En la edición de Desde Donde Sea de este jueves 14 de enero, el filósofo, comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela analizó algunos de los aspectos que caracterizan el mapa sociopolítico de Venezuela, en un contexto signado por la entrada en funcionamiento de la nueva Asamblea Nacional, la desaparición de Juan Guaidó de la escena nacional e internacional, el gobierno demócrata de Joe Biden en la Casa Blanca y la derrota de las políticas radicales de Donald Trump, con las que pretendió, sin éxito, derrocar al presidente Nicolás Maduro.

Para ello, el experto se fundamentó en un análisis publicado por Jesús Seguías, presidente de la encuestadora opositora Datincorp, con base en una investigación por muestreo realizada durante noviembre de 2020.

Seguías apunta a que Venezuela carece de un liderazgo confiable, por lo que existen las condiciones para la insurgencia de nuevos actores, lo que, en opinión de Pérez Pirela, significa que es tiempo de terminar con «el juego de las sillas», pues desde hace dos décadas, los líderes son esencialmente los mismos.

De otro lado, el presidente de Datincorp asegura que los venezolanos tenemos el reto y la obligación de derrotar siete megacrisis simultáneas: la política, la económica, la de servicios públicos, la social, la emocional, la ética y la de la pandemia, mas el también director de LaIguana.TV estima conveniente preguntarse por qué razón estamos en esto que Seguías llama «megacrisis».

Para ilustrar su punto, refirió que en 2006, por ejemplo, cuando gobernaba el también presidente socialista Hugo Chávez, se vivían tiempos de bonanza económica y la población alcanzó niveles comprobables de bienestar social, nadie hablaba de crisis y si bien ello ha tratado de ser explicado a través de los elevados precios que tenía el petróleo entonces, considera que dejar de lado el efecto nefasto de los bloqueos y las sanciones sobre la vida de la nación es inapropiado, porque con esto lo que se pretende es hacer del socialismo una suerte de victimario.

Desde otro ángulo, el experto encuestador, que se reconoce como opositor al gobierno del presidente Nicolás Maduro, la crisis que conmueve a la nación no es coyuntural y trasciende las gestiones de Hugo Chávez y su sucesor, puesto que, a su parecer, las crisis ética y económica «son problemas nacionales a los que nadie es ajeno y que no comenzaron con el chavismo en el poder».

A este respecto, el comunicador opinó que los venezolanos nos hemos acostumbrado a echarle la culpa al gobierno y a la oposición, en lugar de analizar desde dentro las causas que han ocasionado esta crisis ética, esos vicios que nos han caracterizado como sociedad.

La investigación de Datincorp concluye que en la actualidad, los políticos de oficio han sido desplazados por otros actores, políticos improvisados, que generalmente fracasan en su paso por el poder.

Esta tesis, acotó Miguel Ángel Pérez Pirela, no es nueva, pues él mismo la desarrolló en su libro El Estado posible, publicado hace más de una década. En el texto se establece, según refirió, que el error de génesis de la oposición fue acabar con los partidos políticos e intentar contrarrestar el liderazgo de Chávez con figuras de la farándula local que adversaban al líder bolivariano.

Adicionalmente, Jesús Seguías explica que a la oposición le ha sido imposible lograr una cohesión razonable entre sus líderes, porque donde cabe uno, no caben los otros y desde su punto de vista, ello ha traído como consecuencia que ya no queden casi partidos políticos orgánicos y predominen plataformas transitorias aglutinadas en torno una candidatura presidencial.

A contrapelo, el filósofo venezolano considera que la fortaleza del Partido Socialista Unido de Venezuela radica justamente en que ha sido capaz de mantenerse cohesionado, pese a que en su seno no están ausentes contradicciones y hasta confrontaciones.

Otro de los puntos abordados por la encuestadora y traídos a colación por Pérez Pirela a propósito del programa, está relacionado con el creciente proceso de despolitización que se sucede en la sociedad venezolana.

Seguías recuerda que fue el hastío de los electores venezolanos lo que permitió que el entonces ‘outsider’ de la política Hugo Chávez, venciera en los comicios presidenciales de 1998 y que un escenario similar parece estarse configurando en la actualidad, pues el 88% de los encuestados dice que no confía en los actuales políticos de oficio y el 84% considera que la crisis política es menos importante que las otras crisis, incluyendo la crisis económica.

