La caída en desgracia de Donald Trump, quien enfrenta su segundo juicio político en el epílogo de su mandato, está generando un efecto dominó entre sus aliados en el mundo. En el caso de Venezuela, afecta a Juan Guaidó, a quien el mandatario estadounidense pretendió imponer como presidente encargado. 

Bajo esta premisa se desarrolló el programa Desde Donde Sea, del filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela el miércoles 13 de enero, justo cuando la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el debate para iniciar el impeachment.  

“Sería el segundo que se hace contra este presidente, quien se quejaba de una especie de cacería de brujas, tal como lo comentamos nosotros en el programa de ayer. No cabe duda de que la venganza por parte del Partido Demócrata y, hay que decirlo, también de un segmento del Partido Republicano, contra Donald Trump está avanzando. Esto es importante, porque si una parte del partido republicano vota a favor de la destitución ocurriría algo diferente a la primera intentona de juicio político en contra de Trump, cuando los republicanos se mostraban unidos, monolíticos. Esta vez, en la Cámara de Representantes, la cosa no sucedió así, pues hubo 10 votos republicanos en favor del juicio político”, explicó Pérez Pirela, manejando información recién difundida.  

“Podemos preguntarnos si esto significa que ya el juicio político contra Trump es un hecho. La respuesta es no porque todavía falta el voto del Senado. En este cuerpo deliberante, los demócratas han ganado la mayoría en las últimas elecciones pero que todavía los senadores recién electos en Georgia no han tomado posesión, de modo que la mayoría de la Cámara Alta aún está en manos de los republicanos. Entonces en poder de su propio partido está la decisión de aprobar el impeachment contra Trump o rechazarlo y que, como la primera vez, no llegue a buen fin”, añadió.  

La decisión de seguir adelante con la votación en la Cámara de Representantes vino luego de que el vicepresidente Mike Pence, declinó despojar al presidente de sus poderes con el uso de la 25 enmienda constitucional. “Podríamos decir que Pence le fue leal a Trump, porque tenía la potestad, estaba en sus manos la posibilidad de aplicar este mecanismo que habría separado a Trump de la presidencia y no lo hizo”, precisó el presentador del espacio de televisión 2.0.  

Acotó que la mayoría demócrata aprobó el juicio político por delitos graves, pero tuvo el apoyto de diez republicanos. “A Trump se le tenía mucha hambre porque ejerció el poder con grandísima prepotencia y se presentó siempre como una especie de outisder, una propuesta alternativa al bipartidismo de Estados Unidos, la eterna lucha entre demócratas y republicanos, a pesar de ser él parte del Partido Republicano. Ha sido protagonista también del divisionismo interno que ahora tiene una parte trumpista y una parte que lo adversa sobremanera. En esa parte es que se encuentran los diez votos que se unieron a los demócratas para avanzar en el juicio político”. 

El ambiente político es muy distinto al de la oportunidad anterior, cuando el Partido Republicano estaba alineado a favor del mandatario. El aún líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnel, ha indicado que la mejor manera de sacar al trumpismo del partido es sometiendo a Trump al impeachment. 

“Recordemos que ya los republicanos están pensando en las venideras elecciones presidenciales en las que Joe Biden no va a presentarse, debido a su ya avanzada edad. Una parte importante de los republicanos no quiere a Trump como presidente por la segunda vez; ni siquiera lo quieren como candidato a la presidencia de la república; ni siquiera lo quieren como precandidato en unas primeras; y, es más, ni siquiera lo quieren como un político en ejercicio. Finalmente lo que se encuentra detrás de todo esto es sacar a Trump del juego político, inhabilitándolo de por vida para cargos públicos”, aseguró.  

Aparte de McConell, figuras como Liz Cheney, John Katko, Fred Upton, Adam Kinzinger, Jaime Herrera Beutler y Dan Newhouse, también se han comprometido a votar a favor de la destitución de Trump.  

Newhouse afirmó que “un voto en contra de este juicio político es un voto para validar la violencia inaceptable que presenciamos en la capital de nuestra nación. También es un voto para condonar la inacción del presidente Trump, por lo cual votaré sí artículos del juicio”.  

