Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), acusó a Cuba de ejercer «terrorismo de Estado a quienes piensan distinto» en una conferencia de prensa virtual convocada por Cuba Decide, una formación opositora al Gobierno de La Habana con nexos comprobados con el anticastrismo asentado en los Estados Unidos. 

En una ya habitual conducta injerencista, Almagro señaló que «es hora de que la democracia retorne a Cuba», pues en su opinión, ya son «varias generaciones de cubanos que no tienen derechos ni libertades debido a un régimen autoritario». 

La reunión virtual se convocó a propósito de una huelga de hambre de la que participan 55 activistas opositores alistados en Cuba Decide o la Unión Patriótica de Cuba (UNAPACU), que a menudo son presentados como luchadores por los derechos humanos, hilo del que se colgó el secretario general de la OEA para responsabilizar al gobierno de Miguel Díaz-Canel por «la salud y el bienestar» de estas personas.

Según un despacho de la agencia EFE, «la protesta, a la que se han sumado 55 personas en Cuba y ocho en el extranjero, es por el cerco policial que sufre desde hace 12 días la sede de esa organización en Altamira, en Santiago», si bien no se aportan más detalles que den cuenta del supuesto acoso policial ni tampoco se indican, ni siquiera referencialmente, las razones del Estado cubano para emprender estas supuestas acciones.

Esta fuente destaca, asimismo, que Almagro sumó su voz a la de Rosa María Payá, quien encabeza Cuba Decide y es presidenta de la Fundación Panamericana por la Democracia, para exhortar «a la comunidad internacional para que se solidarice con esta protesta y reclame el fin de la represión de la que es víctima el pueblo cubano y la impunidad del régimen encabezado por su presidente, Miguel Díaz Canel, y expresidente y líder del Partido Comunista de Cuba (PCC) Raúl Castro», lo que constituye una clara extralimitación de sus funciones. 

De otra parte, no puede dejarse de lado que Cuba fue expulsada del sistema interamericano en 1962 como parte de la cruzada anticomunista de Estados Unidos en el continente y ha manifestado en reiteradas ocasiones que no le interesa formar parte de él, razón por la cual las declaraciones del secretario de la OEA resultan todavía más fuera de lugar.

Trascendió que en el encuentro participaron «varios exiliados y ex presos políticos que reclamaron más sanciones internacionales y no negociar con el Gobierno de Cuba», lo que da luces no solamente de su carácter políticamente motivado, sino de la indolencia de estos grupos, que levantando las banderas de la lucha por los derechos humanos, promueven acciones desde el extranjero que socavan los de sus compatriotas. 

(LaIguana.TV)