El delincuente Oscar Enrique Narro Correa (46), conocido como “Cara cortada”, ahora salió con la excusa de que la brujería que le echó su suegra fue la razón que lo llevó a asesinar a balazos y a sangre fría al venezolano Orlando Abreu (26), el pasado 14 de febrero en el mercado municipal de Trujillo, en Perú, donde el criollo tenía un puesto de venta de zarcillos.  

“Mi esposa se separó de mí, yo quería seguir predicando (supuestamente se había hecho evangélico, lo que lo ayudó a salir de la cárcel). Mi suegra se propuso separarme. Y se fue a las ‘huaringas’ a hacer brujería y tantas cosas. Por eso me separé de mi esposa”, comentó a medios peruanos.  

Tras culminada su relación sentimental, afirma, recayó en las drogas y en la bebida. Esto habría provocado que el día que le quitó la vida al venezolano, tal y como lo registraron las cámaras de vigilancia del lugar, se encontrara «fuera de sí».  

Sin embargo, Narro Correa tiene un prontuario policial que data de más de 20 años, y no se explica cómo estaba en libertad. Estaba implicado en hechos de atracos, hurto, violencia contra la mujer y robo agravado. Además, los comerciantes del mercado municipal afirman que “Cara cortada” era un azote, ya que se la pasaba cobrándoles “vacunas” para que pudieran vender en el lugar.  

El domingo 21 de febrero, y tras la viralización del video donde se le ve ejecutando el crimen contra el venezolano, fue detenido en el barrio donde residía, acompañado de cuatro mujeres. Además, tenía en su morral cocaína y marihuana. Ahora enfrenta un juicio por un delito que tiene pena mínima de 15 años. 

Desde el momento de su detención, asegura estar “arrepentido”. Sin embargo, puede ser la misma argucia con la que engañó a la justicia y logró su excarcelación en el pasado al hacerse evangélico cristiano.  

(LaIguana.TV)