Trump, con la aprobación por parte de la Cámara Baja de su juicio político, en este momento es el primer presidente de Estados Unidos al que se le han iniciado dos de estos procesos en un mismo período. En febrero del 2020, el Senado absolvió a Trump en el juicio político que habían aprobado los representantes. En ese caso se le acusaba de abuso de poder y obstrucción al Congreso, por una conversación en la que presionaba a su homólogo ucraniano, Vladimir Zelensky, para que investigará a quién sería su adversario en las elecciones presidenciales, Joe Biden, ahora nuevo presidente de los Estados Unidos.  

Antes de la votación, Trump reapareció y llamó a evitar la violencia. “A la luz de reportes sobre nuevas manifestaciones, urgo a que no haya violencia, infracción de la ley o vandalismo de cualquier tipo”, solicitó el jefe de Estado, e instó a todos los estadounidenses a aliviar las tensiones y a calmar los ánimos.  

Trump podría enfrentar el juicio en el Senado después de que termine su mandato, y si es declarado culpable quedaría impedido de postularse en el futuro a cualquier cargo electivo. El Senado ha dicho que va a sesionar el 19 de enero, pocas horas antes de que Joe Biden asuma oficialmente la presidencia. Si la decisión sale antes del 20, Trump podría ser destituido e inhabilitado políticamente. Si el Senado actúa después del 20, solo tendría el posible castigo de la inhabilitación. Esto ya ha ocurrido antes, con juicios contra jueces federales que se han realizado luego de que esas personas ya no estaban en el cargo.  

“El senador ya mencionado Mitch McConell dejó abierta esa posibilidad de condenar a Trump a posteriori, lo que demuestra la intención de sacarlo del juego político for ever and ever, por siempre y siempre. El tiempo en este caso es determinante porque a Trump solo le quedan días en el cargo. Es una situación diferente al anterior impeachment contra el mismo Trump y a los juicios políticos contra Andrew Johnson y Bill Clinton. Recordemos que el juicio llega también en un momento de transición de senadores, un detalle clave. Los demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff se hicieron con la victoria en elección especial de Georgia, el pasado día 5, pero debido a que los resultados no han sido certificados todavía, ellos no han tomado posesión. Es por ello que McConnell sigue siendo el líder de la mayoría en la cámara. El día 22 es la fecha límite para que Georgia certifique los votos. En ese caso, los senadores quedarían incorporados ya con Biden como presidente. Si lo hacen antes, el Senado se dividiría en50 a 50 y el voto decisivo estaría en manos del vicepresidente Pence, quien rompería el empate evidentemente a favor de los republicanos, a favor de Trump. Pero si el juicio se inicia luego del 20, con el voto de la vicepresidenta Kamala Harris y los de los nuevos senadores de Georgia, los demócratas pasarían a tener el control. Un problema matemático, temporal y político. Cualquier cosa puede pasar y lo van a decidir quién puje más fuerte, los lobbies, los contribuyentes políticos, los empresarios”, pronosticó.  

“De todos modos, para aprobar definitivamente la condena se necesitaría una mayoría de dos tercios en el senado. Esto significa que tendría que tener el apoyo de 17 republicanos. Es difícil una condena a pesar de que varias voces abogan por castigar, aunque sea de su mismo partido”, agregó.  

Efecto dominó

Una usuaria dijo que por el mismo camino de Trump va su pupilo en Venezuela, Juan Guaidó. “Te me estás adelantando –respondió Pérez Pirela- porque ese es uno de los planteamientos que vamos a desarrollar. Lo que le está pasando a Trump le pasará a Guaidó y también le sucederá a Bolsonaro en Brasil y a Duque en Colombia. Se acordarán de mis palabras”.  

“Los acontecimientos de EEUU tiene un efecto dominó en varios países. Se le está cayendo el mundo encima no solamente a Trump, sino también a personajes que dependen de él, como el Guaidó, aquí en Venezuela, quien supuestamente era presidente de la República Bolivariana porque así lo había dicho Trump. Él nunca fue candidato presidencial, nadie ha votado por él para la Presidencia. Solo votaron por él para diputado por un pequeño estado, aquí, al lado de Caracas, el estado La Guaira y su período ya terminó. Pero Trump dijo que él era el presidente de Venezuela y así salieron a reconocerlo otros gobiernos que siempre le siguen el juego a EEUU. Ahora, con Donald Trump también están cayendo estos personajes, y eso queda en evidencia cuando The Washington Post ha publicado investigaciones en las que se demuestra que en pocos meses Guaidó se han robado miles de millones de dólares a través de dos abogados muy cercanos a él”.  

