Un informe divulgado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) deja en evidencia la desigualdad en el precio de la energía eléctrica en el continente: los hogares del país más caro pagan diez veces más que en los países más baratos. El estudio también advierte sobre los efectos de esta desigualdad en tiempos de pandemia.

La desigualdad que suele atribuírsele a América Latina puede encontrarse en los más diversos sectores. Uno de ellos es la tarifa de los servicios de electricidad, un campo en el que, por ejemplo, el país con la tarifa más cara de la región tiene precios diez veces más altos que los del país con tarifas más baratas.

Las diferencias entre las tarifas eléctricas de la región quedaron de manifiesto en un informe de la Cepal divulgado en diciembre de 2020 en el que, además de hacer un relevamiento sobre qué tan cara o barata es la electricidad en la región, analiza cómo se relaciona el costo de la energía en un contexto de pandemia en algunos de los países.

Para hacer una comparación, el estudio toma tres tipos de consumos medios mensuales de una vivienda familiar: de 30 kWh, de 125 kWh y de 300 kWh. En cualquier caso, el orden de países según el precio de sus tarifas eléctricas se mantiene incambiado, con Uruguay como el país con la energía más cara y Venezuela como el de tarifas más baratas.

Países según el precio de sus tarifas eléctricas (del más caro al más barato):

-Uruguay

-Guatemala

-El Salvador

-Costa Rica

-Chile

-Panamá

-Perú

-Bolivia

-Colombia

-Brasil

-Ecuador

-Argentina

-México

-Paraguay

-Venezuela

Si bien el ranking de países se mantiene incambiado en las tres franjas, la relación entre varía, alcanzando en algunos casos niveles asombrosos.

Por ejemplo, para un consumo medio de 30 kWh, los hogares uruguayos pagan 47,5 centavos de dólar por kWh, mientras en Venezuela pagan solamente 0,8. Es la franja de consumo con mayores diferencias y donde la tarifa uruguaya se despega más del resto: el precio uruguayo duplica al de Guatemala, donde para ese consumo se pagan 20,8 centavos de dólar por kWh.

La tarifa uruguaya también es diez veces más alta, por ejemplo, que la de su vecino Argentina, donde se paga 4,8 centavos de dólar por kWh.

¿Por qué hay tanta diferencia en las tarifas?

Uno de los aspectos centrales que explica la diferencia en los precios es la fuente de energía utilizada por los países. En ese sentido, apunta que en países como Argentina o México la generación es principalmente a base de gas natural, que «tiene menor costo respecto a los combustibles líquidos». Otros países como Brasil, Paraguay o el propio Uruguay, basan su matriz energética en la energía hidroeléctrica.

A pesar de que Uruguay es el país que tiene mayor participación de energías renovables en su matriz —con un 40% de su energía proveniente de fuente renovable—no logró traducir eso en precios más accesibles.

El otro factor relevante es la aplicación de subsidios para intentar alivianar el peso de la tarifa eléctrica en el presupuesto de las familias. La Cepal destaca a Argentina, Ecuador y México como países donde los subsidios al consumo son relevantes, tanto con tarifas diferenciales como por subsidios generales.

Las tarifas de energía y el COVID-19

El estudio de la Cepal dedica un apartado a reflexionar sobre cómo impactan las tarifas de energía eléctrica en las familias en medio de la crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19. En ese sentido, recuerda que, de acuerdo a estimaciones, América Latina sumó 45 millones de pobres nuevos y 28 millones de personas en pobreza extrema.

En un contexto de crisis económica, la Cepal considera que «es de esperar que el servicio eléctrico gane mayor participación en el gasto de los hogares y esto recrudecerá la problemática de la tarificación del servicio de electricidad». Por eso, estimó probable que los gobiernos deban incrementar los subsidios, comprometiendo más sus ajustados presupuestos.

La crisis y la desigualdad tarifaria generan que, según remarca el informe, «en un hogar pobre de Uruguay, el gasto en electricidad pesa tres veces más que en un hogar pobre de Argentina, Ecuador o México». En Chile, en tanto, para un hogar pobre la energía eléctrica pesa el doble que en estos otros tres países.

(Sputnik)