El fenómeno de la xenofobia contra los venezolanos en varios países de América Latina ha sido propiciado por los gobiernos de esas naciones, como otro de los mecanismos para desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro, y ahora no saben qué hacer con los migrantes, analizó Miguel Ángel Pérez Pirela en una emisión de su programa Desde donde sea en la que también –debido a lo impactante del suceso- abordó el caso del bombardeo ejecutado por el gobierno colombiano sobre un supuesto enclave irregular, que mató a un grupo de niños y adolescentes.

El tema original era el de la escalada de manifestaciones antivenezolanas que se ha producido desde que, por primera vez en la historia, se produjo una corriente migratoria desde Venezuela hacia otras naciones del continente. Por la gravedad del acontecimiento, el filósofo y comunicador comenzó sus reflexiones con lo ocurrido en el departamento de Guaviare.

“Un bombardeo en Colombia deja diez menores asesinados. Están matando ya a los carajitos y las carajitas, a adolescentes, niños y niñas. El mundo calla, prefiere hablar de Venezuela, no de Colombia”, expresó indignado.

“El Ejército colombiano, al dar parte de la acción militar ocurrida el 2 de marzo, informó que había ocasionado 10 bajas a un grupo armado irregular, sin decir que eran menores de edad. Es lo que ocurre siempre: los asesinados son irregulares y si no lo son, ellos los convierten en irregulares, como ocurrió con los falsos positivos. Los vestían de guerrilleros y son tan brutos que a veces les ponían los zapatos al revés. Esa es la Colombia de Iván Duque que, cara de tabla, como les decimos acá a los descarados, anda llorando internacionalmente porque supuestamente no existen derechos humanos en Venezuela”.

Luego de ese parte de guerra, el ciudadano Nepomuceno Marín hizo pública una denuncia de que todas las víctimas (cinco inicialmente) tenían entre 12 y 16 años de edad.

“Este tipo de situaciones, sobre todo a los que somos padres, nos duele hasta en las vísceras. ¿Se imaginan que en Venezuela pase algo así? No va a pasar, pero ¿se imaginan que el Ejército venezolano bombardee y que haya menores de edad asesinados? –preguntó-. De inmediato entrarían los gringos y los europeos con tropas a aplacar la guerra. Pero pasó en Colombia y no importa. Allá se puede matar a niños en un bombardeo oficial y no pasa nada. Allá pueden los marines cometer delitos sexuales contra niños y niñas y ni siquiera son juzgados porque Colombia le entregó a EEUU no solo su soberanía territorial sino también la jurídica”.

En respuesta a la denuncia, Medicina Legal de Colombia hizo público un reporte oficial reflejando que en el bombardeo falleció un solo menor de 16 años. El resto de las víctimas serían cuatro personas de 19 años.

“Yo a la justicia y al gobierno colombiano no le creo ni un padrenuestro recitado en latín porque son especialistas en falsos positivos, los inventaron”, acotó el presentador.

Después de conocerse este informe, el presidente de la Comisión de Paz del Senado de Colombia, Roy Barreras, denunció en Twitter inconsistencias en los datos. Alertó que dos de los fallecidos presentados por Medicina Legal como mayores de edad en realidad tenían 10 y 16 años. Para ello tomó como referencia los documentos oficiales de identidad de los fallecidos.

“Esa es Colombia: el primer país de Latinoamérica al que se le dieron las vacunas desde la ONU. La misma Colombia que anda mendigando por el mundo para que les den dinero porque allá tienen muchos venezolanos. Siempre lo digo y lo repito: aquí hay seis millones de colombianos y ni siquiera los gobiernos neoliberales de derecha de la IV República fueron a pedir dinero para mantenerlos. Y se les ha dado salud, educación, oportunidades de empleo y alimentación. En diciembre, Duque estaba ofreciendo vacunas que no tenía, pero desde ya se las estaba negando a los venezolanos y a las venezolanas”, añadió.

Siete familias con parientes ausentes a raíz del bombardeo, asistidos por la Fundación por la Defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Oriente y Centro de Colombia están a la espera de la confirmación oficial de la identidad de los fallecidos. “Hoy es 10 y esto sucedió el 2 de marzo. Ha pasado una semana y un día y todavía están los familiares buscando a las víctimas. Es un horror por donde se le mire”.

No es la primera vez que se denuncia al Ejército por la muerte de menores en Colombia. Hace dos años, un hecho similar ocurrió en Caquetá con un saldo de ocho niños asesinados por el Estado colombiano.