Otro ejemplo de esa situación es que en España se destapó un nuevo escándalo de corrupción relacionado con Guaidó. Se trata del pagó por parte de la Comunidad de Madrid, es decir, con dinero público, del lujoso alojamiento de Guaido, bajo autorización del gobierno de Isabel Díaz Ayuso, en enero de 2020. El gobierno local destinó 2.228 euros a pagar el hotel. “Parece una cantidad insignificante porque esta mafia se ha robado unos 40 mil millones de dólares, pero el problema no es la cantidad, sino que ahora están saliendo a la luz todos estos casos, incluso en medios públicos de los países que fueron aliados del supuesto gobierno interino, todo ello porque Guaidó, igual que Trump, ha caído en desgracia. Juan Guaidó nunca fue presidente y ahora están saliendo a luz todos los actos de locura que se cometieron para mantener esa ficción, siguiendo a Trump y tratando de darle un golpe de Estado a Nicolás Maduro”, razonó Pérez Pirela.  

El ejecutivo autonómico de Madrid gestionó la visita y reservó pagó el alojamiento de Guaidó y su comitiva en el Centro de Reuniones de Santillana, pese que no era un encuentro institucional, sino una visita de carácter personal del político venezolano. El Ejecutivo regional madrileño publicó el reporte de estos gastos en su portal de transparencia del Partido Popular. Guaidó estuvo en Madrid y se reunió con dirigentes del Partido Popular, Vox y Ciudadanos, partidos de derecha y extrema derecha, eentre ellos con José María Aznar, Pablo Casado y José Martínez-Almeida, así como con la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Tras la presentación del balance anual del acuerdo de gobierno en la comunidad de Madrid se registra el gasto de 3437 euros por atención protocolaria para visitas a la escultura de las Meninas. 

Colgado de la brocha

Presentó un artículo del periodista español Juan Jesús Aznárez, del diario madrileño El País, quien le da muy duro a Guaidó y asegura que sin Trump quedará colgado de la brocha porque su arropamiento internacional será aún más difícil. “Citamos a este articulista de derecha y a este diario opuesto al gobierno venezolano para los que tengan duda sobre a ‘objetividad’ de nuestras fuentes”, dijo el moderador.  

Explicó Pérez Pirela que es muy significativa la opinión de este analista, vista su vinculación como uno de los principales cerebros del grupo empresarial Prisa y evidentemente con el diario El País, y teniendo en cuenta que es un personaje evidentemente adverso al gobierno bolivariano, cosa que hace todavía más interesantes sus puntos de vista contra Guaidó  

Citó textualmente al analista: “La Unión Europea ya ha empezado a marcar distancias. No se refiere a él como presidente encargado sino como líder opositor. Por algo se empieza cuando, por costes políticos, no puede reconocerse que tropieza porque siempre actúa a remolque del presidente de Estados Unidos”. 

Añadió Aznárez que “el trastornado jefe de la Casa Blanca y una temeraria agrupación antichavista vendieron al mundo un caramelo envenenado: un presidente de Venezuela sacado de la manga, aceptado internacionalmente porque lo respaldaba el imperio y porque el despótico rumbo del régimen bolivariano era indefendible, una pieza a batir (…) El hombre que amagaba con invadir Venezuela en nombre de la libertad y la democracia se marcha emporcándola, arrastrado de los pelos; Guaidó se queda colgado de la brocha”.  

“Le quitaron la escalera, que era Trump. El fin definitivo de Guaidó ya comenzó, es cuestión de tiempo. Igual que a Trump, a Guaidó le viene su juicio. La pregunta es cuándo, cómo y dónde”, aseveró. 

En otro pasaje de su artículo, el comentarista español dijo que la oposición representada por Guaidó perdió tiempo y capital político al “plegarse a las fracasadas maniobras de Trump, del enviado especial para Venezuela, Elliott Abrams, del exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton, del senador republicano Marco Rubio y del exdirector del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone”. 

