En su programa Desde Donde Sea, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela explicó las implicaciones de la entrada del agua a la bolsa de valores de Nueva York, hecho acaecido el pasado 7 de diciembre.

El experto precisó que ese día, el NQH2O –Nasdaq Veles California Water Index– empezó a cotizar en el mercado de futuros de materias primas de Wall Street con un precio de 486,53 dólares/acre-pie.

Esto se corresponde, en su opinión, con la advertencia que muchos analistas hubieren formulado décadas atrás, acerca del inicio de un proceso mundial de privatización del agua, asociado a la previsible escasez del recurso.

Así, refirió que «la Organización de Naciones Unidas estima que 2.000 millones de personas viven en países con graves problemas de acceso al agua. También proyecta que en los próximos años, ⅔ del planeta podrían experimentar escasez del líquido y millones de personas se verían desplazadas».

A su parecer, estas dos cifras dan cuenta de por qué el agua, pese a ser un bien esencial, comenzó a cotizarse en los mercados de valores: se trata, adujo, de una respuesta de los poderosos ante la escasez que se avecina.

Adicionalmente, el también director de LaIguana.TV analizó el hecho de que el precio de cotización se fije con base en lo que sucede en las cuentas acuíferas del estado de California en los Estados Unidos, lugar en el que la escasez ya no es promesa sino hecho y en el que el precio del vital líquido se duplicó durante 2020, pese a que hay una pandemia.

Así, explicó, tras su entrada en el mercado de valores futuros, el precio del agua en California variará de manera similar a como fluctúan los de otras materias primas que han devenido en commodities, como el petróleo o el oro.

De su lado, los «analistas tecnócratas» sostienen que esta incursión del agua en los mercados bursátiles estadounidenses permitirá «una mejor gestión del riesgo futuro vinculada a este bien, al menos en las principales cuencas fluviales de California», si bien indican que «este valor podrá ser usado como referente para el resto del mundo».

En su criterio, aquí reside «la trampa», pues los Estados Unidos intentan fijar el precio del agua en el mundo, a partir de la creación de un referente en su bolsa, «que, sin duda alguna, esperan ellos que se transforme en una medida de valor que sea mundial, que sea universal», concluyó.

(LaIguana.TV)