“Son acciones ejecutadas por su Ejército, por su policía o por el paramilitarismo que, al fin y al cabo, es engendrado por el Estado. En casos como el que estamos comentando ya ni siquiera se esconden tras la careta del paramilitarismo para cometer este tipo de horrores. Colombia es gobernada por un uribismo que no tiene ningún tipo de escrúpulos. Por eso cuando uno ve a Leopoldo López, la semana pasada o antepasada, en la hacienda de Uribe, uno dice que ojalá una derecha como esta, la de ese personaje, la de Juan Guaidó, Julio Borges, Antonio Ledezma, María Corina Machado, etcétera, nunca llegue al poder porque, con esos mentores, Dios agarre confesado al pueblo”.

Señaló que lo más difícil en estos veinte años ha sido tratar de contener la violencia colombiana que ya (como lo ha planteado en dos libros: La invasión paramilitar: el caso Daktari y La cuestión colombo-venezolana), se ha infiltrado en muchas regiones y por eso hay barrios enteros que están paramilitarizados, a imagen y semejanza de Colombia.

Prosiguió ofreciendo los pormenores del caso. El ministro de Defensa, Diego Molano, justificó lo ocurrido señalando que fue un ataque legítimo porque iba dirigido contra el líder de la estructura irregular conocido como Gentil Duarte. El funcionario dijo: “Nosotros sabíamos que allí había estructuras que participaban en el hostigamiento y que eran jóvenes. Las edades y sexos serán determinados por la Fiscalía. Aquí afirman que había doce niños. Lo que había era máquinas de guerra planeando acciones terroristas”.

“En otras palabras, este ministro dijo que ‘sí, los matamos, pues’. Sean niños o no, para la oligarquía y el gobierno asesino de Colombia eran terroristas y los asesinaron. Se parece mucho a lenguaje gringo, ¿verdad? Bombardean Siria, Irak, Afganistán y cuando matan civiles los llaman daños colaterales”, deploró.

Recordó el caso del nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, quien bombardeó tres países durante el primer mes de gobierno, pero la prensa dice que es amante de los derechos humanos y que lo probó al aplazar el bombardeo porque se enteró de que había una mujer y dos niños.

“Este mundo tiene que cambiar porque tanto descaro no tiene justificación”, expresó Pérez Pirela.

Xenofobia contra los venezolanos

El presentador abordó entonces el tema focal del programa: los brotes de xenofobia contra los venezolanos y las venezolanas que formaron parte de la ola propiciada por la estrategia imperial para derrocar al gobierno bolivariano.

“En Perú, Ecuador y Colombia, países de los que tenemos nacionales acá hasta pa’ echar pa’ arriba, como se dice popularmente, han experimentado un incremento alarmante del irrespeto a los migrantes, según una encuesta realizada en más de 140 países y publicada el año pasado por Gallup”, señaló.

Solo para presentar algunos ejemplos, indicó que el mes pasado, en un autobús en Bogotá, hombres armados con cuchillos amenazaron a los pasajeros venezolanos, mientras en Guayaquil, Ecuador, estalló una batalla con palos entre vendedores locales y venezolanos en las aceras.

“Lo peor del caso es que los venezolanos que emigran hacia Colombia lo hacen hacia la precariedad, hacia la pobreza –subrayó-. La agencia de estadística de Colombia dijo que el año pasado solo 71% de los hogares come tres veces al día, en comparación con 89% antes de la pandemia. 29% no lo hace… Entonces, ¿qué van a hacer los venezolanos allá?”.

Destacó que esa situación es sufrida por el pueblo colombiano a pesar de que no están bloqueados ni tienen sanciones. “Por el contrario, son los niños mimados de EEUU y de la Unión Europea y se nos venden como la democracia más estable del continente. Cada vez que hay elecciones allá, todos quieren ganarlas hablando mal de Venezuela”, dijo.

Muchos de los venezolanos que han ido a Colombia ya saben cuál es la situación real. A pesar de ello, según cifras de la Organización de Estados Americanos (OEA), unos 600 venezolanos cruzan a diario a Colombia. “Bueno, si lo dice la OEA es falso. Porque Almagro ha logrado con la OEA lo mismo que Guaidó hizo con la oposición acá: la sepultó”.

Xenofobia ciudadana y xenofobia gubernamental

Pérez Pirela quiso hacer una distinción entre xenofobia ciudadana y xenofobia gubernamental.