La sugerencia hace tres años, de una intervención armada estadounidense en Venezuela, dice Aznárez, “tuvo el efecto de compactar a los chavistas y detener en seco los tanteos negociadores entre el régimen y un abanico opositor. Apostando por el empujón castrense, los extremistas nada hicieron para sumar fuerzas con Capriles y otras individualidades y apuntalar el ariete más temido y eficaz contra el Gobierno: la unidad antigubernamental”. 

Pérez Pirela comentó, a título personal, que Guaidó cometió el mismo error, pecó de prepotencia y pensó que estaba jugando solo, que no tenía a nadie enfrente. “Pues, resulta que Trump tenía enfrente a los demócratas que, como se dice popularmente en Venezuela, lo estaban esperando en la bajadita. Igualmente Guaidó y Leopoldo López, que es su realmente su manipulador de oficio, pensaron que el chavismo no jugaba, que en el tablero solo estaban ellos”.  

Siguió leyendo el texto de Aznárez, quien señala que “Al derrumbarse el mando republicano se derrumban monopolios, planes y tejemanejes opositores financiados por el Tesoro americano y las fortunas de exfuncionarios venezolanos en busca y captura por el chavismo, más por traidores a la causa que por ladrones”.  

Apuntó Pérez Pirela que, evidentemente, la alusión se refiere a personajes como Rafael Ramírez, que vive como un príncipe al norte de Italia, con el dinero que se robó. 

Según el analista, Trump se va derrotado por la cronicidad de sus calenturas y la oposición venezolana por los personalismos y menosprecios del poder chavista. 

Otro párrafo del artículo señala que “No sin razones, Maduro declaró que el mérito de haber pulverizado a la oposición correspondía a Trump y Guaidó, fabricado con engaños, redes sociales y mucho dinero”. 

Además, asegura que Guaidó ha llamado insistentemente a Joe Biden, pero este y su equipo no le contestan. 

“A todo chivo le llega su hora y ha de llegarle también a este señor qué pensaba que podía hacerse del tesoro nacional, que podía robar reservas internacionales, que podía robarse las grandes empresas de Venezuela en el extranjero, como Citgo y Monómeros.  Vemos como se está produciendo el efecto dominó. La desgracia ha caído sobre el señor Trump en Estados Unidos y sobre sus aliados en el mundo. Y vemos como las fechorías cometidas hasta son confesadas abiertamente, como lo ha hecho el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien acaba de reconocer que Estados Unidos incautó en agosto del 2020, hasta 40 millones de dólares en envíos de gasolina de Irán a Venezuela. Se jactó de su robo, y pretendió justificarlo diciendo que este dinero habría sido desviado al fondo de víctimas del terrorismo del país norteamericano. Ellos, que son precisamente los que alimentan el terrorismo en Estados Unidos con episodios como los del pasado miércoles”, enfatizó el conductor de Desde Donde Sea 

Riesgo de guerra

Pérez Pirela analizó también cómo la caída en desgracia de Trump podría llevarlo al extremo de propiciar una guerra de última hora. 

“Haciendo un breve repaso, importante para este análisis, traemos a colación la demostración de fuerza militar y política en medio de la tensión entre Irán y Estados Unidos y Rusia. Vemos que el efecto dominó que está trayendo también una peligrosa situación de inestabilidad. La Armada iraní comenzó maniobras militares Eqtedar (Poder) 99, que se desarrollan en las costas de Makran en un momento de aumento de la tensión con Estados Unidos en los últimos días del mandato de Trump. Los ejercicios incluyeron el disparo de misiles, en el norte del océano Índico, que podrán pondrán a prueba las capacidades de las unidades de superficie”, puntualizó, leyendo noticias del día.  

Recordó que las tensiones entre EEUU e Irán han aumentado desde 2018, cuando Trump abandonó unilateralmente el acuerdo nuclear de 2015 y restauró duras sanciones para presionar al país persa para que negociase restricciones más estrictas a su programa nuclear. Esto obligó incluso a los países de Europa a perder inversiones que ya habían iniciado en Irán, entre ellas las de empresas francesas como Renault y Michelin que habían entrado al mercado iraní luego de los acuerdos comerciales firmados por Barak Obama. 

