De acuerdo con Javier Blas, periodista de la agencia Bloomberg, en 2019 Mark Carney, entonces gobernador del Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés), conspiró con el ministro de Asunto de Exteriores del Reino Unido, Alan Duncan, «para retener el oro de Venezuela en Londres», reseña el portal de periodismo de datos abiertos La Tabla.

El episodio fue relatado por Blas en el libro ‘The World for Sale’ –literalmente, El Mundo de las Ventas’, coescrito con  Jack Farchy, y en él se detalla una conversación en la que el excanciller británico «ofrece a Carney los más sólidos argumentos del Foreign, Commonwealth and Development Office (FCO) para apuntalar desconocimiento de Maduro como presidente de Venezuela», sintetiza el medio venezolano.

En el extracto compartido en Twitter relativo al intercambio telefónico del diplomático con el responsable del banco inglés, el primero admite que el presidente Nicolás Maduro ha solicitado la devolución del oro de Venezuela –cuyo valor se estima en unos dos billones de dólares– y que el banco ha titubeado, con base en presuntas dudas acerca de la legitimidad del mandatario, todo ello a pesar de que Caracas pidió que la devolución de sus riquezas se hiciera a través del Banco de Pagos Internacionales.

Según esta versión, Duncan dijo a Carney que se daba perfecta cuenta de que la decisión era del BoE, pero que aún así requería «un poco de cobertura política» de su «parte», razón por la cual se ofreció a encargar a los abogados de la FCO que redactaran «la carta más contundente», una misiva que esbozaría «las crecientes dudas sobre la legitimidad de Maduro» y explicaría «que muchos países ya no lo consideran el presidente del país».

El exfuncionario confiaba en su experiencia como comerciante petrolero y en la habilidad de su interlocutor como «banquero de Goldman Sachs» para lograr su cometido, al que se refiere como «hacer negocios».

El portal venezolano destaca que «Duncan trabajó para el comerciante de ‘commodities’ Marc Rich, fundador de Glencore –desde donde participó para evitar embargo petrolero contra el apartheid de Sudáfrica–, mientras el jefe del Bank of England lo hizo para Goldman Sachs».

Desde 2018, el Gobierno Bolivariano ha intentado infructuosamente recuperar su oro depositado en el BoE. Inicialmente, el gobierno inglés intentó retrasar la entrega con distintos pretextos.

El último se refiere en una presunta falta de legitimidad del presidente Nicolás Maduro, en beneficio del exparlamentario Juan Guaidó, a quien el gobierno de Boris Johnson insiste en reconocer como «presidente encargado del país», lo que fue usado como excusa por el banco para llevar el caso a los tribunales.

Inicialmente, la justicia rechazó la demanda del Gobierno Bolivariano, pero un fallo posterior admitió el recurso de apelación introducido por los representantes legales de la República y obligó a Guaidó a correr con los gastos del proceso judicial.

Si bien el caso sigue sin resolverse, uno de los fundamentos de la demanda de Venezuela radicaba en que más allá de las declaraciones de personeros británicos y de las fotografías de Vanessa Neumann, exrepresentante de Guaidó en Londres, con Alan Duncan, las dos naciones han tramitado sus asuntos bilaterales a través de la representación diplomática designada por Maduro, cuya estancia no ha sido revocada hasta el presente.

De su parte, para hacer frente a la narrativa de que los fondos serían malversados, los funcionarios venezolanos propusieron que el dinero resultante de la venta de esa porción de los activos del Estado, se usara para adquirir medicamentos e insumos destinados a hacer frente a la pandemia a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La solicitud ha sido denegada reiteradamente.

(LaIguana.TV)