“No es lo mismo. Un cromañón xenófobo con un palo, presto a atacar a un venezolano en una calle de Bogotá o Lima es una cosa, y otra es cuando se trata de una política de Estado. Ese caso es más grave. Vimos que Perú estaba recibiendo a los venezolanos, en la frontera con Ecuador, con el Ejército, con tanques de guerra y armas militares”.

En América son once los países que solicitan visado a los venezolanos o exigen documentos que hacen más complicada la entrada. Alegan que sus servicios públicos y economías comienzan a resentir un crecimiento de la población que sería causado por la migración venezolana. “Lo irónico es que fueron sus presidentes de ultraderecha los que estimularon esta migración porque creyeron que con eso iban a tumbar a Maduro y ahora no saben qué hacer con los venezolanos que fueron a parar allá”.

Los primeros países que dieron esos pasos fueron Guatemala, Santa Lucía, El Salvador, Honduras y hasta Panamá, cuyo gran desarrollo urbano reciente fue producto del dinero de los venezolanos.

Pérez Pirela destacó la enorme inconsecuencia histórica que está implícita en este asunto. Todos los países a los que han ido los venezolanos son naciones que han migrado hace décadas: Ecuador, Perú, Chile, Colombia, Uruguay, Argentina. “Nosotros nunca habíamos migrado. Ahora lo hacemos y salen los otros a decir que es una crisis humanitaria, que nunca se había visto algo así. Es mala fe, es propaganda de guerra contra mi país. En Europa, donde uno se meta encuentra un colombiano, un peruano, un ecuatoriano. Y resulta que ahora ellos se volvieron xenófobos, racistas, casi hitlerianos. Los vemos defendiendo su raza pura peruana, ecuatoriana o colombiana que va a ser manchada por las hordas venezolanas”.

Respondiendo a comentarios de la audiencia, aseguró que en Venezuela no se ha aplicado ni se aplicará la Ley del talión porque no somos así. “Luego de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Civil Española esto se llenó de españoles, italianos y portugueses que llegaron muertos de hambre. Luego, en los 70, 80 y 90 llegaron del Cono Sur, escapando de las dictaduras y de las crisis económicas. Aquí siguen muchos de ellos y los tratamos con respeto. Nadie ha pensado en pagarles con la misma moneda”.

Se preguntó cuántos años tiene la migración venezolana y cuántos tiene el país recibiendo extranjeros. Respondió que la ola migratoria no tiene más de cinco años versus al menos sesenta de tradición como país de acogida.

“Desgraciadamente muchos venezolanos se van hablando mal del país, tratando de dar lastima. Es la cruda realidad. U otros que se van diciendo que son perseguidos políticos, incluso gente que hizo plata con el chavismo y andan con ese cuento. Pero la inmensa mayoría, de chavistas, independientes y opositores, estamos aquí echando pa’ lante, resistiendo, produciendo”.

Funcionarios que incitan al pueblo
Desde 2019 se han incrementado los actos xenofóbicos en Perú, Ecuador, Panamá y Chile, muchos incitados por declaraciones de personajes públicos.

En Ecuador incluso el presidente Lenin Moreno, luego del asesinato a puñaladas en la ciudad de Ibarra de Diana Carolina Ramírez, joven embarazada de 22 años, por su expareja de nacionalidad venezolana, ofreció declaraciones que ocasionaron que ciudadanos ecuatorianos asaltaran, golpearan y destrozaran viviendas de venezolanos. Moreno dijo “Les hemos abierto las puertas pero no sacrificaremos la seguridad de nadie”.

En Colombia, Claudia López, la alcaldesa de Bogotá, dijo, por su parte que “no quiero estigmatizar a los venezolanos, pero unos nos hacen la vida cuadritos”

“Ella dice eso mientras Venezuela ha tenido que soportar durante décadas la importación de crímenes espantosos típicos de Colombia, como el llamado ‘televisor’: decapitan a la persona, le abren un hueco en la barriga y le ponen allí la cabeza. Ella dice que los venezolanos le hacen la vida de cuadritos al país con mayor número de desplazados internos, de masacres, de falsos positivos y de fosas comunes. Eso es tratar de esconder los problemas echándoselos al vecino”, puntualizó.

Por otro lado, en Perú, mientras en calles y puentes de Lima exhibían carteles con el lema “Perú sin venezolanos, Basta”, en 2019  la legisladora fujimorista Esther Saavedra exigió al entonces presidente, Martín Vizcarra, la salida del país de todos los migrantes venezolanos buenos o malos.