“Pese a los últimos 40 años de severas sanciones de EEUU y de otros países, Irán ha conseguido grandes logros en diferentes ámbitos, incluido el militar. Contra lo que vende la prensa occidental, la capacidad de sus fuerzas armadas, las autoridades del país aseguran que no es una amenaza para nadie pues se trata de un ejército preparado para defenderse de agresiones, no para atacar a ningún otro país –subrayó-. En medio de su crisis final, el gobierno de Trump lanza nuevas sanciones, esta vez contra tres personas y 16 entidades por ser organizaciones de la República islámica y sus subsidiarias, dirigidas por funcionarios del gobierno actual y anteriores que dependen directamente del líder supremo. Usan la misma excusa de Pompeo para robar la gasolina venezolana: están preocupados por la corrupción de los funcionarios iraníes. Definitivamente no se las piensan, no piensan las excusas”.  

“La pregunta que surge es si podría Trump iniciar una guerra con Irán antes de abandonar la Casa Blanca. Para responderla, debemos decir que la presidenta la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, archienemiga de Trump, manifestó su preocupación y su voluntad política para impedir a Trump comenzar acciones militares y está pidiendo que se le niegue acceso a los códigos de lanzamiento de ataques nucleares antes del 20 de enero. Los comentarios de la señora Pelosi demuestran un vacío en la estructura política estadounidense, que ha permitido a una especie de loco gobernar el país norteamericano y tener acceso a los códigos nucleares”, dijo. 

Abundó en el punto, indicando que Pelosi también ha alertado sobre la posible decisión del saliente presidente de los Estados Unidos de declarar una guerra para quedarse todavía más en el cargo, algo similar a lo que ha tratado de hacer Guaidó en Venezuela con la tesis de la continuidad administrativa, ahora que ya no puede justificar su supuesto rol de presidente encargado de la República porque ni siquiera es diputado.  

Continuando con el punto de los tambores de guerra en el golfo Pérsico, reseñó recientes declaraciones de un operario del cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, quien desvelo la existencia de una enorme base subterránea de misiles a lo largo de la costa del golfo, un mensaje claro para Estados Unidos en medio de su conflictiva transición. En un clip transmitido por la televisión estatal iraní, se ve a los comandantes de alto nivel del cuerpo de Guardianes de la Revolución islámica ingresar al depósito subterráneo, en cuya entrada se observan las banderas de Estados Unidos e Israel pintadas en el suelo, de modo que sean pisoteadas. 

Horas antes de que fuera mostrado el arsenal, EEUU había desplegado dos bombarderos estratégico B-52, con capacidad nuclear en el golfo Pérsico. Washington también revocó su decisión de devolver a su base su único portaaviones en la región, alegando que Irán podría buscar venganza por el asesinato del comandante iraní Qasem Soleimani, el 3 de enero del 2020. Hasta ahora, la capacidad de misiles de Irán es lo que han pedido que Trump use el maletín nuclear contra este país. Ese poderío también evitará que todos los nuevos presidentes de Estados Unidos sigan avanzando en esta intención manifiesta de atacar a Irán.  

“Esto podría cambiar con Biden, pues no podemos soslayar que el gobierno que antecedió a Donald Trump, el gobierno demócrata de Obama, cuyo vicepresidente era Biden, avanzó en negociaciones y acuerdos con Irán. Además, a partir de los nombramientos que ha hecho hasta ahora puede vaticinarse que, por ejemplo, tratará de regresar a la política en relación a Irán y podrían darse en el futuro un nuevo acuerdo para comenzar diálogos y discutir sobre las sanciones. Es posible que Biden se oponga así a la política republicana, que hizo estrictamente lo contrario durante la presidencia de Trump, quien fue de un solo tajo a cortar cualquier relación posible con Irán, lo que ha hecho que cada día que pasa, la situación sea más incendiaria entre ambos países”, resumió.  

“Estas horas que vienen, estos días que vienen hasta el 20 de enero, serán fundamentales y el mundo estará en vilo, esperando que el aún presidente de los Estados Unidos no cometa una locura que pueda propiciar un conflicto a escala mundial internacional”, finalizó. 

(LaIguana.TV)