A propósito del Día Internacional de los Derechos Humanos, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela presentó a la audiencia de Desde Donde Sea ejemplos de las confrontaciones que se suceden entre las instancias que teóricamente han de velar por el cumplimiento de los derechos humanos en la región.

«Nos tenemos que preguntar quiénes son los árbitros de estos organismos y a partir de qué moral, de qué fundamento moral, ético e incluso, político, señalan a unos países como no respetuosos de los derechos humanos, a otros como que sí y a otros, ni siquiera los ven», señaló al respecto.

Para ilustrar, se refirió al veto que impusiera el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, sobre el secretario de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão, sobre quien pesan más de 60 acusaciones por abuso laboral.

«Entre las acusaciones están: conflicto de intereses, tratos diferenciales, retrocesos graves en la transparencia de los procesos, retaliaciones y violaciones al código de ética e impunidad para denuncias de acoso sexual», detalló Pérez Pirela.

Almagro denunció que la CIDH «no hizo nada» para investigar las graves acusaciones por las que es sindicado Abrão e indicó que «la CIDH debe tener al frente a una persona con idoneidad personal, moral y profesional para el desempeño de sus funciones».

El también director de LaIguana.TV considera que son sorprendentes las apelaciones de Luis Almagro en contra del secretario de la CIDH, así como «sus reflexiones sobre los tratos de las víctimas y cómo el sistema las invisibiliza, las enmudece, las aplasta; cómo el acusado mueve el sistema, cómo el sistema lo arropa sin importar nada y aún menos los derechos de los vulnerados».

La sorpresa, explicó, radica en que Almagro carece de autoridad moral para hablar de derechos de las víctimas aplastados por el sistema, toda vez que él mismo comandó el golpe de Estado en Bolivia con el que se depuso al presidente Evo Morales en 2019 y desde su arribo a la Secretaría General de la OEA, no ha escatimado esfuerzos para promover una intervención armada en Venezuela.

«¿Por qué pongo estas diatribas entre funcionarios de derechos humanos con funcionarios de la OEA en el hemisferio? Porque si nosotros no definimos qué son los derechos humanos, los derechos humanos van a ser definidos por aquellas superpotencias bélicas que los van a usar como mecanismo, como medio para aplastarnos, para masacrarnos, para sancionarnos, para bloquearnos», añadió.

De allí que, a su parecer, resulte indispensable cuestionar de entrada de cuáles derechos humanos se está hablando y quién habla sobre ellos, pues de lo contrario, podrían acabar por convencer a los pueblos de que las violaciones a los derechos humanos son necesarias, en nombre de los mismos derechos humanos.

«Que nos aplasten, que nos bombardeen, que nos masacren, que nos sancionen, que nos bloqueen, pero en nombre de sus intereses, no en nombre de los derechos humanos», concluyó.

(LaIguana.TV)