Durante la campaña electoral, el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que el presidente Nicolás Maduro era un «dictador» y se comprometió con sus votantes a garantizar «un Estatus de Protección Temporal para los venezolanos» que residen ilegalmente en ese país y a «apoyar la restauración de la democracia» en Venezuela.

Sin embargo, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela considera que estas declaraciones han de tomarse con cuidado, pues no puede obviarse que fueron pronunciadas con el propósito de capturar votos dentro del electorado residente en el estado de la Florida.

Así, al cambiar de candidato a presidente, la posición de Joe Biden no es la misma y a su parecer, la trayectoria política del nuevo presidente, que viene de ejercer como vicepresidente de Barack Obama –quien distendió las relaciones con Cuba a un nivel histórico– le hace «pensar que vienen tiempos de diálogo, de distensión», de primacía de la política.

A eso se añade que, según asegurara Maduro, Obama le confesó en privado que el decreto con el que calificó a Venezuela como «una amenaza inusual y extraordinaria contra la seguridad y defensa de los Estados Unidos» había sido un error.

Por ello, el experto considera que «ahora vienen otros medios para tratar de llegar a una especie de mediación, que permita una cierta tranquilidad hemisférica. En este marco, Cuba y Venezuela son actores fundamentales».

Sin embargo, advirtió a la audiencia de Desde Donde Sea que si bien el mandatario se ha abstenido de hacer declaraciones sobre Venezuela, apenas un mes después de que Guaidó se autoproclamara presidente interino, «instó a la comunidad internacional a apoyarlo para lograr una transición democrática» en el país.

A su parecer, la palabra «transición» es clave dentro de ese enunciado, toda vez que su antecesor, Donald Trump, cometió un error al «apostar a una transición fundamentada en amenazas, sanciones, bloqueos y una posible intervención militar», sin que se produjera el tan ansiado cambio de gobierno en Venezuela.

Elliot Abrams, enviado especial de Trump «contra Venezuela» aseguró que la administración Biden mantendrá la misma línea de desconocimiento de las autoridades legítimas de Venezuela y «y no hará grandes cambios con respecto a lo que ha venido haciendo Washington contra Caracas».

Para Pérez Pirela, también hay que considerar la influencia que podría tener Europa sobre la política exterior estadounidense, puesto que si bien durante los años del recién concluido gobierno de Trump el bloque comunitario asumió sus decisiones sin mayores negativas, no se espera que esta postura dependiente se mantenga.

De otro lado, comentó el analista, Biden asumirá el gobierno en un momento en el que su país está atravesando por fuertes problemas internos que demandarán su atención prioritaria, por lo que muy probablemente no estará interesado en «que Venezuela se convierta en la capital de la desestabilización en Latinoamérica», sino alejar el fantasma de la guerra civil que hoy se cierne sobre su país, por medio de un discurso de unidad nacional.

(LaIguana.TV)