«El arte ha dejado de ser un monopolio de élites en América Latina y se ha transformado en un derecho social, de todo el pueblo», afirmó una vez el maestro José Antonio Abreu, quien hace 43 años impulsó una iniciativa cultural y social que se cristalizó en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, o como se le conoce en pocas palabras como El Sistema.
Abreu falleció este sábado a los 79 años y ante ese suceso se han levantado numerosas expresiones de condolencias y de reconocimiento al esfuerzo de este artista, cuya mayor creación se basó en brindar educación musical a más de 900 mil niños y jóvenes en todo el país.
El Sistema incorpora a niños, niñas y jóvenes de todas las clases sociales. El 66% proviene de hogares de escasos recursos económicos, o que vive en condiciones adversas, por lo que se ha convertido en un modelo de inclusión de todos los sectores y estratos de la población venezolana.
Este modelo pedagógico musical ha inspirado a muchas naciones en el mundo, como la creación de la Fundación Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Argentina, Sinfonía por el Perú, Fundación Orquesta Juvenil e Infantil de Chile, Fundación Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Uruguay, NEC New England Conservatory (Reino Unido) y el Washington Heights Music Proyect (Estados Unidos).
«El sistema nacional de orquestas preescolares, infantiles y juveniles está contribuyendo en gran medida a construir, en el espacio público, una imagen del músico venezolano exitosa, una carrera profesional como posibilidad, con estatus y reconocimiento social; un modelo y oportunidad a seguir para las juventudes venezolanas. Se están creando, así mismo, nuevos significados relacionados con la cultura del mérito, el esfuerzo, la constancia y la disciplina, como dignos caminos que conducen hacia una Venezuela mejor», expresó el maestro el 7 de diciembre de 2001, cuando recibió el Premio Nobel Alternativo.
Inicios de su formación musical
Abreu nació en Valera, estado Trujillo, el 7 de mayo de 1939. Inició sus estudios de música a los nueve años con la pianista Doralisa de Medina, en la ciudad de Barquisimeto, estado Lara.
Fue discípulo de importantes músicos venezolanos, como Vicente Emilio Sojo, con quien estudió composición; Moisés Moleiro, que fue su profesor de piano, y Evencio Castellanos, quien le dio clases de órgano y clavecín.
En la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas de Caracas, obtuvo los títulos de profesor ejecutante y maestro compositor en 1964.
Más tarde, realizó estudios de dirección orquestal con el maestro Gonzalo Castellanos Yumar y se convirtió en director invitado de la Orquesta Sinfónica Venezuela, Sinfónica Juvenil de Venezuela y la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar.
Abreu escribió algunas obras musicales, como «La cantata sinfónica Veni Mulier de Samaria» (Premio Nacional de Composición, 1966); «Oratorio sobre textos del Apocalipsis», «Tríptico para once instrumentos» y «Quinteto de vientos».
Entre las muchísimas distinciones que recibió por su trabajo creador, fue reconocido con el Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Harvard y la Universidad de Cleveland (Estados Unidos), así como Doctorado Honorario en Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Lille, Francia.
También fue merecedor del Premio Europeo Trebbia; Premio Cáritas in Veritate; Premio Iberoamericano de Música Cortes de Cádiz; Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Caballero; Premio Especial Echo Klassik al Compromiso Social otorgado por la Academia de Fonografía de Alemania; Cruz de Honor Austríaca para las Ciencias y las Artes en su Primera Clase y Comandante de la Orden del León de Finlandia.
(AVN)