Carlos Morán, ministro del Interior, dijo que los venezolanos eran la causa del incremento de la criminalidad. “Según él, los migrantes venezolanos destruyeron un estado paradisíaco. Y estamos hablando de un país que cambia de presidente como se cambia uno de ropa interior. Además, esa denuncia fue puro boom mediático porque según la Policía Nacional, el registro de denuncias de delitos cometidos por venezolanos había crecido menos 0,6% en los tres años entre 2016 y 2019”.

Uno de los casos más sonados fue la captura de cinco integrantes del Tren de Aragua, con armas y granadas, cuando planeaban el asalto a un banco. Con ese caso se pretendió hacer ver que todos los venezolanos que han ido a Perú son hampones.

Xenofobia en redes sociales
Expuso Pérez Pirela que otro de los determinantes en este triste fenómeno son las expresiones de xenofobia en las redes sociales. La seguridad y la salud son los argumentos más utilizados contra los venezolanos en estos poderosos medios de comunicación masiva.

El Barómetro de la xenofobia en Colombia en su último boletín señala varios momentos u oleadas de críticas contra los migrantes.  El 28 de diciembre y 12 de enero fueron tendencia los mensajes xenófobos en torno a la vacunación de migrantes y a la llegada de médicos venezolanos supuestamente formados por cubanos. Hasta 21% de los mensajes emitidos en el departamento de Meta fueron de corte xenófobo.  El tema de la seguridad recrudeció por el robo de un bus en Bogotá, supuestamente por venezolanos.

Esta xenofobia tiene mucho de aporofobia, es decir, de rechazo a los pobres. Pero los connacionales con poder adquisitivo tampoco están exentos.  Así, una empresaria venezolana, dueña de un restaurante en Salamanca, Madrid, fue insultada por un ciudadano español, solo por haber nacido en Venezuela.

El presidente Maduro ha denunciado esta situación ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, indicando que  ha habido un silencio cómplice ante el aumento de la discriminación y las  xenófobas y anacrónicas políticas de inmigración de los países de acogida.

Interacción con la audiencia
Los dos candentes temas tratados generaron una gran participación de la audiencia. Sobre el bombardeo, varios ciudadanos colombianos opinaron que se trata de otra demostración de que ese país es gobernado por una camarilla criminal.

Ender Bruitiago afirmó que Colombia es la Israel de Latinoamérica, haciendo referencia a la impunidad con la que el Estado sionista viola los derechos humanos.

Respecto a la migración, varios de los usuarios ratificaron que Venezuela ha sido siempre un país abierto a los extranjeros de todas partes del mundo por lo que ahora está siendo víctima de una tremenda ingratitud.

Señalaron que la actitud de Venezuela ha sido tan permisiva que en algunas ciudades hay barrios donde flamea la bandera colombiana y no se permite residir a venezolanos. Una persona señaló que en la vecina isla de Trinidad, los venezolanos evitan hablar español en público para evitar que se les ataque.

Pérez Pirela comentó que, a pesar de todo eso, Venezuela sigue siendo el país más rico de Latinoamérica debido a sus recursos naturales y humanos y va a salir del bache en el que se encuentra con diálogo y concertación. “En ese momento, muchos de los países que ahora se burlan de nuestras necesidades, seguirán siendo bien tratados. No se preocupen por eso. Somos 30 millones de personas trabajando para que regresen los que están fuera. Hemos recuperado la identidad. Sabemos mejor ahora lo que es ser hijos de Bolívar. En muchos casos, la identidad se encuentra a partir del dolor. Sabemos que hay que producir para superar la crisis. Es un momento dialéctico, de antítesis para ser mejores venezolanas y venezolanos”.

Junto al público, reflexionó sobre un tema polémico: el tipo de trabajos que han desempeñado los venezolanos en otros países. “Allá hacen lo que nunca aceptaron hacer aquí. Muchos que no habían hecho nada, ni estudiaron ni trabajaron y se fueron del país sin un oficio definido”.

En medio de numerosas anécdotas acerca de su estancia de 11 años en Europa, realizando estudios de Filosofía, Pérez Pirela concluyó que muchos venezolanos han experimentado lo duro que es estar en otro país. Rememoró a Gabriel García Márquez, quien residió durante años en el barrio latino de París, esperando una beca que nunca llegó, mientras construía su gran obra literaria. Cuando regresó a Colombia, le preguntaron cómo era Europa y él respondió con aquella adivinanza: “Oro parece, plátano es”.

(LaIguana.TV)