Todo reducido a escombros, casa y vías destruidas, y un saldo de 22 personas asesinadas fue el resultado del primer ataque ordenado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El bombardeo se produjo este jueves —25 de febrero— cerca de la localidad de Alm-Qaim, en la frontera entre Siria e Irak, contra instalaciones de milicias proiraníes.

«No pueden actuar con impunidad. Tengan cuidado«, fueron las palabras de Biden tras el ataque. Y se defendió diciendo que fue una acción “necesaria para abordar la amenaza y fue proporcional a los ataques anteriores».

Entretanto, Teherán califica este suceso de “agresión ilegal” que viola el derecho internacional. Mientras que Rusia a través de su canciller, Serguéi Lavrov, también condenó el hecho y lamentó que el ejército ruso fuera advertido solo con unos minutos de anticipación.

(LaIguana.TV)

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