Tras analizar todas estas fotos, los científicos hicieron un descubrimiento sorprendente al que describieron en su artículo que recientemente se publicó en la revista The Science of Nature. Una vez sometidos a la gravedad normal y, sin importar si las luces estaban encendidas o apagadas, las arañas construyeron consistentemente unas telarañas asimétricas y constantemente miraron hacia abajo cuando se sentaron en el centro, señalan los autores.

«Concluimos además que el estímulo visual de la dirección de la luz puede servir como guía de orientación en ausencia de la gravedad», escribieron.

Mientras tanto, en el espacio las telarañas eran más simétricas, aunque cuando había luz, las arañas la usaban como punto de referencia para poder continuar su construcción.

«No hubiéramos adivinado que la luz desempeñaría un papel en la orientación de las arañas en el espacio. Que los arácnidos tengan un sistema de respaldo para la orientación como este, parece sorprendente (…)», afirmó el biólogo de la Universidad de Basilea, Samuel Zschokke, citado por el portal Science Alert.

(sputniknews.com)