James Story, pseudo representante diplomático de Washington para Venezuela asentado en Bogotá, mantiene un programa en línea con el nombre de «Aló Embajador», con el que pretende copiar el nombre del exitoso programa «Aló Presidente», conducido por el entonces presidente Hugo Chávez entre 1999 y 2012.

«Aló Presidente» fue considerado verdadero hito de la comunicación y surgió por la necesidad de mantener al pueblo venezolano informado de las actividades del gobierno, de una forma amena y cercana, pues inclusive existía la oportunidad de participar, bien a través de llamadas telefónicas que contestaba el mismo Chávez –de ahí el nombre– o con intervenciones desde el sitio de la transmisión.

Las llamadas e intervenciones usualmente se referían a problemas y necesidades sentidas, tanto de particulares como de comunidades. Además de escuchar las demandas, el líder bolivariano comprometía en vivo a los funcionarios más adecuados para atender los problemas y se encargaba, junto a un equipo, de hacerle seguimiento a los casos.

A lo largo de 378 ediciones, con su particular estilo, Hugo Chávez explicó detalladamente asuntos de interés nacional, anunció decisiones gubernamentales trascendentes, compartió escena con líderes políticos y sociales de todo el mundo e inauguró numerosas obras a lo largo de la geografía nacional.

En contraste, el programa de Story, pese a la obvia maniobra propagandística asociada a su nombre, no podría ser más distinto en sus propósitos. Este jueves entrevistó al exdiputado Juan Guaidó, quien, a pesar de ya no ser reconocido por la Unión Europea (UE) como «presidente interino» de Venezuela, informó que participará como invitado en la sesión del Parlamento Europeo de este 26 de febrero.

Este anuncio se sucede a una escalada en las tensiones entre Venezuela y la UE, luego que el Consejo de Asuntos Exteriores decidiera, a instancias de los gobiernos de Alemania, España, Francia y Países Bajos, sancionar a 19 funcionarios venezolanos por participar o facilitar las elecciones legislativas de diciembre, cuyos resultados Bruselas aún no reconoce.

Previamente, en clara injerencia y en desconocimiento de lo establecido en la Constitución de 1999, la UE intentó supeditar el reconocimiento de los comicios a su postergación, pero no se trata de las únicas acciones hostiles contra Venezuela implementadas por el llamado «grupo de los 27» y aupadas por Guaidó y su grupo, pues en rondas anteriores ya se habían impuesto medidas coercitivas unilaterales sobre 55 funcionarios.

El último ‘impasse’ acarreó la expulsión de la Jefa de la Delegación de la UE en Caracas, Isabel Brilhante Pedrosa y la entrega de notas de protesta a los embajadores de Francia, España, Alemania y Países Bajos en Venezuela.

La decisión fue protestada por la UE, que exigió su inmediata reversión. El gobierno de Venezuela respondió condicionando el diálogo con Europa al levantamiento de las sanciones y al abandono de la agenda injerencista, que incluye, entre otros puntos, el dejar de respaldar a personeros de la oposición antidemocrática como Guaidó o Leopoldo López, este último protegido por el gobierno español, tras haberse evadido de la justicia venezolana.

(LaIguana.TV)