El analista político estima que esto es un signo evidente del avance de la despolitización, que revierte, en buena medida, el que fuera considerado el mayor logro político del presidente Hugo Chávez: la politización popular, pero, al mismo tiempo, considera que los problemas de Venezuela, antes que económicos, son políticos, por lo que alcanzar acuerdos en este ámbito redundará en la superación de la llamada crisis económica.

Por su parte, Jesús Seguías refirió unas declaraciones del enviado especial de la administración Trump para Venezuela, Elliot Abrams, quien habría asegurado que: «esto –la crisis política en Venezuela– va a terminar en una mesa de negociación y se va a negociar con los que están allí, no con los que uno quiera».

Por tal motivo, quienes dentro de la oposición sostienen que es indispensable acabar con el chavismo para solucionar la crisis, carece de sentido y para Pérez Pirela, hasta que este sector no entienda que el chavismo es una fuerza política importante en el país, no será posible llevar a buen puerto cualquier proceso de negociación.

El estudio realizado por Datincorp en noviembre, también concluye que la polarización entre chavistas y opositores caducó, no es real ni interpreta a la Venezuela actual, un hallazgo que respalda el comunicador venezolano y el indicio más reciente sería la baja participación que hubo en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Así, la única alternativa que tendría el país para remontar la despolitización, es sumar a diversos actores sociales a la discusión política en lugar de dejársela solamente a los políticos, ello en consonancia con el modelo de democracia participativa y protagónica consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Los datos obtenidos por la encuestadora, indican que solamente el 47% de los venezolanos optaría por una confrontación radical entre chavistas y opositores. Además, según Seguías, en el bloque opositor hay mucho cuestionamiento hacia la actuación de sus líderes y en el chavismo, la procesión va por dentro.

En opinión de Miguel Ángel Pérez Pirela, lo último es bueno, porque en su último mensaje, Chávez planteaba: «unidad, lucha, batalla y victoria». Interpretando, esto implica que, por un lado, es imposible una batalla sin victoria y alzarse victorioso sin luchar y por otro, que para el chavismo es imposible triunfar sin unidad.

Por ello, desde su punto de vista, la diferencia fundamental entre el chavismo y la oposición es que éste se ha mantenido unido, mientras que la oposición se ha microdividido, al punto tal que le es imposible producir un discurso unitario.

Volviendo a los hallazgos reportados por Datincorp, se asevera que la mitad de los venezolanos se siente ajeno a los bloques y rechaza la confrontación radical, mientras que el 60% exige acuerdos negociados entre ambos factores para solucionar los problemas del país.

Para finalizar, Jesús Seguías se pregunta si el presidente Nicolás Maduro tendrá interés y razones para negociar, después de haber derrotado a Donald Trump y le aconseja al mandatario no confundirse con Biden.

Un marco de negociación apropiado entre el gobierno y la oposición, a su parecer, sería uno que contara con el respaldo de las cuatro principales potencias: China, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea, pues así sería muy difícil que las partes incumplieran con lo pactado, en contraste de lo que, a su parecer, ocurriría de ser solamente Noruega el Estado garante de los acuerdos.

A este respecto, Pérez Pirela considera que en las negociaciones debería estar China, por ser la primera economía del mundo y apoya al gobierno venezolano, y también debería estar Rusia, reconocida potencia militar y aliada evidente de Maduro.

Del otro lado estarían los Estados Unidos presididos por el demócrata Joe Biden, de quien no se espera que continúe con las políticas de garrote que emprendiera su antecesor, sino que muy probablemente apostará por las acciones políticamente correctas y la Unión Europea.

En relación con el incentivo que tendría Maduro para negociar con la oposición, el experto acotó que el mandatario querría que se termine de entender que el chavismo no es una excepción, ni un detalle de la historia,sino una fuerza estructural que hace parte de la cultura política y social de Venezuela, por lo que todo el que quiera diseñar una política en Venezuela excluyéndolo, tendrá que hacer un genocidio.

Para la oposición las cosas no son fáciles en este momento, pues «el cese de la usurpación feneció» y eso libera el juego atascado. Las realidades se impusieron y por más que Trump lo quisiera, ya Guaidó no es «presidente» de Venezuela, ya no es presidente de la Asamblea Nacional y ni siquiera es diputado.

(LaIguana.TV)